BATALLA EN EL VALLE
Tres meses habían pasado desde que Adael comenzó su entrenamiento con Anne. Durante ese tiempo, había aprendido a dominar varios elementos combinarlos con su propio rayo, además de perfeccionar el manejo de su espada. Ahora, estaba listo para una prueba definitiva: enfrentarse a su madre en una batalla real.
El valle estaba en calma, pero el aire estaba cargado de tensión. Anne se paró frente a él, su cabello blanco como la nieve ondeando ligeramente con la brisa.
— Hoy es tu día, Adael — Dijo con seriedad, aunque con una chispa de emoción en sus ojos — Veamos qué tan lejos has llegado.
— Estoy listo, madre — Respondió Adael, ajustando la empuñadura de su espada — Haré todo lo posible.
Anne fue la primera en atacar. Con un movimiento rápido, la tierra bajo los pies de Adael se levantó, aprisionando sus tobillos con fuerza. Al mismo tiempo, ráfagas de viento surgieron alrededor de él, cortando como cuchillas afiladas. Adael reaccionó rápidamente, levantando una barrera de tierra con sus manos para detener el ataque. El viento chocó contra su defensa, creando un rugido que hizo temblar el valle.
— ¡Buen comienzo! — rió Anne mientras liberaba la tierra de sus pies y se preparaba para un segundo ataque — Pero no puedes detenerme con solo eso.
Adael respiró profundo, concentrándose, y canalizó su fuego desde la hoguera cercana, lanzando una ráfaga flamígera hacia su madre. Anne esquivó con agilidad, dejando que el fuego quemara las hojas del suelo sin acercarse demasiado a ella.
— ¡Has mejorado mucho! — Dijo Anne, impresionada — Pero aún te falta.
Adael no perdió tiempo. Esta vez invocó su rayo, enviando un relámpago directo hacia su madre. Anne saltó, usando su habilidad sobre la tierra para crear un muro que absorbió parte de la energía, mientras con la otra mano levantaba un torrente de agua que lo neutralizó parcialmente.
— Veo que finalmente combinas tus dones — Comentó Anne, sorprendida — Pero recuerda, cada elemento tiene su propio ritmo. No los fuerces todos juntos.
Adael asintió y cambió de estrategia, usando la espada en combinación con ráfagas de viento, golpeando piedras que Anne levantaba como proyectiles. Anne contraatacó, haciendo crecer raíces y ramas que giraban a su alrededor, mientras las cubría con fuego sin hacer que las ramas se quemaran.
El combate se intensificó. Adael lanzaba fuego, rayo y viento por turnos, mezclando ataques con su espada y la manipulación del entorno. Anne respondía con maestría, usando tierra, agua, viento y raíces, obligándolo a esquivar, bloquear y pensar con rapidez. Cada ataque era un juego de estrategia y fuerza, un baile de poder entre madre e hijo.
— ¡Has mejorado! — Dijo Anne mientras esquivaba un relámpago y un golpe de espada casi en simultáneo.
Adael atacó a Anne con su espada, pero Anne esquivaba todos sus intentos, aparte de ser maestra manipulando los elementos era increíblemente ágil y fuerte, Anne uso su brazo derecho, imbuyendolo y obteniendo la fuerza y resistencia de una roca, en aquel instante detuvo la espada de Adael con su mano, mientras que el brazo izquierdo estaba encendido en fuego, su brazo impacto en el pecho de Adael expulsandolo fuertemente por los aires.
Adael cayó, y se levantó sonriendo con sangre en su boca.
— Eres muy fuerte — Espetó Adael.
— Tendrás que esforzarte si quieres siquiera tocarme — Respondió Anne.
Adael preparo su ataque más poderoso, pero esta vez era diferente, hizo una bola de rayo en su mano derecha y otra en su mano izquierda, pero esta era de fuego.
— Prueba esto.
Anne vio el inmenso poder de aquellos ataques, rápidamente hizo lo mismo, una bola de agua pero aún más grande que la Adael, ambos lanzaron sus ataques y se interpusieron uno al otro, primero Adael envío su bola de rayo la cual evaporo el agua y explotaron en gran manera.
— Perdiste — Dijo Adael enviando ahora la bola de fuego.
Anne ya había preparado su prosimo movimiento, prediciendo lo que iba a hacer Adael, una lanza de viento había sido echa por ella, como si hubiera un huracán dentro de aquella lanza, en aquel momento la lanzó rompiendo incluso aquella bola de fuego y dispersando su poder. Iba a gran velocidad hacia Adael, rápidamente Adael alzó un gran muro de tierra para cubrirse, pero la lanza era muy poderosa y iba muy fuerte, arrasó con todo incluso destruyó aquel muro y paso cerca de los ojos de Adael casi imposible de ver.
— Me rindo — Expreso Adael.
— Casi mueres — Inquirio Anne sonriendo — Has hecho un trabajo impresionante — Dijo Anne, acercándose y apoyando una mano en su hombro — Ahora controlas bien los elementos, Adael. Todavía debes mejorar, pero vas por muy buen camino. Estoy orgullosa de ti.
Adael respiró con dificultad, un poco agotado, su ropa y cabello llenos de polvo, hojas y arena, pero una sonrisa surgió en su rostro.
— Gracias, madre — Dijo, con sinceridad — Siento que… estoy aprendiendo de verdad.
Anne lo abrazó suavemente, mientras la noche caía sobre el valle. Los elementos se calmaron a su alrededor, y un silencio pacífico se asentó, lleno de respeto mutuo y orgullo.
— Esto es solo el principio, hijo — Susurró Anne — Pero lo que lograste hoy me asegura que podrás enfrentar lo que venga.
Adael cerró los ojos, sintiendo la fuerza de cada elemento fluir dentro de él, y la certeza de que estaba un paso más cerca de estar verdaderamente preparado para los desafíos que lo esperaban más allá.
Fin.
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Editado: 21.12.2025