Nunca creí que fuera poeta. Cuando era niña pensaba que simplemente escribía mis pensamientos, jamás le hice caso a la métrica, ni al ritmo, solo dejaba que las letras fluyeran, sin corregir, ni cambiar nada. A pesar de no creerme poeta, amaba a la poesía. Por su sonoridad, por sus palabras lindas, por la cadencia de los versos, versos que poco a poco fueron encajando sutilmente en mis escritos sin percatarme de ello, fue así como mi sencilla prosa fue cambiando de lo simple a lo lírico, y encontrando su complacencia en un tipo de compás nuevo.
Estas poesías en prosa que acabas de leer están en su mayoría inspiradas en los temas de mis novelas, para mí las historias de amor constituyen la principal fuente de inspiración poética.
Pronto podrás conocer un nuevo poemario en el que estoy trabajando que se llama “Poesía para 30 días” allí podrás leer diferentes tipos de versos, algunos métricos y otros libres que te hablarán del amor, pero también de la vida, sobre el mar, el olvido, emociones, temores, temas que tocarán tú corazón.