Al fin aquí de nuevo, viendo a mi madre sonreír después de mucho tiempo, ese vestido crema le queda espectacular y Julio a su lado no se ve del todo feliz, pero no me importa aquí la única importante es mi madre. Luego de casi 15 años vuelve a casarse con Julio un hombre que conoció hace tres años, vivió con nosotros un tiempo y luego se fue por razones del trabajo, sin embargo, volvió y se comprometió con mi madre y hoy estamos celebrando entre familia y vecinos más cercanos.
— Maya estás preciosa - grita Erick cruzando el jardín y esquivando a todos para no caerse, me da un abrazo y me levanta.
— Erick, tú estás igual de guapo - digo caminando a un lugar un poco más silencioso.
— Como te sientes.? - Estoy bien, me siento feliz por ella.
— Se lo merece.
— expresa, Erick mirando a mi dirección.
— Michelle no vino contigo? - pregunto, Michelle es mi mejor amiga desde pequeña, la conocí primero que Erick y después los tres nos hemos vuelto inseparables, nunca podría alejarme de ellos.
— Viene de camino, ¿quieres champán? - Si por favor - Erick se marcha en busca de las copas mientras me quedo parada aun observando la escena frente a mí, Julio en verdad la merece? No puedo negar que tengo tanto miedo de que las cosas cambien entre mi madre y yo aunque no hay mucha confianza siempre hemos apartado nuestros tiempos para nosotras dos, pero ahora con Julio en casa para siempre no sé cómo surgirán las cosas. Nunca he sabido por qué mis padres se separaron, nunca he conocido a mi padre ni siquiera en fotos mi madre en esa parte ha sido muy egoísta, sin embargo, con el tiempo ya dejé de pedirlo es como dice Michelle: si él no te ha buscado luego de tanto tiempo tú no tienes por qué hacerlo; doy un suspiro mientras me siento a esperar por Erick.
— Disculpe chica - el fotógrafo se para frente a mí - queremos una foto familiar - me quedo paralizada por unos segundos viendo la cantidad de cámaras que cuelgan de su cuello, acaso no le pesan?
— Si por supuesto - camino detrás de él intentando no caerme con el vestido sería lo último que necesitaba, mi madre ya esta de pies detrás del pastel y Julio a su lado.
— Cielo quiero que te pongas en medio, estás divina - dice acomodándome el pelo a los lados.
— Ya esta mama, es tu día tú eres la que estás hermosa - le digo de todo corazón.
— Vamos chicas que la luna de miel espera por nosotros - Julio se mantiene a nuestro lado mientras nos acomodamos el vestido mutuamente, el fotógrafo da unos pasos atrás y enfoca la cámara, mi madre me pasa un brazo por la cintura y ambas sonreímos, a lo lejos miro a Erick con dos copas, su pantalón azul marino y su camisa blanca lo hacen ver como un señor de 30 años cuando a penas tiene 18 ese pensamiento me hace reír. Terminamos las fotos y camino lejos de la gente mientras mi madre y el que ahora será mi padre parte el bizcocho.
— Estás hermosa Maya - Erick me pasa la copa y me mira a los ojos, supongo que las bodas le dan nostalgia a todos.
— Chicos donde estaban? - Michelle se acerca a nosotros con un vestido rojo muy pagado al cuerpo, su peinado en una cola bastante alta le da un aspecto mucho más elegante y atrevido a la vez.
— Donde estabas? - Pregunta Erick.
— Estaba en la mesa de los postres, ¿irán a mi casa hoy? - No sé, ¿Maya tú iras? - Me pregunta Erick.
— Por supuesto no podemos darle más larga al asunto debemos de empezar a prepararnos - mi cuerpo esta, pero mi mente y corazón no, me siento como si contestara automáticamente.
— Hora del ramo! - escucho que dicen a lo lejos.
— Vamos Maya podría ser nuestra oportunidad - Michelle casi me arrastra al centro del jardín mi madre se pone de espaldas, estoy en el centro junto con todas, sin embargo, me pregunto que hago yo aquí? Ni siquiera tengo una pareja. 1…2…3 Por unos segundos veo como el ramo vuela por los aires bajando cada vez más, las chicas levanta los brazos intentando empujar a la que le queda al lado, yo hago lo mismo solo por impulso y fue el peor error; de pronto lo tengo en mis manos miro a ambos lados en un intento de soltarlo, sin embargo, mi madre se acerca a grandes pasos con los brazos abiertos, me quedo paralizada mientras me abraza.
— Felicidades, cariño, ya pronto llegará tu momento especial - dice con los ojos aguados. Me doy la vuelta intentando salir de aquel momento incómodo o por lo menos incómodo para mí.
— Me robo el ramo - Le grita Michelle a Erick mientras este se ríe.
— No te ha robado nada, quizás llegue su momento - me mira detenidamente.
— Ni siquiera tienes novio - indica mientras nos sentamos en la mesa.
— Tú tampoco tienes - le indico.
— Creo que llegaré a conseguir primero que tú.
— Buen punto - expresa, Erick apoyándola. Por un momento la nostalgia me ataca, a mis 17 años nunca he tenido novio, ni siquiera me he enamorado me siento como un bicho raro.
— Debo irme a despedir a mi madre - indico levantándome de la mesa y tomando el ramo.
— Te espero en mi casa a las 10:00 lleva pijama dormirás allá - indica Michelle. Asiento mientras camino dentro de la casa, la cocina esta hecha un lío, la mesa esta llena de regalos al igual que la sala, los amigos de Julio sí que saben darse a conocer, subo las escaleras directo a mi habitación. Me quito el vestido y me pongo otro más corto y mucho más cómodo, me recojo el cabello y decido buscar el regalo de los nuevos esposos, me tomé el atrevimiento de comprarle un poco de lencería a mi madre, recuerdo que me dio tanta pena entrar a la tienda que Michelle tuvo que hacerlo y fingir que es para ella, pero al menos lo conseguí.
— Maya - escucho a mi madre llamarme desde afuera.
— Aquí estoy - salgo de la habitación con el regalo en manos y la veo subir las escaleras con Julio sosteniendo los tacos.
— Ya nos vamos.
— Vine por tu regalo de boda.