Han pasado ya tres horas y aún no termino de organizar todo en la casa, el jardín sigue siendo un desastre, pero llamé a Erick y vendrá mañana a ayudarme, miro la hora en el reloj del microondas 10:15 suspiro, debí de estar a las 10:00 en la casa de Michelle.
Camino a la sala a terminar de subir todos los regalos tomo 5 en cada mano y subo las escaleras, no sé que tengan dentro, pero pesan demasiado; cuando estoy llegando a la habitación uno de los regalos cae al suelo soltando todo lo que tenía dentro, maldigo para mis adentros, sigo en pie para llevar los demás. Me siento en el piso, tomo la bolsa donde venía y por curiosidad leo la nota que cuelga de la cinta: Ella nunca será como yo. Sin dudas esto va dedicado a Julio me quedo paralizada por unos segundos a que se refiere esto y quien lo envía. Tomo las cosas en mis manos sé que no debería, pero debo descubrir que es esto, tomo el pequeño envoltorio y lo abro dos cajas de diferentes colores salen, tomo la verde es un reloj bastante hermoso y brillante, tiene una nota: Para que cuentes cuantos minutos del día te faltan para volver a verme. La rabia se apodera de mi inmediatamente Julio está engañando a mi mamá y tuvo el descaro de aun así casarse con ella, dejo de lado la caja y tomo la roja al abrirla casi me desmayo, es una prenda íntima de encaje negro se parece mucho a la que le compre a mi madre tomo la nota con cuidado al mismo tiempo que tomo la prenda por una esquina casi con la punta de la uña, la nota no me deja más dudas de que Julio engaña a mi madre: Para que no me olvides cuando estés con ella, y está usada justo como te gusta. No lo puedo creer suelto la prenda sobre el papel del envoltorio no quiero tocar esto, me pongo de pie, entro a mi habitación tomo mi móvil y salgo de la casa.
Llamo un taxi para que me pase a recoger, al llegar a la lujosa casa de Michelle casi me mata por lo tarde que es.
— Estaba acomodando algunas cosas en casa - digo aún desde la puerta y temblando de frío.
— Bien pasa, Erick está en la cocina.
— Entro a la casa limpiándome los pies en la alfombra de la entrada. El interior de la casa es cálido lleno de decoración elegante y mucho brillo, incluso las cortinas tienen brillo, Michelle siempre fue una niña muy acomodada, sus padres son abogados ambos y eso también la hace querer estudiar lo mismo.
— Maya pensé que no venías - me grita Erick desde la cocina con una taza en las manos, me acerco y me siento a su lado.
— Hola Marta - saludo a la madre de Michelle que está sirviendo más chocolate.
— Hola cielo, ¿cómo estás? - pregunta poniéndome la taza en la mesa y echándole malvaviscos.
— Todo bien, no la vi en la boda de mi madre ¿qué paso? - fue extraño que no fuera, mi madre y ella desde siempre han sido muy buenas amigas y creí que ella estaría a su lado.
— Estaba haciendo algunas cosas.
— Entiendo, espero que pase a visitarnos pronto.
— Claro que sí.
— Vamos chicos tenemos cosas que planear, los espero en el cuarto. Erick y yo nos ponemos de pie aun con las tazas en mano, subimos las escaleras y entramos al majestuoso castillo de Michelle, Erick y yo le llamamos así, ya que en verdad el cuarto parece un impecable castillo, todo de rosado, perfectamente decorado y organizado tan Michelle.
— Erick no subas la taza arriba de mis sabanas blancas - Michelle le da una mirada asesina a Erick y yo dejo la taza sobre el escritorio.
— Bien, hablemos de lo importante - Erick y yo nos disponemos a prestarle atención a Michelle.
— Yo opino que la enviemos juntos - señala Erick - como un símbolo supongo.
- Eso es perfecto ya redacte la mía pueden solo cambiarle el nombre y listo - Michelle se queda mirándonos mientras Erick se queda pensando en que decir, yo por mi parte solo estoy presente en este lugar mi mente está en el regalo que va dirigido a Julio, que habrá sido de el sí mi madre fuera la que lo hubiera encontrado? ¿¿Que le explicaria él? ¿cuál sería su estúpida excusa? ¿¿Quien es la que le envía esas cosas tan absurdas? ¿En serio unas bragas usadas? ¿Que seria de mi madre si se llega a enterar?. Sin darme cuenta estoy más centrada en mis pensamientos que en otra cosa y Michelle y Erick parecen notarlo.
— Además de que llegas tarde también te vas a otro planeta? - me gruñe Michelle.
— Ella tendrá sus razones - Señala Erick.
— Lo siento chicos, es que vi algo extraño hoy - expreso bajando la cabeza.
— Cuéntalo, para algo somos mejores amigos - Michelle se sienta con los pies sobre la cama.
— Bien - suspiro - encontré un regalo muy extraño que va dirigido a Julio - Michelle y Erick se miran al mismo tiempo.
— Un juguete sexual para hombres? - que rayos es eso?.
—Michelle no existe tal cosa - indica Erick.
— Claro que sí, imagínate un gay utiliza lo mismo que nosotras un pene falso quieres que te muestre uno?
— No Michelle por Dios sé lo que es, me cuelga uno. - me quedo mirándolos en espera de que dejen de sacar conclusiones y me permitan terminar de explicar.
— Lo siento Maya continua - dice Erick tomando mi mano, la retiro inmediatamente para que no note cuan nerviosa estoy.
— Había una dedicatoria afuera donde decía que "ella no seria como yo” o algo así - señalo - imagino que se refiere a mi madre.
— Sin dudas - indica Michelle.
— Dentro dos cajas, una con un reloj bastante costoso y la nota decía que era para que él contara los minutos para volver a verla.
— Julio engaña a tu madre eso es un hecho - indica Erick.
— La otra caja - continuo - tenía unas bragas negras de encaje.
— O por Dios la amante sí que sabe jugar - indica Michelle le doy una mirada asesina y esta se calla inmediatamente.
— La nota decía que es para que no se olvide de cuando estuvo con ella, y las bragas según la nota estaban usadas - hago una cara de asco mientras Erick se queda pensativo, Michelle se lleva la mano a la boca.