El sol entra sin permiso haciéndome despertar, mi cuerpo se siente como si hubiera dormido 7 años seguidos, miro a mi lado y Michelle no esta me pongo de pie y me dirijo al baño, luego de 15 minutos ya estoy lista.
—Buenos días, dormilona - Michelle entra a la habitación con un vestido de flores verde.
— Buenos días - le digo bostezando.
— ¿Cómo dormiste?
— Como un bebe, casi no escuche tus ronquidos.
— Yo no ronco, Maya lo sabes muy bien.
— Bien, te dejaré ganar por hoy.
Nos echamos a reír mientras Michelle se sienta en el escritorio y enciende la laptop.
— Mama hizo el desayuno cuando quieras bajamos.
— Está bien - Enciendo el móvil y veo dos mensajes de mi madre con unas fotos donde están en la playa, por un momento recuerdo lo que descubrí de Julio y vuelve la rabia, pero miro la sonrisa que tiene y no logro poder admitir que no podría dañarle su nueva vida.
— O por Dios Maya - escucho a Michelle gritar.
— ¿Qué paso? - pregunto acercándome.
— Me han aceptado.
— ¿Qué? ¿En serio? - observo la notificación en el correo y verifico la información.
— Felicidades - le doy una abrazo.
— Veamos el tuyo entra - Michelle se pone de pie y yo me siento en la silla e ingreso a mi correo, no hay nada
— Actualízala.
— Ya lo he hecho Michelle.
La decepción se apodera de mí inmediatamente, el pánico de no poder lograr mi sueño junto a mi mejor amiga me da un poco de rabia.
— Lo enviamos juntas, quizás es por orden de llegada démosle más tiempo.
— Si, mejor bajemos a desayunar.
Bajamos las escaleras y nos sentamos en la mesa, me sirvo un plato de cereal y Michelle hace lo mismo, mis pensamientos no cesan al imaginarme no poder ingresar junto con Michelle y Erick.
— Maya - levanto la miranda y Michelle me sonríe.
— Te avisarán, iremos los tres juntos - también le sonrió — Ya lo creo.
Terminamos de desayunar y me marcho a mi casa, tengo mucho que terminar de hacer y no quiero perder el tiempo además de que también quiero tener mi mente ocupada para no pensar de más. Al llegar a mi casa Erick está sentado en los escalones.
— Buenos días - me dice con una sonrisa.
— Buenos días - intento sonar animada.
— ¿Cómo estás?
— Seguro Michelle ya te dijo que la han aceptado.
— Si - se rasca la cabeza, Erick tiene algo que decir y se siente incómodo lo conozco bastante bien.
— ¿Qué pasa? ¿También te han aceptado? - pregunto sintiendo un poco de miedo dentro.
— Si - el silencio se apodera de nosotros.
— Felicidades, me alegro mucho por ti.
— Maya seguro que ya te han avisado subamos y te conectas y vemos.
— Erick primero organicemos las cosas y ya luego nos concentramos en eso.
Entro a la casa he inmediatamente nos vamos al jardín para empezar con la tarea de la limpieza, Erick me ayuda con recoger la basura mientras yo la apilo, y después de media hora terminamos, le sirvo un poco de jugo de limón y se lo llevo al jardín.
— Gracias por ayudarme.
— Haría lo que fuera por ti Maya - nos quedamos mirándonos por una fracción de segundo y cada vez Erick se acercaba más a mí, debía detener esto en este momento o sería un error muy grande.
— Vamos dentro? - pregunto nerviosa.
— Claro - dejo a Erick en la sala mientras subo a recoger el fabuloso regalo que le dejaron a Julio, solo dejo la caja con el reloj y le retiro la nota lo pongo junto a los demás regalos, tomo la bolsa con las bragas y las demás notas y bajo las escaleras.
— ¿Es el regalo del que hablaste? - Erick se pone de pie.
— Sí, ¿puedes llevártelo y deshacerte de él?
— Claro que si, lo quemare si es necesario.
— Gracias, me daré un baño he sudado mucho.
— Yo iré a casa, mi madre quiere hacer una comida para celebrar, ¿quieres venir?
— No mejor me quedo aquí al pendiente.
— Te estaré llamando - Erick se marcha y me quedo sola en casa, entro a mi habitación y reviso el correo aun nada, pero si lo enviamos juntos en que habré fallado? Termino de ducharme y me acuesto en ropa intima en la cama con el computador en las piernas luego de media hora de ver una película me quedo dormida. El hambre me despierta observo la hora 12:30 es tarde, algo en el computador me llama la atención en la bandeja de entrada de mensajes un punto rojo los nervios se apoderan de mí, tomo el móvil y marco una conferencia con los chicos.
— Buenas - Michelle habla.
— Chicos tengo un mensaje.
— ¿Es de allá?
— No lo sé no lo he abierto - indico.
— ¿Y qué esperas? - Grita Michelle.
— Estoy nerviosa.
— ¿Quieres que salga para allá?
— No Erick es solo que, ¿y si no me aceptan?
— Lo harán Maya, eres la mejor de toda tu generación - me apoya Michelle.
— Bien a la cuenta de tres vale?
— 1 - cuenta Erick.
— 2 - indica Michelle.
—3 - Doy un suspiro y entro al mensaje, mi corazón se sale, mis manos tiemblan y ahí está lo que he estado esperando por casi 18 años, por fin mis sueños van de camino a hacerse realidad.
— ¿Y? - escucho desde la línea de la llamada.
— Maya? - Erick me llama.
— Chicos - suspiro - aquí empieza nuestros sueños, formalmente nos damos la auto bienvenida a The Steven University - los gritos al otro lado de la línea por parte de Michelle no se hacen esperar.
— Eso quiere decir que iremos juntos? - pregunto Erick.
— Claro que si Erick en que planeta estas? - le regaña Michelle - Debemos ir de compras ya.
— No tan rápido Michelle, ¿qué más vas a comprar?
— Ropa Erick lo que te pones en el cuerpo para cubrirlo y lucir espectacular.
— Pero tienes un closet lleno - le regaña Erick.
— Una mujer siempre necesita más, y sobre todo si ira a la mejor universidad con sus mejores amigos.