Protégeme

Créeme

Durante el resto del día me mantuve más nerviosa de lo normal y es lógico después de lo que escuche decir a Julio por teléfono, mi mente se ocupaba en dos simples cosas; la primera es que debía decirle a mi madre inmediatamente todo lo que pasaba con Julio y lo que había descubierto no podía permitirle seguir con el y la segunda es que una parte de mi cerebro no dejaba de pensar en Mike porque tenía que pensar en él en sus ojos tan penetrantes como puede alguien tener los ojos tan perfectos será que usa lentillas?, el ruido de la puerta principal abriéndose me indica que mi madre ha llegado, bajo corriendo las escaleras y su cara me dice que no ha sido un buen día para ella de igual forma lo siento por ella, pero eso no impedirá que le indique lo que sé dé Julio.

— Hola mama - saludo mientras bajo y la sigo a la cocina.

— Hola cielo - suspira.

— Como te ha ido?

— No muy bien y tú? - pone su bolsa sobre la encimera y empieza a preparar la cena.

— Bien supongo, debo de hablarte de algo.

— Yo también, mama Julio no es el hombre que creíamos - le indico, inmediatamente, mi madre se queda paralizada con el sartén en las manos.

— A que te refieres Maya?

— Encontré unas cosas en los regalos que iban dedicadas a él y eran de una mujer.

— Estuviste revisando nuestras cosas? - su cara se llenó de ira, lo que menos quería era discutir con ella, sin embargo, de uno u otro modo esto quizás no iba a terminar bien.

— No mama, cuando fui a llevarlo a tu cuarto se calló y se abrió y yo.

— Buenas noches, familia - Julio se acercó a mi madre dándole un beso en los labios y mi cerebro se debatió en sí enfrentarlo o simplemente dar por terminada la charla de igual forma mi madre no estaba entendiendo el punto al que quería llegar.

— Julio, Maya me dijo que encontró algo en nuestros regalos era para ti de parte de una mujer - mi madre observo a Julio detenidamente mientras el no me quitaba los ojos de encima puedo jurar que si hubiera podido me mataba con la mirada, mi respiración se aceleró porque entendí que ya esto no sería una conversación sino más bien un descubrimiento para ver a quien le creerá mi madre.

— Que encontraste Maya? - pregunta Julio con un tono de voz amenazante como mi madre no se da cuenta de eso?

— Yo - dude por un momento - encontre unas cartas y un reloj y unas bragas usadas - dije por fin, mi madre dejo el sartén sobre la encimera y se llevó la mano al pecho, esto era lo que no quería provocarle este tipo de decepciones, Julio permaneció mirándome de manera aterradora mientras yo seguía paralizada en mi lugar y sintiéndome sin ninguna clase de protección.

— Y donde están esas cosas?

—  Yo las vote para que mi madre no las encontrara.

— Quien te envió eso Julio? - mi madre habla y su voz se quiebra no quiero que llore.

— No es cierto - ¿Cómo se atreve a decir eso? Yo misma lo encontré.

— Claro que es cierto el reloj está en tu cuarto mama.

— ¿Y las demás cosas? ¿Acaso tú la viste Clara? - Julio desvío la mirada a mi madre y entendí lo que estaba tratando de hacer quería hacerme quedar como una mentirosa.

—  No, no vimos nada de eso más que el reloj y tu hermana fue quien lo envio yo misma vi la nota.

— Mama - reclame su atención.

—  Maya ¿estás mintiendo?

— Claro que no mama - pude jurar que vi una sonrisa burlona por parte de Julio.

— Vete a tu cuarto.

— Y la llamada Julio? - no sabía en qué me estaba metiendo, pero de igual forma me iba a ensuciar y mucho.

— Que llamada?

— Te escuche hablando con tu amante indicándole que si se volvía a aparecer la ibas a matar - mi paciencia con este hombre se estaba acabando.

— Puedes revisar mi móvil no he recibido más llamadas que tuyas amor - llevo una de sus manos a la mejilla de mi madre y entendí que ella le había creído todo ya yo no tenía forma de ganar.

— Maya vete a tu cuarto, no puedo creer que ayas inventando tantas cosas de Julio él es un buen hombre lo conoces hace años.

— Déjala amor, yo la perdono.

No dije más y salí corriendo a mi cuarto, mi madre le creía a él, además ya no tenía pruebas Erick se las había llevado, cerré la puerta del cuarto y me senté en el escritorio necesitaba hablar con alguien.

— Hola - respondió Michelle desde la otra línea.

— Hola Maya que te pasa?

— Le conté todo Michelle y no me creyó - las lágrimas empezaron a salir sin control.

— ¿Qué hiciste? Cuéntame las cosas bien.

— Lo de Julio Michelle se lo conté a mi madre.

— Que hiciste que? - grito - espera deja llamar a Erick - por una fracción de segundo la línea permaneció en silencio mientras yo trataba de tranquilizarme.

— ¿A caso no tienen deberes que hacer? - Escuche a Erick.

— Erick Maya nos necesita por una vez deja de ser tan estúpido.

— Maya que tienes amor? ¿Necesitas que vaya?

— No Erick - dije con esfuerzo - es solo que le conté todo a mi madre, desde el regalo y una llamada que le escuche cuando llegue esta tarde.

— Y ¿qué decía en la llamada?

— Su amante se apareció en la casa y él le reclamo diciéndole que si volvía a aparecerse la iba a matar.

— ¿Y tu madre que hizo? ¿Qué dijo? - pregunto Erick desesperado.

— No me creyó nada, Julio me hizo ver como una estúpida y mentirosa delante de ella - llore de nuevo.

— Maya cariño tranquilízate, ¿quieres venir a dormir conmigo?

— No Michelle tengo que hacer unos deberes.

— Maya ven a mi casa entonces estoy más cerca que Michelle.

— Chicos, gracias, pero me quedaré aquí, no quiero dejar a mi madre sola con este hombre.

— Es lo correcto? - pregunta Michelle.

— No lo se, pero es mi madre.

Después de dos minutos terminamos la llamada, me seque las lágrimas y me dispuse a realizar la tarea que Mike nos había asignado, de que se supone que escriba? Coloque el lápiz en mis manos y empece a escribir.



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En el texto hay: madre, amor, maestro

Editado: 09.12.2021

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