Al llegar al hospital subimos al séptimo piso donde mi madre se encontraba, una secretaria nos dirigió a su cuarto mientras yo me llenaba de valor para poder verla.
— Es aquí - dice señalándonos la puerta, Michelle, Erick y yo nos debatimos en cuál de los tres abriría la puerta sé que era algo que me correspondía a mí, pero sentía tanto miedo.
— Venga, ya estamos aquí Maya, ella es tu madre y sé que lo que dijo ayer solo fue producto de la ira - Michelle me consuela abriendo la puerta, tomo aire suficiente y entro, mi madre estaba acostada con muchos aparatos conectados a ella, abrió los ojos en cuanto sintió nuestra presencia por mi parte me mantuve al lado de Erick lo utilice como protección.
— ¿Maya? - mi madre me llamo y me acerqué a ella tocando su mano, estaba muy fría por el aire, pero me sonrió y ahí entendí que Michelle tenía razón, todas sus palabras fueron producto del momento y de la ira - perdóname - dijo arrastrando las palabras mientras una lágrima corría por su mejilla.
— Tranquila mama ya paso - la consolé mientras sentía como mi corazón volvía a la vida, por fin todo está volviendo a la normalidad.
— Buenos días - un doctor un poco mayor entro a la habitación acercándose a nosotros, Michelle y Erick se hicieron a un lado mientras yo permanecí al lado de mi madre con su mano sostenida.
— ¿Cómo se siente? - pregunta el médico dirigiéndose a mi madre.
— Mucho mejor.
— La señora presento un fuerte cuadro de deshidratación, golpes externos e internos ya le aplicamos los medicamentos correspondientes, pero necesita reposo absoluto por lo menos durante dos semanas, según su evolución valoraremos cuando le daremos el acta.
— Gracias doctor - dije y se marchó volví a centrar mi atención a mi madre.
— ¿Estarás bien en casa? - pregunta.
— Por supuesto, nos tiene a nosotros - dice Michelle desde atrás.
Después de unas cuantas horas más haciendo papeles y firmando seguros salimos del hospital dejando a mi madre sola, nos dirigimos a mi casa, ya que Erick y Michelle querían ayudarme a limpiar el desastre que había en esta, después de limpiarlo todo se sentaron frente al televisor mientras me dispuse a prepararles algo de comer.
— Maya - grita Michelle.
— ¿Si?
— Cuanto tiempo crees que te duren los ahorros? - buena pregunta como mi madre había dejado el trabajo quien nos sustentaba era Julio, pero gracias al cielo ya no estaba así que debíamos buscar la manera para poder salir adelante.
— Creo que para dos meses.
— Eso es tiempo suficiente ¿no? - pregunta Erick acercándose a la cocina.
— Supongo.
— Sabes que estamos para lo que necesitas Maya, y quizás en el pasado no actué de la mejor manera, pero puedo intentarlo y prometo.
— No Erick - contesto interrumpiéndolo.
— Entiendo, ¿hay alguien más?
— No es eso, solo que te veo como mi amigo, mi mejor amigo no podría.
— Tranquila, yo entiendo - me dedica una pequeña sonrisa que sé que aunque quiera indicar que todo está bien estoy convencida de que mi respuesta le dolió.
Después de unas horas terminamos de comer Michelle y Erick se marcharon a sus casas para poder arreglarse para el evento de hoy en la universidad, recuerdo las llamadas de Mike y corro al teléfono para llamarlo.
— Buenas ¿Mike?
— ¿Maya? Te estuve llamando toda la noche y no contestaste - dice alterado.
— Lo se es que estaba resolviendo algunas cosas.
— Debiste avisarme que al menos estabas bien.
— Disculpa.
— ¿Cómo sigue la mano?
— Mejor - digo mientras la miro, ya los pequeños cortes estaban casi cerrando.
— Te veo hoy en la noche.
— Adiós - cuelgo y subo las escaleras corriendo para alistarme, después de mucho rato decidiendo que ponerme me decido por un vestido azul y unas zapatillas, tomo mis pertenencias y me siento a esperar a Michelle.
— Sube rápido - grita desde el asiento.
— ¿Por qué tanta insistencia? - pregunto.
— Michelle quiere tomar los asientos de atrás, dice que se ve mucho mejor y que si la película es muy aburrida podrás dormirte - reclama Erick.
Al llegar ya todo estaba listo los maestros habían hecho un gran trabajo con los asientos y la mesa de bocadillos, Erick se acercó a ella sin esperar.
— Creo que te esperan - dice Michelle girándome la cabeza, Mike estaba junto a al área de bebidas luciendo más sexy que nunca, sonrió mientras me acerco tratando de disimular.
— Estás hermosa - dice mientras finge que me echa coctel en el vaso.
— Tu igual - digo sonriendo.
— Te espero en el teatro en cinco minutos ¿de acuerdo?
Asiento y voy donde Michelle de nuevo, la cual ya esta sentada en la última fila del área verde toma mi bebida y se la toma mientras yo tomo asiento junto a ella.
— Quiere verme en teatro - digo.
— ¿En serio, perra? Creo que por fin dejaras de ser virgen.
— Michelle baja la voz - le reclamo - seguro no es eso no todo es sexo por Dios.
— Entonces ¿qué más puede ser?
— El coordinador nos encontró ayer en el salón con la puerta cerrada.
— ¿Los vio en algo?
— No gracias a Dios, yo me marché rápido y los deje solos.
— Es peligroso, Maya.
— Lo sé - cuando creí que ya los cinco minutos habían pasado miro en dirección de Mike, pero ya no estaba, le hice señas a Michelle y me marche, todo el pasillo estaba en silencio al llegar abrí la puerta, estaba oscuro todo.
— ¿Mike? - llamé temerosa.
— Esto aquí - su voz resonó de alguna parte, pero no pude verle, di unos pasos atrás y las luces encendieron, estaba parado en medio del teatro con un ramo de flores en las manos, me quede paralizada sin nada que decir.
— Mike - dije mientras él se acerca.
— ¿Quieres bailar conmigo? - una balada se hizo escuchar por todo el teatro mientras Mike me extendía su mano.