El sonido del móvil me hace despertar miro la pantalla es Mike no tengo ganas de hablar con él y que me siga engañando con sus mentiras, pero de igual forma supongo que tengo que dejarle las cosas claras.
- ¿Qué quieres? - contesto un poco molesta.
- Estoy en la esquina de siempre baja por favor - no lo puedo creer, no tiene vergüenza que otra mentira cree este que me voy a creer?
- ¿Qué haces aquí?
- Necesito que hablemos Maya por favor - su voz suena dulce y suave supongo que debo de darle el sentido de la duda, pero es que si me dice más mentiras? De igual forma debo de averiguarlo.
- De acuerdo - digo y bajo las escaleras y salgo, la noche esta fría veo el auto de Mike a lo lejos con las luces encendidas y trato de correr un poco para refugiarme en lo cálido del auto, al entrar Mike sostiene mis manos yo las retiro con brusquedad.
- ¿Por qué no fuiste al salón hoy? - sus ojos lucen cansados.
- No tenía deseos de volver a interrumpir tu momento con la pelirroja - ese es el tipo de brusquedad que buscaba por fin me estaba llenando de valor.
- Maya, no es lo que estás pensando en verdad - se acerca a mí y me alejo pegándome al cristal.
- ¿Entonces que era?
- Maya yo.
- Mike habla de una vez, deja de dar tantas vueltas, si me engañaste solo dímelo, si solo querías acostarte conmigo dímelo y ya - no me había dado cuenta de cuál alterada estaba, la ira corría por cada una de mis venas y sin darme cuenta mis manos estaban temblando y no por el frío.
- ¿Podemos hablar en otro lugar? - pregunta tratando de bajar la mirada.
- No Mike, quiero que me des una explicación ahora - le reclamo, me la merezco después de todo.
- Maya por favor, si por esto se va a acabar todo en nosotros al menos déjame demostrarte las cosas como realmente son - el silencio reina en nosotros, él tiene razón si esto se iba a acabar debo de dejarlo darme una muy buena explicación, asiento y él pone el auto en marcha.
Después de 20 minutos llegamos a un edificio de 8 plantas, Mike entra al estacionamiento y me doy cuenta de que es justo el estacionamiento donde estuvimos aquella vez, los recuerdos inundan mi mente; bajo del auto junto con Mike y este camina al ascensor, lo sigo con una distancia prudente. Llegamos a la puerta de un apartamento miro a Mike y este ingresa dando la señal para que entre, el interior es totalmente de blanco, el olor a vainilla se hace presente, llego al centro del apartamento y me giro para encarrarlo y salir de esto de una vez y por todas.
- Maya - cruzo los brazos sobre el pecho - siéntate por favor - señala el sillón a mi espalda.
- No Mike, vine para que me dieras una explicación y solo eso.
- Por favor Maya - grita le hago caso y tomo asiento.
- ¿Quieres algo de tomar? - camina a la cocina mientras lo sigo con la mirada, deseo salir de aquí ya.
- No gracias, solo por favor vayamos al punto - miro al frente y la vista de la ciudad es increíble, todas las luces están tan brillantes desde aquí, Mike se acerca a mí y toma asiento en el sillón frente a mí, estamos bastante cerca, pero no para tocarnos.
- La mujer que viste es mi ex - pensé que sería su novia o esposa, ¿pero qué sea su ex? ¿La mujer que lo dejo sufriendo por tanto tiempo? No puedo creer que se aparezca ahora y más que él le allá abierto las puertas así como así - Megan vino al país hace unas semanas - continúa y fija su vista en mí, esos ojos combinados con las luces a su espalda me ponen nerviosa.
- ¿Y a que vino? - pregunto volviendo mi atención solo a lo que él tiene que decirme.
- Hablo con mi madre y la convenció de que ella aún me ama, fue así como descubrió donde trabajo.
- Estabas encerrando con ella - le recuerdo.
- Maya, que mi madre la quiera no quiere decir que mi padre lo haga.
- ¿Qué tiene eso que ver?
- Mi padre es el dueño y director de la universidad - el corazón se me cayó al suelo, no podía creer esto, ¿por qué no me había dicho esto? - nunca la acepto y mucho menos ahora, por eso cerré la puerta, la última vez que ambos se vieron fue después de la golpiza que su ex le dio, la seguridad tuvo que sacarlo porque se puso como loco, mi padre no soporta la idea de saber que aquella mujer casi mata a su hijo.
- Mike a que vino ella? - pregunto mientras me esfuerzo en no perder ni una sola de las informaciones que me estaba dando.
- Según lo que me dijo, quiere volver a su vida de antes - el silencio en nosotros se hizo presente.
- Contigo? - pregunto con un poco de miedo en mi interior.
- No lo sé, Maya y no me interesa solo tú me interesas ahora, me importa poco lo que ella allá venido a hacer aquí por eso se lo deje claro hoy, ella ya sabe que tengo una relación con alguien y que no me interesa estar con ella - Mike toma mis manos por un momento pienso en retirarlas, pero se las lleva a la frente bajando la cabeza.
- Mike, ella vino por ti - digo con la voz temblorosa.
- No me importa Maya, yo te quiero a ti - por un lapso de tiempo que no conté permanecimos así, callados él pensando en algunas cosas y yo en otras, pero en silencio, mientras la noche terminaba de hacer su entrada las luces frente a mí se intensificaban más, después de un rato Mike levanto la vista.
- Yo te quiero a ti Maya, y no tengo dudas de eso - se acerca más y sostiene mi cara entre sus manos.
- Mike, tienes historia con ella, y ella es más adulta que yo ¿cómo puedo competir con eso?
- No tienes que competir tú ya has ganado, me has devuelto la vida que ella me robo, no tienes que competir porque tú no tienes competencia.
Nuestros labios se unen en un tierno beso le correspondo segura de que en realidad me dice la verdad, el miedo en mi cuerpo desaparece y nuestro beso se intensifica sin pensarlo estoy acostada sobre el sillón con Mike sobre mí, besa mi cuello y toca mis senos las sensaciones en mi cuerpo estallan y las mariposas dentro de mí ya no encuentran que hacer; Mike me carga como si no pesara nada y enrollo mis pies a su cintura sin dejar de besarnos, Mike me deja caer con cuidado sobre su cama y se quita la camisa, sus perfectos músculos se hacen visibles; le sonrió mientras me lleno del valor que no tengo y me saco la blusa que llevo, Mike sonríe y me besa nuevamente.