Proteger a un Famoso

Capítulo 11

Capítulo 11

 

— Ya me tienes harta, no digas que no te lo dije antes. (Abro la puerta del coche y empiezo a bajar del coche. Él esta a unos pasos del coche, me bajo y poco a poco voy caminando hacia él. Él se queda allí parado. Mala decisión, no deberías de haber hecho eso. Chu, chu, chu pobrecito no sabes lo que te espera.)

— Sube. 

— Y si no lo hago ¿qué harás? ¿Huh? (dice retándome, tiene la cabeza bien alta, y su ego y orgullo más alto aún. Que pena que a mí eso no me importe.)   

— No te lo voy a decir, te lo voy a enseñar. (dicho esto, me acerco del todo y le pongo en mi hombro, él se sorprende y empieza a chillar, no es muy raro por mí coger así a un hombre. Recuerdo mi entrenamiento, Louis me había hecho dar 10 vueltas de todo el patio con los cuatro chicos uno por uno, pesaban mucho y recuerdo que al día siguiente no podía ni levantarme.)

— ¡OYE BAJAME! ¡¿ME ESCUCHAS?! ¡Oye! (Me dice dando palmaditas a mi espalda. Mueve sus piernas como si estuviera nadando en el aire. Abro la puerta del coche y le meto dentro, me meto en el coche y me pongo a conducir.)

— ¿PERO TÚ ESTÁS LOCA? NO PUEDES… 

— ¿No puedo el que? Especifica un poco…

— No puedes cogerme… digo tocarme… ¡ah! lo que quiero decir es que, no puedes levantarme así.

— Pero, ya lo he hecho.

— Si, por eso…

— Y lo hecho, hecho esta.  (digo dando la conversación por acabada. Riaz por su parte deja un suspiro y se gira hacia la ventana, sabiendo que no podrá ganar contra mí. Buena decisión. Sonrió y sigo conduciendo el coche, saco mi móvil y pongo el “Google maps” esta vez conduzco normal, ya que nadie me persigue.) 

(…)

Llevo 20 minutos conduciendo en silencio, Riaz no ha parado de ver la ventana ni un segundo, ha estado así todo el viaje, si no se da la vuelta ahora creo que va a tener un calambre en el cuello. Solo me quedan cinco minutos para llegar a mi destino. Paro el coche en medio de la carretera haciendo que Riaz casi se vaya hacia delante, pero rápidamente pongo mi brazo delante de él para que no se hiciera daño.

—  ¿Oye de verdad crees que sabes conducir? Primero aceleras como loca, segundo esquivas los coches a toda la velocidad, luego lo mete bruscamente en un callejón y por último lo paras de la nada. O sea ¿qué crees que estás haciendo? Sabes yo no tengo deseo de morir es por eso que tú eres mi guardaespaldas ¿entiendes?, no al revés. 

— Primero aceleré como loca para escapar de tus guardaespaldas, segundo esquivé los coches, porque si no lo hubiera hecho estarías muerto, tercero lo metí en un callejón para esconder de tus guardaespaldas y por último paré el coche para hacer algo.

—  ¿y qué es ese algo? ¿Qué quieres hacer ahora? 

— Mira, te lo diré de manera simple, tú no puedes ir donde yo iré ahora, al menos que tengas los ojos cerrados y no veas absolutamente nada.

— No pienso cerrar mis ojos. 

— No te lo pregunte.

— ¿Qué quieres decir con…?  (No le dejo hablar y rápidamente le abrazo.)

— ¿Pero qué…? 

— Lo siento. 

— ¿Por qué estás disculpándote? Por  acelerar el coche, por esquivar como loca,  por meterlo en el callejón o por levantarme así, por cierto ¿cómo lo has hecho? (Saco el sedante de mi bolsillo y se lo pongo en el cuello. Él deja escapar un pequeño quejido de su boca y rápidamente lleva su mano a su cuello. Yo me aparto de él lentamente mientras que él empieza a tocar su cuello como un loco.)

— ¡¿Qué acabas de hacer?! ¿Qué me has puesto? ¡¿ME HAS DROGADO?! ¡¿OYE?! ¡¿TE ESTOY HABLANDO?! ¡RESPONDE! 

— No te he drogado, no te pasará nada, no te preocupes, solo vas a quedarte dormido. Nada más.  (Digo encogiéndome de los hombros.)

—  ¿Cómo que me… voy a… quedar… dormido…? (Dice mientras que sus ojos empiezan a cerrarse y se queda dormido en el asiento. Miro como está en una posición incómoda así que quito mi cinturón y me acerco a él para empezar a acomodarlo bien en el asiento, mientras que lo estaba acomodando de repente su mano se pone en mi cuello y me acerca a él.) 

— ¿Por qué? (Me pregunta en voz tan baja que casi creí que lo había imaginado. Le miro y quito su mano de mí lentamente y lo pongo en su regazo.)

— Duerme. (Él me mira con ojos entrecerrados que se van cerrando cada vez más hasta que se cierran de todo. Me pongo de vuelta en mi sitio y empiezo a conducir.)

 

(…)

                                                                       Riaz

Me siento un poco incómodo, así que empiezo a moverme, ¿pero desde cuándo mi cama es tan pequeña? Me doy la vuelta y mi cabeza choca con algo duro.  

— Ahh ¿A quién se le ocurre poner esa cosa en mi cama? (Poco a poco voy abriendo mis ojos y me doy cuenta de que no estoy en mi habitación sino en mi coche. Miro a mi alrededor y veo que ya ha oscurecido. ¿Pero cuánto tiempo llevo aquí? ¿Qué ha pasado? Recuerdo que iba en mi coche con… ¡Ah esa maldita me había drogado espera no… me había dado un sedante! ¿Dónde está?) 

— Maldita sea, me ha dejado en el coche hasta la noche. (Volteo mi cara y miro por la ventana de coche y veo a Isha caminar hacia el coche, ella pasa por delante del coche y abre la puerta para entrar en el coche, mientras que yo la miro. Ella entra y se sienta, cierra la puerta y se da la vuelta hacía a mí.) 

— Oh, veo que ya te has despertado.

— ¿CÓMO TE ATREVES? ¿Cómo puedes encerrarme EN. MI. PROPIO. COCHE? ¿QUIÉN TE CREES QUE ERES PARA TRATARME ASÍ? A mí nadie y cuando digo nadie significa que ABSOLUTAMENTE NADIE me ha tratado de esta manera como lo estás haciendo tú. El que seas mi guardaespaldas no significa que puedas controlarme. ¿Entiendes? (doy un puñetazo fuerte al coche.)

— No. (dice Isha desinteresada en el tema. Nunca en mi vida he visto a una chica como ella,  ¿o sea de dónde ha salido? Ella no puede ignorarme así, yo soy Riaz, nadie en su vida se atreve a ignorarme, nadie. 



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En el texto hay: espias, superestrellas, romance amor

Editado: 25.09.2023

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