Siento que el corazón se me quiebra en miles de pedazos al ver a Ethan forcejar con los hombres de Michael mientras soy arrastrada por Ashton con violencia hacia el auto que me llevará a enfrentar un destino que, hasta hace unos días, creí haber detenido.
Los gritos del amor de mi vida no hacían nada más que romperme aún más. Él quería venir en mi búsqueda, como siempre. Quería tenerme a su lado rehusándose a dejar que me aparten de él.
Los recuerdos de nuestra última noche juntos me abruman y apenas me dejan respirar por la intensidad de cada momento que vivimos. Es increíble como las cosas que más me importaban, ahora tenían el sello de su nombre. Ese nombre que desde el primer momento que lo escuché lo cambió todo en mi vida y que ahora resonaba en mi cabeza con más fuerza conforme la distancia entre nosotros se hacía más larga.
Ethan, Ethan, Ethan…
Todavía tengo el sabor de su cuerpo en mis labios, el calor de su tacto tatuado en mi piel, el susurro de sus palabras cargadas de emociones y promesas en mi cuello y nuestros planes a futuro… Ahora veía como su figura luchaba por llegar a mí aterrado de no volver a verme. Nuestro peor miedo se estaba haciendo realidad y éramos conscientes de ello. Ambos sabíamos que las probabilidades de encontrarnos nuevamente se reducían con Ashton y sus planes de por medio.
Todo va a estar bien. Pensé tratando de sonreírle a pesar de las lágrimas que picaban en mis ojos.
Tha mo chridhe a ‘dol let, a ghràidh.
Suelto un jadeo ante esas palabras que tanto significaban para nosotros, deteniendo mis torpes pasos. Intento luchar y cuando logro soltarme, corro hacia él para aliviar esta agonía para ambos, para volver a sus brazos que eran el mejor hogar del mundo… pero nuevamente Ashton me atrapa con ayuda de uno de sus secuaces y me lanza al interior del auto como si fuera un paquete. ¿Acaso no entienden que, al obligarme a apartarme de él, me están matando? ¿No era evidente que nos necesitábamos cerca del otro para continuar con vida?
Claro que lo saben. Todos los presentes saben el dolor que nos están causando, pero poco les importa el daño que nos estaban haciendo con tal de conseguir su objetivo. En especial el hombre que es el responsable de mis mayores desgracias.
Su figura desaparece conforme el auto se alejaba y las lágrimas no tardan en deslizarse por mi rostro ante la sensación de que me acaban de arrancar una parte sustancial de mi vida.
No sé si volveré a verlo o si saldré con vida de esto, pero estaba segura de algo.
El mío también, Ethan.
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Editado: 23.11.2024