Protegida Por El Alfa

CAPÍTULO 32

MIA

La noticia de la desaparición de Tessa y Dominic cae como un balde de agua fría en mi cuerpo. Una serie de recuerdos invaden mi mente: Momentos felices, de diversión y también los momentos oscuros que iluminaron con su apoyo. Es un acto cruel que aumenta la creciente culpa en mi pecho.

Esto es mi culpa. Su desaparición era uno de mis temores cuando escapé de Portland. Él se está vengando. No tengo dudas de que el responsable es Ashton. Me paso las manos por el rostro en un gesto de frustración. El costo de mi libertad son las vidas de mi nana y Dominic, dos inocentes que su único pecado fue querer ayudarme. Lo sabía, maldita sea. Sabía que esto pasaría. Y yo fui muy tonta para no tomar precauciones.

Pero no permitiré que Ashton se salga con la suya. El dolor y el miedo no tienen espacio en este momento. Lo único que importa es salvarlos. Se los debo, y por eso tengo que ser más lista y pensar con la mente fría. Cuento con el apoyo de un alfa, de mis amigos y de mi hermano, y pronto me uniré a su manada. Voy a encontrarlos a cualquier precio.

—Hemos llegado. —anuncia David.

Respiro hondo y miro por la ventana, quedando asombrada por el pueblo que se abre ante nosotros.

New Mystery es más hermoso de lo que me imaginé. Combinando un estilo escocés con el colonialismo estadounidense, sus edificaciones de piedra gris con tejados de pizarra se mezclan con balcones de hierro forjado con enredaderas y flores colgantes. Los turistas se han apoderado de las calles, tomando fotos al pueblo o deteniéndose a ver las presentaciones culturales que se dan en la calle: Bailarines, músicos de jazz o gaitas escocesas, adivinos leyendo tu suerte, magos y artistas se han apoderado de las calles demostrando su talento. El pueblo es una fiesta por donde sea que vea. Su atmósfera mágica aumenta con el bosque y las colinas verdes a su alrededor.

—Va a ser imposible encontrar un lugar donde estacionar. —masculla David mirando con desaprobación que las personas estén acumuladas en las pistas.

—Hay un parque de estacionamiento cerca de la plaza. Sigue de frente y luego dobla a tu derecha. —guía Sophie.

Me saca una sonrisa ver a algunos grupos de bailarines realizar su coreografía cerca de nosotros, como si nos dieran la bienvenida. Me permito aprovechar este momento para relajarme y disfrutar de la vista.

—¿Ya habías venido antes? —le pregunto a Sophie.

—Hace muchos años. —responde— Solía vivir con mi esposo y mis hijos.

Abro los ojos sorprendida.

¿Esposo? ¿Hijos?

—¿Qué edad tienes? —le pregunto.

Me preparo mentalmente para escuchar una edad superior a lo que aparenta.

—Cien. —sonríe divertida al ver mi cara de sorpresa— Luzco muy bien para mi edad, ¿verdad?

Y vaya que sí. No tiene ni una sola arruga o cana que te haga sospechar que sea mayor. Yo creí que estaba cerca de los treinta. Pero si David que parece de veinticinco tiene trescientos…

—Dijiste que tu familia solía vivir aquí…

Suspira, su sonrisa decae un poco.

—Mi esposo falleció un año antes de ir a trabajar en tu casa. Y hijos ya son unos ancianos.

Mi rostro se desencaja. Diablos.

—Oh, Sophie, no quise...

Niega tomando mi mano y darle un suave apretón.

—Tranquila. Mi esposo vivió feliz hasta su último aliento y mis hijos tienen a sus propias familias y viven lejos de aquí.

Asiento y decido quedarme callada para no hacer preguntas inapropiadas.

Al llegar a la plaza nos encontramos con personas decorando el lugar. Algunos puestos de comida están poniendo dibujos con referencia a uvas, cuelgan banderines coloridos y hay un gran cartel en el centro que dice: "50° ANIVERSARIO DE LA VIÑEDO LA DAMA BLANCA".

—Eso explica todo —comento.

—Desde el primero de Agosto, el pueblo celebra la inauguración del viñedo de la familia O'Pry. —explica Sophie— Su mayor fuente de ingresos son los vinos que producen y distribuyen en el pueblo y otras ciudades. La mayoría de los locales lo utilizan en comidas y postres… es su mayor atractivo.

—Y la fiesta es más grande si la alcaldesa Adelaide O'Pry lo quiere. —dice David, divertido.

Entonces, la familia de Ethan es rica. Eso explica el semejante coche que conducía. Si su negocio es tan rentable como dicen, prácticamente su familia es dueña del pueblo.

Después de dar una vuelta, David encuentra un sitio donde estacionar el auto. Al bajar, lo rodea para ayudarnos a bajar. Sophie une nuestros brazos y caminamos juntas con David delante de nosotras mirando alerta a todos lados y rechazando los productos que nos ofrecen. El pueblo no es muy grande, así que supongo que la mayoría sabe quiénes viven aquí como para reconocer a los turistas. O tenemos una expresión de que estamos totalmente perdidos.

Bajamos por una calle por varias cuadras hasta que la música se reduce. Entramos a un restaurante donde el olor a fritura nos da la bienvenida.

—Lo lamento, pero tanto ruido y personas me estresan. —explica David mientras toma asiento en una mesa al fondo del establecimiento.




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