El Aurora amaneció con ganas de hablar. No los pasillos, la gente. A la entrada, Sigrid llevaba un labial nuevo y un secreto mal disimulado; Erik se había puesto una corbata que nadie en su sano juicio describiría como alegre, y Linn recorrió la planta con su tablet como quien guía una visita a un museo que todavía no sabe que es famoso.
—¿Qué pasa hoy? —le pregunté a Erik, que siempre sabe.
—Nada —dijo—. Por eso todos sospechan de todo.
Gabriel apareció con el café exacto, la temperatura exacta y la distancia exacta. Lo tomé como se toman las cosas peligrosas: con una mano.
—Gracias.
—De nada —respondió, y su mirada hizo un pequeñísimo inventario de mi cara—. Dormiste poco.
—Leí mucho.
—¿Qué?
—Mapas de calor.
Sonrió. El leve. El que no se gasta.
Sigrid irrumpió con su energía de anuncio de vitaminas.
—Doctora, noticia: el laborista nuevo —Hugo, bioquímico— es amigo de un amigo de mi primo, toca el bajo y hoy va a almorzar aquí. Te lo digo por… cultura general.
—¿Por qué siento que “cultura general” es sinónimo de “coqueteo”? —pregunté.
—Porque usted es brillante —dijo, y se fue trotando.
Gabriel se inclinó a mi altura.
—Me cae bien Sigrid —aseguró.
—A mí también. Hasta que decida emparejar la planta entera.
—No creo que se atreva con nosotros.
—No me tientes a probar su atrevimiento —dije, y empecé a caminar, porque la mañana no se trabaja sola.
La agenda tenía un centro de gravedad: demostración interna de CERES ante Dirección. Nada heroico, pero suficiente para que algunos aislaran fracasos ajenos con una sonrisa. Me revisé el pulso como quien revisa un cierre. Estaba en su sitio.
Marta volvió para su control corto; la recibimos con eficacia de coreografía. CERES estuvo sobrio, Erik impecable, Gabriel atento sin decorar. Cuando Marta se fue, Linn apareció con una carpeta fina.
—Dirección está adelantando su reunión —anunció—. Quieren ver resultados… y también proceso. Ya saben cómo son.
—Mejor —dije—. El proceso no miente.
—Yo me peino —agregó Gabriel, serio.
—Peinarse también es proceso —concedí.
En RM, Elisa trajo el temblor domado. Repitió el estudio como quien sube una escalera familiar, peldaño a peldaño. CERES no se dejó seducir por el ruido. Mis hombros bajaron medio centímetro. Erik me miró y elevó las cejas, su manera de decir “vamos bien”.
En el cambio de sala, Hugo —el bioquímico del bajo— se cruzó con Sigrid. El choque de codos fue accidental; la risa, premeditada. Linn tomó nota en su libreta invisible de cosas que “no pasan” pero todo el mundo ve.
—¿Te molesta el barullo? —susurró Gabriel.
—Me distrae si no lo elijo.
—¿Y hoy?
—Hoy elijo resultados.
—Copiado.
La demostración empezó con la mesa larga, cuatro caras de Dirección, Maya en modo radar y nosotros con el manual de la calma tatuado. Proyectamos curvas, casos, ablation, calibración. Yo marqué dónde CERES debía callarse. Gabriel mostró cómo había aprendido a no enamorarse de la densidad. Erik aportó control de calidad. Linn tradujo riesgos a lenguaje humano.
—¿Y los límites? —preguntó Rosen, el jefe que colecciona silencios ajenos.
—Los mantenemos visibles —dije—. Cada caso con contexto, cada output con explicación. CERES sugiere. Nosotras decidimos.
—¿Y si sugiere mal?
—Lo veremos venir —replicó Gabriel—. Lo entrenamos para la duda.
Hubo un segundo de aire sin dueño. Maya fue la primera en rendirse: microasintió.
—Aceptable —dictaminó Rosen, que en su idioma significa “bien”.
Terminamos sin fuegos artificiales. Mi tipo de éxito.
De regreso a la planta, Sigrid me alcanzó para susurrar conspiraciones:
—Hugo me invitó un café. Dijo “sin compromiso”. ¿Acepto?
—Acepta —contesté—. Pero dile que el comité ético te audita.
—¡Ay, doctora!
Gabriel escuchó lo justo para sonreír con los ojos.
—¿Y nuestro comité? —preguntó, suave.
—Café amargo. Sin sobremesa. Con límite.
—Firmo.
Lo hubiera firmado hasta en yeso.
TAC Abdomen reservaba su propio protocolo. Nora había sido derivada a la especialidad; quedaba cerrar nuestro informe definitivo. Revisé, trazando con la mirada una ruta que no quería recordar. Gabriel estaba detrás, lo sentí en el cambio de la presión del aire, como si hubiera entrado un clima atento.
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Editado: 09.10.2025