Prototipo

Capitulo 29

La limosina se detuvo frente al edificio, como siempre, Cid Aifer llegaba temprano a su oficina, le gustaba la tranquilidad y el silencio que había antes de que las actividades comenzaran. Tomo el ascensor hasta el último piso donde era acompañado por uno de sus guardaespaldas quien se quedaba fuera de la oficina.

-Iré a prepárale su café-

Lo dejo solo al ver que todo estaba en orden. Aunque Cid nunca había recibido ninguna amenaza, su seguridad había aumentado desde que las negociaciones habían empezado. Su asistente llegaba una hora después que el, así que en ese piso solamente estaban él y su guardaespaldas. Pero ese día sería diferente.

- ¿Usted quién es? -  pregunto al ver a un joven sentado en su silla, estaba vestido con el uniforme del personal de mantenimeinto, de cabello rojo y desordenado, no pudo ver sus ojos, aunque las cortinas estaban cerradas, estaba utilizando unas gafas oscuras - ¿Cómo entro a mi oficina? -

-Por la puerta-  la señalo con la empuñadura de la espada que tenia

-Esa espada es una reliquia-  comenzó a caminar hacia el - ¿Cómo la consiguió?

-Del museo-  la levanto para mostrársela -desde siempre había querido venir y llevarme un recuerdo-  comenzó a mirarla mientras la tenía levantada - Solo las había visto en películas de samuráis, la verdad me han gustado desde que las vi la primera vez, pero se ve mas hermosa en persona-

-Voy a llamar a seguridad-  se acercó a su escritorio para tomar el teléfono, pero el joven de un movimiento rápido lo golpeo en la mano con la espada

-Porque mejor no se sienta, la verdad estamos con un poco de afán y no tenemos tiempo para perder con sus guardias-

- ¿Tenemos? -  pregunto confundido ya que estaban los dos solos, pero en ese momento otro hombre entro a la oficina, tambien tenia el uniforme del personal de mantenimiento, era un poco mas alto que el joven que estaba en su silla, pero a diferencia de el, se veia mas calmado, su cabello castaño estaba bien arreglado y su manera de caminar era muy elegante para alguien que trabajara en mantenimiento, pero sus ojos cafe se veian peligrosos.

-Ya está todo listo-  dijo caminando hacia ellos

- ¿Quién es usted? -  pregunto para luego mirar hacia la puerta, esperando que su guardia entrara

-Ya me encargué del guardia, así que podemos comenzar-   miro su reloj -Estamos sobre el tiempo-

- ¿Quiénes son ustedes? -  al no recibir respuesta volvió a acercarse a su escritorio para tomar el teléfono, el joven iba a volver a golpearlo, pero esta vez fue más rápido y logro tomar la espada -ya le dije que esa espada es una reliquia-  intento quitársela, pero la sostenía con fuerza, al ver que no podría hacer que la soltara, lo golpeo en el rostro con ella

- ¡Maldito Viejo! -  grito con su mano en su nariz - ¡Maldición! - había comenzado a salirle sangre - ¡Ahora me las va a pagar! -  se levantó de la silla, Cid comenzó a retroceder, pero el joven se acercó rápidamente devolviéndole el golpe

- ¡Alistair! -  lo detuvo antes de que siguiera golpeándolo -todavía no-

- ¡Por fin me había pasado el dolor de cabeza! -  siguió amenazándolo - ¡Y ahora por culpa de este vejestorio me empezo a doler otra vez! -  lo agarro de la solapa y lo estrello contra la pared

- ¡Te dije que todavía no! -  los separo - ¡Ve a sentarte! -  se quedó junto a Cid hasta que Alistar se volvió a sentar -Ya puedes salir-  al decir eso otro hombre salió del baño, Cid se sorprendió al ver que era idéntico a el

-Qui…quienes son ustedes-

-Quítese la ropa-  le ordeno, pero Cid continuaba mirando al hombre que se parecía a el   - ¡No escucho! -  ese grito lo hizo salir del shock en el que se encontraba -Que se quite la ropa-  volvió a decirle, pero no lo hizo

-Deberíamos matarlo-  dijo Alistar mientras sacaba unas pastillas de una pequeña botella que tenía en su bolsillo -así sería más fácil quitarle la ropa-  se las tomo y las paso en seco

-Ya te dije que no-  miro a Cid quien estaba sentado en el piso -todavía lo necesitamos con vida-

- ¿Ustedes son de Ignem cierto? -  pregunto limpiando la sangre de su nariz, luego miro el reloj que se encontraba en la pared y vio que ya estaba por llegar su secretaria - ¿Qué es lo que quieren? -

-Por el momento, necesitamos su ropa-  se sentó en una de las sillas que estaban frente al escritorio -entrégasela a el-  señalo a su doble




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