-Coronel- saludo cuando lo vio llegar -sígame por favor- señalo el automóvil que los estaba esperando
- ¿Ya tienen todo listo? - pregunto cuando se encontraron dentro del auto
-Sí señor, Dieter y Kay ya los están esperando-
-Entonces no perdamos más tiempo-
El automóvil se puso en marcha. Esa era la primera vez que estaba en Basth, pero aun así él y sus hombres iban de incognito, no querían que nadie los reconociera, aunque tuvieron que mostrar sus identidades para que los dejaran pasar al otro lado del muro, no tuvieron tiempo de crear unas identificaciones falsas.
-¿Hendrik Corvus?- dijo uno de los guardias sorprendido -Nunca imagine que lo vería por aquí-
-Y esa es la intención- le mostro un fajo de billetes -nadie debe saber que estamos aquí-
El hombre miro el dinero y se quedó pensando por un momento, el era el unico que se habia acercado al automovil, sus compañeros se habian quedado al otro lado de la puerta
-Está bien- miro a todos lados -nadie sabrá que están aquí- Hendrik le entrego el dinero y el hombre dio orden para que abrieran la puerta y los dejaran pasar, anotando un nombre diferente en el manifiesto de entrada.
Sin detenerse se dirigieron hasta el hotel donde Kay y Dieter los estaban esperando, este se encontraba cerca del bar donde Rod se veía con Kristal. Cuando Hendrik iba de regreso a la capital, recibió una llamada de Víctor, quien le dijo que habían recibido una pista sobre Seth, aunque al principio dudaron de la veracidad de esta, principalmente porque desde que habían puesto los carteles, muchos habían llamado diciendo que lo habían visto, pero todas resultaron ser pistas falsas, ésta si la tomaron en serio ya que dieron un detalle que nadie más había dicho, dijeron que su nombre era Seth. Kay y Dieter llegaron primero ya que se encontraban más cerca, además de que tendrían que verificar que Seth si se encontrara allí. Y así fue, apenas llegaron, entraron al bar para esperar si lo veían, Quinn fue quien los recibió, antes había hablado con Bernard para que pudieran ver a Rod con la máscara puesta, aunque Bernard ya le había advertido de que se la quitara antes de salir de la habitación, a Rod siempre se le olvidaba, así que, en una de esas oportunidades, Bernard se encargó de que pudieran verlo antes de sacarlo fuera del bar y decirle que se quitara la máscara. Cuando lo vieron le informaron a Hendrik, quien se encargó de llevar las armas que utilizarían, además de su armadura que no había podido llevar a Noir, debido al estricto control de armas que tenía Lars para los recién llegados, en especial si eran del ejercito de Ignem, pero en Basth era diferente, allí si podría llevarla escondida y nadie se daría cuenta.
-Aquí es- dijo el chofer deteniéndose frente al hotel
Hendrik se bajó seguido de Lear y Steiner, el chofer se encargó de llevarles las maletas hasta la habitación en la que se quedarían.
- ¿Qué ha pasado? - pregunto Hendrik cuando se encontraron los cinco reunidos, de nuevo la misión la llevarían a cabo solo ellos
-Nada, sigue igual- respondió Kay –desde que llegamos ha mantenido la misma rutina, siempre llega casi a la misma hora- miro su reloj -generalmente a esta hora ya debería salir-
Hendrik se acercó hasta la ventana desde donde se podía ver la entrada trasera del bar, se quedó allí hasta que lo vio salir, pero no pudo ver su rostro, tenía una capucha que lo cubría además de que la iluminación no era muy buena.
- ¿Estás seguro de que es él? - pregunto sin dejar de ver por la ventana
-Sí, pudimos ver bien su rostro- dijo Dieter acercándose a la ventana para verlo mientras se alejaba -definitivamente es el, siempre utiliza esa chaqueta con capucha para poder cubrirse su rostro-
- ¿Han podido averiguar donde se está quedando? - se alejó de la ventana cuando lo perdió de vista
-No, no sé cómo lo hace, pero siempre le perdemos el rastro, el hombre que nos dio la pista tampoco sabe dónde se está quedando-
- ¿Y porque va todos los días a ese bar? - Kay y Dieter se miraron sin saber cómo reaccionaría Hendrik a lo que le dirían - ¡¿Qué pasa?!- pregunto molesto
Se encontraba de mal humor desde que se enteró que estaba en Basth y no en Noir, estaba furioso porque los había engañado, les había hecho perder el tiempo yendo hasta Noir y arriesgarse a un enfrentamiento con Lars, por eso Dieter y Kay no sabían cómo decirle.
- ¡¿Se volvieron idiotas?!- volvió a gritar al ver que no le respondían - ¡Díganme de una maldita vez! -