Proyecto Aurora

2- El Laberinto Digital

El comunicador de Kaito emitió un suave pitido. En la pantalla apareció el rostro de Anya, iluminado por el resplandor de múltiples monitores. Sus ojos, penetrantes y llenos de una inteligencia salvaje, analizaron a Kaito con la rapidez de un procesador.

—Detective Nakamura— dijo Anya, su voz tranquila pero con un subtexto de urgencia. —¿Qué te trae por mi humilde santuario de bytes? Espero que sea algo más interesante que la última vez—

Kaito sonrió ligeramente. —Mucho más, Anya. Se trata de la Dra. Aris Thorne. Desapareció hace dos días. Y tengo esto— Proyectó en la pantalla un holograma del pequeño dispositivo encriptado. —Necesito que lo descifres. Y más importante aún, necesito saber quién más está interesado en ella—

Anya se inclinó hacia adelante, sus dedos volando sobre un teclado virtual. El dispositivo encriptado apareció en una de sus pantallas, un intrincado rompecabezas digital. —Dra. Thorne... sí, su trabajo es de vanguardia. Regeneración celular... interesante. Pero también peligroso, si cae en las manos equivocadas—

Mientras Anya se sumergía en el código, Kaito se sentó, sintiendo la frustración crecer. La lluvia afuera había cesado, pero la atmósfera de la ciudad seguía cargada de una ominosa quietud. Sabía que OmniMind estaría moviendo sus piezas. La Corporación tenía una forma de absorber y neutralizar cualquier avance que amenazara su monopolio.

De repente, Anya dejó de teclear. Sus ojos se abrieron un poco más. —Esto es... inusual. La encriptación es de un nivel que nunca he visto, y eso que he desmantelado sistemas de seguridad de megacorporaciones. Pero no es solo eso. Hay una especie de... firma fantasma. Algo que se esconde justo debajo de la superficie—

Kaito se inclinó. —¿Una firma? ¿De quién?—

—No puedo identificarla todavía. Es como si la propia Dra. Thorne hubiera creado una capa de camuflaje para su trabajo, pero no contra los hackers, sino contra algo más. Algo que la estaba buscando activamente. Y parece que no solo lo estaba buscando, sino que también estaba intentando borrar su rastro digital *antes* de que ella desapareciera—

Anya pasó los siguientes minutos en un frenesí de actividad, abriendo múltiples ventanas, ejecutando simulaciones y trazando patrones de datos que solo ella podía comprender.

—Lo tengo. El dispositivo contenía una especie de 'llave maestra', pero no para abrir archivos. Es más como una llave para una puerta oculta dentro de la propia red de OmniMind. Una puerta que parece no estar en ningún mapa oficial—

—¿Una puerta dentro de OmniMind?—, repitió Kaito, con una mezcla de escepticismo y fascinación. —Eso suena a fantasía de ciencia ficción, Anya—

—La realidad a menudo supera a la ficción, detective— replicó ella, con una sonrisa maliciosa. —Y según lo que estoy viendo, esta puerta podría conducir a los laboratorios más secretos de OmniMind. Los que nadie conoce. Y las comunicaciones interceptadas sugieren que la Dra. Thorne estaba a punto de acceder a ella—

Mientras tanto, en los túneles, Anya recibió una nueva transmisión. Era un fragmento de datos de baja calidad, obtenido de una cámara de vigilancia de una zona industrial abandonada, cerca del laboratorio de la Dra. Thorne. En la imagen granulada, se veía una figura corpórea siendo arrastrada hacia una furgoneta negra sin distintivos. No se veía el rostro, pero la silueta era inconfundiblemente la de la Dra. Thorne. Lo más perturbador era la sutil anomalía que Anya detectó en el registro de la cámara: una breve distorsión temporal, como si el tiempo se hubiera curvado momentáneamente en ese punto exacto.

—Detective— dijo Anya, compartiendo la imagen con Kaito. —Creo que OmniMind no solo la tiene, sino que la están moviendo. Y esta distorsión temporal... no es un error de la cámara. Es algo que vi en algunos de los experimentos fallidos de OmniMind hace años, relacionados con... manipulación del espacio-tiempo. Algo que se suponía que estaba clasificado al más alto nivel—

Kaito miró la imagen con creciente inquietud. Si OmniMind estaba involucrado, las cosas se volvían exponencialmente más peligrosas. La Corporación no dudaba en eliminar cualquier obstáculo, y una científica con conocimiento de sus secretos más profundos era un objetivo primordial.

—Entonces, tenemos una puerta oculta dentro de OmniMind, una desaparición orquestada por ellos, y posible manipulación temporal— Kaito resumió, frunciendo el ceño. —Esto es mucho más de lo que imaginaba—

Anya asintió, sus ojos fijos en la pantalla, donde ahora se iluminaba un punto en un mapa de la ciudad.

—La puerta oculta está vinculada a una antigua red de túneles de servicio, supuestamente clausurada hace décadas. Pero los datos sugieren que ha sido reactivada. Y creo que es allí donde la llevaron. Es un riesgo enorme, detective. Entrar ahí será como adentrarse en una fortaleza digital y física a la vez—

Kaito se puso de pie, sintiendo una oleada de adrenalina. La tranquila melancolía de la mañana se había disipado, reemplazada por la urgencia de la acción. Sabía que no podía esperar más. El destino de la Dra. Thorne, y quizás el de la propia Neo-Veridia, dependía de lo que encontraran en esa "puerta oculta".

—Bien, Anya— dijo Kaito, su voz firme. —Prepara todo lo que necesites. Vamos a abrir esa puerta. Y si OmniMind está jugando sucio, se van a arrepentir de haberme ignorado—



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En el texto hay: ciencia, experimento, guerra

Editado: 16.11.2025

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