Proyecto Doppelganger

Paradigma Oblivion 3: Contrato [Iniciativa Oblivion]

Lo primero que hizo mi cerebro fue recordar ese momento en el que un condenado perro se lanzó para atacarme y seguido a eso estaba el hecho de mi brazo totalmente destruido, con eso último en mente mi cerebro reaccionó haciendo que todo mi cuerpo pasara de cero a cien en un segundo.

Me desperté abruptamente y ya no estaba en mi barrio sino en un lugar carente de sentido, observé a mi alrededor y no había nada, literalmente nada. Lo único que podía ver era un espacio blanco y vacío que se expandía hasta el infinito – ¿Acaso estoy muerto? ¿Ese maldito perro me mató? –me di cuenta que tenía puesta una bata de hospital – ¿Y mi ropa?

Pasaba mis manos por el rostro y el cuerpo solo para asegurarme que no fuera un fantasma, aunque ahora que lo pienso ¿si yo fuera un fantasma podría atravesar mi propio cuerpo? Realmente pienso que no, aunque tampoco podía estar seguro porque nunca fui o conocí a un fantasma –Si no estoy muerto esto debe ser solo una alucinación por gases tóxicos. Aunque si estoy en contacto con esos gases por mucho tiempo seguramente terminare muerto –eso me afligió bastante –Mama, se quedaría sola.

Sin duda no podía permitir eso así que tenía que encontrar una forma de acabar con lo que sea que sea esto, a pesar de solo haber un vacío blanco por todos lados podía estar seguro de que estaba parado sobre una superficie invisible porque no estaba cayendo. Di un paso hacia adelante con inseguridad y como nada ocurrió empecé a dar otro, y otro, y otro.

–No entiendo nada –no podía dejar de mirar todo lo que me rodeaba con la esperanza de llegar a encontrar algo, lo que sea. Pero la ausencia de todo hacía que esforzar la vista me lastimara los ojos, o eso es lo que sentía mi cerebro.

Estoy seguro que no debo haber dado más de diez pasos antes de que todo mi cuerpo impactara contra algo, mi cerebro sintió el golpe repentino pero esa sensación se esfumó rápidamente, como si en realidad no hubiera sentido dolor. Observe para adelante y seguía sin haber nada, pero esta vez levante la mano y al llevarla para el frente choque con algo, algo que no podía ver, una especie de pared invisible.

–Entonces esto no es una ilusión ¿estoy encerrado en algún lugar?

Repentinamente una voz cibernética habló desde todas las direcciones –En las instalaciones de OCCI para ser exactos –informó. Eso me puso en alerta, mirando cada rincón del espacio en búsqueda del o los parlantes responsables del sonido.

Para mi mala suerte no logre encontrar nada, aunque esas palabras si detonaron más recuerdos en mi cabeza – ¿OCCI? –repetí preocupado. Por mis ojos pasó la imagen de una joven chica morena de pelo negro, ella fue la responsable de asesinar al endemoniado perro con un rayo láser que salía de sus uñas y habló algo sobre no ser humano. Me concentre especialmente en eso último – ¿No soy humano? –pero rápidamente regrese a lo importante – ¿Dónde estoy? ¿Por qué estoy aquí?

Aquella voz cibernética volvió a hablar desde todas las direcciones del espacio blanco y vacío –WoW tranquilo emoción, noto que estás dispuesto al diálogo y tienes varias preguntas. Veras, no mentiré en decir que tu situación actual es complicada para ti, pero si gustas podemos llegar a un acuerdo ¿te apetece una taza de té?

Logre sentir una mueca formarse en mi rostro < ¿No estoy en una buena situación? Pero si ese perro me atacó a mi >al instante recordé la herida de mi brazo y al verla mi brazo estaba como nuevo, sin un solo rasguño o cicatriz a pesar de lo profunda que era la herida. Ya que no comprendía nada de la situación en la que me encontraba la mejor opción, y aparentemente la única también, era aceptar esa negociación que proponía la voz. Además de eso la comida es muy cara por lo que si alguien no turbio la ofrece siempre es bueno aceptarla.

–Está bien –concluí –Explícame todo.

El muro invisible, o blanco, delante de mí empezó a levantarse como si se tratara de una escotilla. Del otro lado pude ver que solo seguía extendiéndose ese vació blanco, solo que esta vez había algo más: una mesa de madera, dos tazas de porcelana, una tetera, una azucarera, dos cucharas, dos sillas y una siendo ocupada.

Primero pensé que delante de mí se encontraba un hombre, mientras el muro se levantaba podía ver a una persona sentada en la mesa y vistiendo un elegante traje negro. Pero cuando la escotilla se levantó por completo comprendí que ese no era el caso, que no se trataba de un humano, y la razón estaba en su cabeza, no era la de una persona sino más bien se trataba de un monitor en cuya pantalla negra unos cuadrados verdes formaban dos rectángulos que simulaban ser ojos y otro que era una boca.

Esa cosa tuvo que percatarse de mi temor inicial –Tranquilo, no voy a lastimarte. Tampoco es como que pueda –esa voz cibernética era la misma de hace un momento ¿se trataba de un robot acaso? Entonces sería uno muy raro.

Tenía una mala sensación dentro de mi cuerpo solo que tampoco tenía más alternativa, si no seguía adelante tendría que quedarme encerrado aquí donde no hay nada y no podría al menos tener la oportunidad de regresar con mamá y Copérnico.

Camine hacia adelante y cuando llegue a la mesa me senté en la silla. Al instante ese ser tomó la tetera para servirme te como había dicho, sus muñecas y manos parecían ser las de un humano, aunque su extraña cabeza seguía descolocándome –Puedes ponerle azúcar a gusto –dijo regresando la tetera al medio de la mesa.

Aun un poco reacio tome la taza de porcelana, estaba un poco caliente y el vapor salía de ella – ¿Qué es este lugar? ¿Por qué estoy aquí? –quise saber acercándome la azucarera para servirme.

–Así que directo al grano, supongo que es entendible. Entonces lo hare yo también, como dije antes te encuentras en las instalaciones de OCCI como prisionero.

No entendía que es OCCI, pero si lo demás y me parecía que no tenía sentido – ¿Prisionero? Si yo no asesine a ese perro.




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