Proyecto Doppelganger

Capítulo Extra: Mártir Primogénito.

 

Buenos Aires – Muro Protector de La Plata – Noche.

 

Algo fascinante y muy improbable había ocurrido, las densas nubes grises de luminancia verde que suelen tapar el cielo casi en su totalidad hoy parecían estar de sabático. El pronóstico del clima informó que hoy no habría lluvias o neblinas acidas, pero toparse con algo así fue fascinantemente inesperado. Tanto que el niño puso en pausa toda la misión por un rato solo para poder apreciarlo, disfrutarlo.  

     Sus oscuros y curiosos ojos marrones quedaron pegados al manto negro de la noche, por un rato dejó que su conciencia pudiera contemplar tranquila el cielo estrellado. A la par una suave brisa acarició su rostro y su corto pelo rojo se alborotó, eso le provocó una sonrisa sin darse cuenta.

     Él junto a su grupo se encontraban en la cima de una gigantesca muralla de unos 50 metros de altura: de un lado se encontraba una sobrepoblada ciudad llena de rascacielos y luces, del otro un triste paisaje desértico, destruido y contaminado se expandía hasta donde alcanzaba la vista. Se supone que en la noche sería difícil notar lo feo del exterior de la ciudad, pero la razón por la que podía verlo era también la razón por la que se encontraban allí.

     Se trataban de gigantescas maquinarias, vagamente parecidas a locomotoras solo que con unos 20 metros de alto, unos 500 metros de largo y otros 100 de ancho; a los costados de la maquina sobresalía el logo de la Corporación Onyx. Ellos utilizaban esas máquinas como camiones de basura gigante, mientras arrasaban todo el paisaje muerto utilizaban gigantescos tubos para absorber la basura como aspiradoras; si encontraban cosas más delicadas desplegaban largos brazos robóticos para manipularlos.

     Aquellas maquinas tomaban toda la basura que se encontraban a su alrededor mientras se desplazaban, se quedaban con cualquier cosa mínimamente de valor y devolvían todos los restos de basura por la parte trasera. Aunque todo ese proceso tenía su coste, las grandes chimeneas de la parte superior liberaban un humo toxico y gris que luego se unirían con los demás cúmulos.

     La fascinación del niño por lo que estaba más allá no terminó a pesar de escuchar como alguien se le acercaba a su lado. –Disculpe… –habló un joven fácilmente el doble de alto que el niño, estaba en su totalidad vestido de negro y tenía una capucha que cubría la mayor parte de su cabeza. De todas formas el viento fresco liberaba algunos de sus mechones rojos carmesí y podía notarse un parche en el ojo izquierdo.

     Antes de que siquiera pudiera decirle algo el niño lo interrumpió sin verlo. –¿Sabes? Sin duda esas nubes sumadas a las que ya están harán que para mañana esta vista vuelva a ser imposible.

     Su versión de joven adulto comprendió, asintió con la cabeza y retrocedió unos pasos para darle un poco más de tiempo. Pero de todas formas el niño le siguió hablando, a él y los otros dos que estaban más atrás. –R no solo me lo contó, me permitió verlo en sus recuerdos –soltó un suspiro–. El espacio exterior es tan maravilloso, no sé porque logra encantarme tanto.

     –Es una linda noche, podría gustarle a cualquiera –comentó el joven con el parche.

     Fue entonces que el niño lo miró. –Es verdad, una lástima que a pesar de eso no creo que nadie en la ciudad se moleste en levantar la cabeza de sus celulares y goce el cielo nocturno. –Le dio un pequeño vistazo a la metrópolis bulliciosa de fondo y luego regresó su vista al cielo estrellado, por un segundo podía sentir como si le devolvieran la mirada–. A veces me dan celos de R, ha podido visitar en todo su esplendor el cosmos y recorrer hermosos planetas, la mayoría bendecidos. Quizás sea demasiado desear que el nuestro también sea bendecido.

     –Bueno, si todo nuestro plan termina saliendo bien puedes reconfortarte en saber que tendrás este paisaje más seguido.

     El niño volvió a mirarlo. –Si todo sale bien quiero pedirle a R que me lleve a explorarlo en carne propia. –Acto seguido bajó la vista y analizó su propio cuerpo infantil–. Tú entiendes. Incluso quizás podría buscarlo a él y viajar juntos, si es que aun quiere estar conmigo. –Entonces el niño pudo ver un destello fugas en las estrellas, deslumbró la imagen de alguien: con ojos azules como el cielo diurno de antaño y un cabello rubio rulado; como era natural esa imagen vino acompañada de un dolor en su corazón que los otros tres también pudieron sentir.

     Antes de ponerse más triste y melancólico el niño se puso de pie, sacó su celular para ver la hora. –Ya son las 00:33 AM así que será mejor que empecemos de una vez.

     Escuchar eso le sacó una sonrisa a su versión más alta y con un parche, se acercó a la esquina que daba para el paisaje desértico y contaminado e hizo un gesto con su mano. Cualquiera pensaría que en un principio no pasó nada, pero la luz de la luna reflejaba pequeños y finos hilos que iban desde sus dedos hasta engancharse con una montaña de basura en el exterior. Acto seguido cortó los hilos que salían de sus manos y los ató al muro para que quedaran firmes.

     –Bien hecho Nox –dijo el niño a la par que sacaba de su mochila unos tubos metálicos. Los enganchó al cable para que pudieran usarlo como tirolesa y deslizarse a las afueras de la ciudad capital.

     El primero en lanzarse fue P1, seguido por el niño, P2 y por ultimo Nox. Cuando P1 llegó a la montaña de basura abrió bien los brazos para recibir al niño y evitar así cualquier tipo de daño, una vez que estuvieron todos bajaron de la montaña de basura y se movieron con el mayor silencio posible.

     Alrededor de la montaña de basura se encontraban decenas de otras más, su altura variaba entre 10 y 20 metros y el mal olor a veces era más fuerte. Lo que más destacaba eran los letreros luminiscentes que decían “Prohibido el paso a todo personal no autorizado” y “Propiedad privada de la Corporación Onyx”. Los cuatro ignoraban todo eso para dirigirse hasta su objetivo, una de aquellas gigantescas maquinas que se encontraban apagadas y en reposo cerca de los muros de la ciudad.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.