Miércoles 5 de noviembre – Ciudad de Salta – Plaza al frente del colegio.
El verde radiactivo del cielo se difuminaba entre las nubes grises, las probabilidades de una lluvia acida eran tan pocas que cualquiera podía salir sin miedo y sin tomar precaución. Quizás las condiciones de la plaza no fueran las mejores, había caminos de cemento pero a los costados solo se apreciaba tierra y ramas secas. La vegetación natural pereció ante el clima radiactivo y la municipalidad nunca la reemplazó con otra mejorada genéticamente para soportarla más.
De todas formas, eso no le importaba a la persona que se encontraba allí, ya que esta plaza a pesar de su apariencia tenía algo de lo que las otras carecían. Tenía juegos: un tobogán, sube y bajas, y lo más importante; columpios.
El Modelo Informático Unidad 7 era el único presente en el lugar y disfrutaba como un niño pequeño hamacarse en los columpios. En realidad, él está asignado al barrio de Noah, aunque viva en el cuartel cerca de la casa de la madre del progenitor; pero en este momento Noah está en La Plata como parte de su viaje de estudio. Así que I7 realmente no tenía motivos para estar allí (bueno si tenía un motivo pero era supervisión más periódica) y como tampoco le asignaron un trabajo decidió darse este gusto.
Como tal él nunca experimentó el sentimiento de columpiarse, lo conocía vagamente por los recuerdos y sensación del progenitor dentro de la red. Sin duda hacerlo en carne propia se sentía diferente a los simples datos en un espacio digital: el aire en la cara, su cabello sacudiéndose, mover los pies para ir más rápido, la sensación de estar a punto de caerse y la satisfacción de llegar cada vez más alto hasta casi perder el equilibrio.
La red no llegaba a simular del todo bien esas cosas, y decirlo o leerlo sin duda no era lo mismo que vivirlo; pero si llegaba a asemejarse bastante.
Cuando el columpio se caía de atrás para adelante I7 estiraba a lo largo sus piernas para obtener más velocidad, cuando ocurría lo opuesto guardaba sus piernas y se dejaba caer con el mayor peso. El interior de su estómago se agitaba un poco por la sensación pero podía soportarlo, aunque pensó que poder vivir esa experiencia por primera vez duraría más tiempo.
Interior de la red:
+Canal de los Informáticos Salteños:
[I3]: ¿Dónde te encuentras I7?
[I7]: Estoy en la plaza hamacándome ¿Por qué?
[I3]: ¿En serio? ¿Acaso te olvidaste? Ya va a ser la hora, te necesitamos.
[I7]: En el cronograma no figuraba nada para hoy.
[I3]: Es porque decidimos no anotarlo porque I1 nos retó, pero ya va a empezar ¡Apresúrate en venir!
Un poco de mala gana I7 empezó a perder altitud y velocidad, realizó con perfección los cálculos en su cabeza para pegar un salto, dar una vuelta en el aire y caer de pie en el sendero de cemento. El clon soltó un suspiro para ponerse en marcha, no obstante, decidió interrumpir su destino al percatarse de algo.
Caminó hasta el borde de la plaza para seguir derecho cuando se dio cuenta de un hombre con traje que estaba parado en la entrada del colegio en frente, la puerta estaba cerrada, pero el sujeto la observaba casi hipnotizado. Atraído por la curiosidad I7 no pudo resistirse en acercarse para ver que sucedía.
–[Duda]: ¿Requiere algo en específico en esta institución académica? –preguntó soltando al hombre de su transe.
Él se sorprendió un poco al girarse y encontrarse a alguien. –¿Tú asistes a este colegio?
–[Respuesta]: Mi hermano menor lo hace.
–No entiendo cuál es el motivo de cerrar un colegio un día miércoles, cuando me dijeron que vengan aquí pensé que estaría abierto –contestó el hombre con una voz algo distraída, parecía ser el tipo de persona que podría pasar varias cosas por alto.
–[Explicación]: Eso se debe a que esta institución solo opera por la mañana, de ocho am hasta las catorce pm como muy tarde.
El hombre ojeó la hora en el reloj de su muñeca. – Ya veo, son las dieciséis pm ahora. –Acto seguido metió su mano en el bolsillo y sacó una tarjeta que le dio al clon–. Por favor hazme el favor de entregarle esto a tu hermano cuando lo veas, dile que se lo entregue a sus directivos. Así me ahorras el tiempo de venir mañana.
Con el ceño fruncido I7 inspeccionó un poco la tarjeta. – [Respuesta]: Petición aceptada.
–Muchas gracias. –El hombre inclinó la cabeza antes de pasar al lado de I7 y marcharse.
El Modelo Informático se la guardó en el bolsillo, debido a ese hecho inesperado terminó por retrasarse más de lo planeado, por lo que tuvo que correr de regreso. Claro que su condición física no podría compararse con la de uno de sus hermanos combatientes por lo que en tan solo tres cuadras tuvo que empezar a hacer varias paradas para tomar bocanadas de aire.
Haciendo un buen calculo entre intervalos de descansos, corridas y velocidad de corridas pudo llegar más pronto de lo que esperaba en un principio. Cuando ingresó al barrio tuvo que seguir unas cuadras por el costado de un descampado hasta llegar a un terreno abandonado con algunos edificios a medio construir.
Al entrar primero I7 se encontró con un basurero abandonado, el suelo era de tierra y se notaba que algunos vecinos fueron a tirar cosas que no les servían. Ignorando ese entorno caminó por un pasillo hasta llegar a una puerta cerrada, sacó una llave y la abrió. Desde el otro lado de la puerta el lugar cambiaba radicalmente a uno que sí estaba terminado de construir, las paredes estaban pintadas, había mesas, computadoras y electricidad.
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Editado: 20.03.2024