“Cambio de lugares”
Samantha:
¿Qué hace a un chico tan irrisible? Acaso es por su cuerpo atlético, por su sonrisa que puede desmayar a millones o acaso es por su cara tallada por los mismísimos dioses griego del olimpo. La verdad no tengo la más remota idea del por qué todas las chicas de la escuela se derriten como conos de helado por todos los chicos populares, pero sobre todo por los del equipo de fútbol, no voy a negar que ellos están en buena forma, pero es en parte por su trabajo con el equipo, y antes de que me digan lo contrario, no voy a negar que algunos heredaron los mejores genes de sus familias, pero no es para tanto, que tengan una linda sonrisa y ojos cautivadores no los hacen la gran cosa.
No todo se basa en belleza, la gran mayoría de esos chicos son unos tremendos idiotas, y aquí me dirán que estoy generalizando, que no todos son así y que algunos son unas buenas personas, si lo sé, no podemos comparar a todos, cada persona es diferente a otra, pero es enserio, los chicos de mi escuela son unos idiotas por donde los mires. Pueden estar bien físicamente pero su cerebro es tan pequeño como el de una ardilla.
Toda la población femenina de mi escuela está loca por los integrantes del equipo de fútbol, hablo enserio, he escuchado como varias han tenido fantasías sexuales con algunos. La gran mayoría por no decir todas suspiran por los pasillos, con una solo una mirada y una simple sonrisa literalmente se desmayan.
— Bien, antes que nada, quiero darle una gran bienvenida a la clase de cívica — la profesora nos da una sonrisa alegre, mira de forma rápida todos los lugares antes de volver a hablar — Sé que la ida del profesor Wolf puedo ser muy repentina y que muchos lograron encariñarse con su persona pero déjenme decirles que también pueden confiar en mi tanto como lo hicieron con él, quiero que todos nos llevemos bien y podamos disfrutar de la clase — termina de decir, el profesor Wolf renunció hace dos días sin dar motivos, solo presento su carta y se fue, lástima porque me agradaba mucho, era muy divertido y energético, lo extrañaremos profesor Wolf.
— Tengo entendido que tenían avanzado hasta la página doscientos del libro de cívica — esta era una de las clases más aburrida a mi parecer, siempre eran los mismos temas. Al menos el profesor Wolf la hacía más entretenida.
— Quiero hacer una dinámica con este grupo, cívica se trata de poder convivir con el resto de personas a nuestro alrededor, pero para poder convivir de buena forma hay que tener armonía entre nosotros por eso mismo es que hare un pequeño cambio, a partir de hoy cambiaremos de lugares — todos mis compañeros e incluyéndome nos quejamos, no quería cambiar de lugar, me gusta estar en la fila de en medio, era el lugar perfecto, no era adelante pero tampoco al fondo además tengo una buena vista del patio trasero.
— Los cambios será de forma aleatoria, vamos chicos no se quejen antes de tiempo, tomen esta situación como una nueva forma de conocer mejor a sus compañeros — sonrió buscando la lista de alumnos. Yo no quería conocer mejor a mis compañeros, a lo mucho sabía si todos habían venido, solté un suspiro mientras miraba hacia la ventana, este será un semestre muy largo al parecer.
La profesora Black, era idéntica a la profesora que salía en la película de Matilda, comenzó a mencionar los nombres en la lista, algunos se quejaban y otros solo suspiraban moviéndose a sus nuevos lugares, era lo único que podíamos hacer, no creo que la profesora valla a cambiar de opinión solo por escuchar nuestras quejas.
— Samantha Winter tu compañero será Maxwell Pierce — ¿Qué? No, me niego, no quiero ser compañera del idiota de Pierce.
Maxwell Pierce, el capitán del equipo de fútbol o alias el sueño mojado de la gran mayoría por no decir de toda la escuela y de las vecinas a la nuestra, si el chico era muy famoso entre la comunidad femenina, es el idiota más grande que he podido conocer en mi vida, se cree todo un dios en los pasillos, tiene el ego más grande que el Monte Everest. En conclusión, detesto a Pierce y no podre soportar estar cerca suyo por más de cinco minutos.
— ¡Samantha! — la profesora me llama — Tienes que moverte — dice al ver que no he tenido ni el más mínimo interés en mover mi trasero de la banca, me da una mirada seria esperando que me mueva, con toda la molestia que puede imanar de mi cuerpo me muevo de mi tan amado lugar, camino rumbo a la mesa de al fondo. Pierce esta con su celular entre sus manos sin prestar nada de atención, aparentemente lo que sea que este leyendo o viendo le es de gracia por que sonríe como idiota a la pantalla. Con todo el pesar del mundo dejo mi mochila en el suelo mientras tomo asiento a su lado.
La profesora continúa moviendo de lugares al resto de alumnos que hacen falta hasta que por fin luego de cinco minutos que para mí fueron sumamente eternos da inicio la clase.
— Esta dinámica de cambio de lugares es para que todos logren conocerse mejor, no olviden que ustedes no solo son compañeros de clases, también pueden lograr ser muy buenos amigos —
— Les daré unas preguntas para que las llenen con su compañero de banca, quiero que sean sincero y respetuosos — agrega, reparte los folletos, cuando llega a mi lado me da una sonrisa entregándome el folleto, lo tomo sin devolverle la sonrisa. No quiero ser grosera, pero desde el momento que me obligo a estar al lado de Pierce toda la poca amabilidad que puedo expresar murió para mí.
En el folleto había varias preguntas tontas, estamos en la escuela no en primaria, ¿Cuál es tu color favorito? No tenemos cinco años para estar respondiendo este tipo de preguntas. A mi lado Pierce garraspeo leyendo el folleto, mire por el rabillo de mi ojo derecho como soltaba una risa disimulada, al menos no soy la única que piensa que estas preguntas son estúpidas.
— Hay que iniciar con esto — dije tomando un lápiz, mientras más rápido pase el tiempo podre librarme de este idiota, Pierce imito mi acción. Volví a releer las preguntas, por más que lo haga todas son igual o peores que la anterior.