Proyecto Elite 4: La guerra de las legiones

Capítulo 14: Huida y reunión

Todo está planificado por nuestra parte a las 9:30 pm hay cambio de turno entonces tendremos que despistar a los guardias, primero yo simulare que quiero ir al baño, si es una cárcel y es raro que no tenemos nuestro baño en la celda, pero volviendo al plan original es mi oportunidad.

 Noqueare al guardia y me hare pasar por uno de ellos en el cambio de turno para luego abrir las celdas de mis compañeros, por suerte Allister tomo clases de aviación y nos podrá sacar de aquí.

—Necesito ir al baño— grito al guardia.

Siempre llegan tres: uno para quitarme las esposas, el otro me toma con una soga las manos en caso de que quiera atacar y el tercero a mi espalda para que pueda tomarme y ahorcarme.

El baño es muy pequeño así que solo cabe uno, es una ventaja que debo aprovechar. Me bajo el zíper y hago como que tengo ganas, solo pasan unos minutos y el guardia comienza a tomar su bastón en eso se escucha el ruido de la orina saliendo.

Al terminar le pateo los testículos y le tapó la boca para que no se escuche su grito ya que los guardias resguardan la puerta desde afuera, me coloque el uniforme en ese momento antes de salir tomo un aturdidor:

—Necesito ayuda— grito.

Me escondo detrás de la puerta para tomar a un guardia por la espalda y electrocutarlo, mientras al otro lo logro noquear con un gancho al estómago y un codazo en el rostro.

Tomo sus llaves y llaves magnéticas, la sala de control de reos especiales se encuentran en el segundo nivel por suerte hay pocos guardias entonces pasare sin problema. Llego a la computadora central y abro la celda 10 a la 15, en ese momento aparece una flecha en el teclado.

—Fletcher— susurro.

Apunta la flecha a la venta que resulta rompiéndola y se lanza la alerta general. Fletcher y yo comenzamos a luchar, ella trata de golpearme con su arco, pero yo decido cubrir mi rostro colocando mis brazos en equis (X). Le lanzo un par de golpes, pero ella logra evadirlos para luego darme un golpe en el estómago, me acorala con su arco, toma una flecha de su bolsillo lateral derecho y veo como saca chispas mientras se acerca a mi frente.

Logro golpearla con la rodilla y luego la empujo con una patada, tomo su arco y lo lanzo a la ventana mientras huyo.

Nos juntamos con Allister y los demás chicos para tomar el avión mientras corremos varios guardias aparecen para ser golpeados, Al utiliza su súper humo para avanzar más rápido tratamos de que los guardias no utilicen sus armas: tranquilizantes, armas de alto voltajes, sedantes de cuerpo, golpes y entrenamiento profesional, parece un laberinto, pero pronto llegaremos a los hangares. 

Llegamos al avión y comenzamos el despegue, al parecer estamos en una especie de desierto, no puedo distinguirlo por la luz nocturna, en fin, salimos de esta pequeña prueba de habilidad que nos pone el destino. Tenemos ropa normal y decidimos lanzar la de prisionero por los cielos.

Alex se sienta a ver su brazo como si sintiera lastima por si mismo.

—Estas bien— digo.

—Si, lo estaré— responde.

Eso no me suena bien.

—Puedo hacerte una pregunta—.

—No es de nacimiento— responde.

—¿Hablamos del brazo? —

—No te preocupes no me ofende la pregunta o tu curiosidad, pero esto lo hicieron los corazones negros— dice.

Creo que no somos los únicos con enemigos en este mundo

—Tiene que ver con Leo—

—Los corazones negros son una sociedad muy antigua, desde hace mucho tiempo existen, debería de proteger a una muchacha llamada Galata pero me enjuiciaron hace mucho y estoy preso— dice.

—¿Hay más como tú? —.

—Los corazones rojos y los tréboles negros somos dos sociedades que protegen la misma causa de ustedes y por ahora soy el único con este brazo metálico— dice.

—¿Qué paso? — digo.

—Atrapamos a Gael un miembro que secuestraba jóvenes universitarias para la trata de personas, lo metimos a la cárcel, pero al final el me tomo y me corto el brazo y creo que los tréboles negros decidieron colocarme este brazo, eso supongo— dice.

Vaya una dura vida que ha pasado Alex me recuerda un poco a mí cuando empecé hace unos años con esta aventura de ser súper héroe, pero la realidad es otra.

Después de dormir Allister nos despierta para darnos una mala noticia.

—Chicos, estamos en Guatemala, pero no les gustara ver esto— dice.

Cuando llegamos vemos la ciudad destruida, el aeropuerto está custodiado por androides de Marshall, parece ser una ciudad altamente resguardada por la robótica avanzada.  




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