Proyecto Ethan

Capitulo Trece

Luz...


 

Cámara...


 

Acción...


 


 


 


 

Addison.


 


 

—¿Estás más calmada? —preguntó, Roger. Después de dejar la taza en mis manos— toma un poco.


 

No hablamos en todo el camino, solo hemos estado en silencio desde que llegamos a este departamento. Una parte de mi se siente mal por haberlo golpeado, pero de cierto modo siento que poder gritar y sacar esa espina de mi pecho, fue algo que me sirvió para liberar eso que he estado reteniendo.


 

No está bien guardar el dolor y las ganas de gritar, eso al final explota y te hace hacer cosas de las cuales arrepentirse. Bebí un vaso de alcohol y claro que me arrepiento, de no ser por Ethan algo hubiera sucedido. También golpee a Roger pero, de cierto modo siento que no me arrepiento. Y no solo hablo del golpe, si no también de lo que le dije. Necesita no pensar solo en negocios y en la posición social de alguien, cuando lo que verdaderamente no se debe perder es la dignidad.


 

Alex… no debí. Sé que no debí haber sido grosera cuando él al final no tuvo la culpa de no notarme. Fui yo la que cometió el error de esperar algo y no admitirlo. Supe que sus gustos son muy diferentes a mi. Pero de igual modo yo quise continuar con esa esperanza interna de que su mirada hacia mi fuera distinta.


 

Uff. Que ilusa suele ser una persona cuando tiene una ilusión que se quedará en eso.


 

—¿No hablarás conmigo, Addison? —no lo miré ni a los ojos—bien.—Se levantó del sillón—iré por una camiseta, apestas a alcohol.


 

Suspiré y tomé un trago del café que me dio.


 

No tengo idea ahora como veré nuevamente a los ojos a Alex, lo único que sé es que necesito sanar y estar bien. Pero al estar en el mismo lugar que él no podré estarlo.


 

Tomé mi celular y abrí el mensaje de WhatsApp que tenía de Ethan. Me pareció algo raro ya que pensé que seguiría con su fiesta. Según podía ver, estaba en línea.


 

Ethan.

¿Estás bien, Chica libros? Creo que tú hermano se enfado mucho por lo que sucedió. Si tienes problemas háblame, al final de cuentas, esto ha sido mi culpa.


 

¿Por que siente la razón de disculparse conmigo y darme consuelo por esa situación?


 

Ethan, sin duda, eres un enigma que no podré conocer. Tanto como una estrella que brilla pero inalcanzable para tocar.


 

—¿Qué es este lugar, Ro? —entré a la habitación y el buscaba por las gavetas.


 

—Ahora, la princesa golpea rostros, se ha dignado a contestarme. —bufó.


 

—Oh, Dios, cierra la boca. — rodee mis ojos, fui a la cama a tomar siento en el borde y dejé caerme por completo ahí. —no has respondido a lo que te pregunte.


 

Suspiró.


 

—Este es mi regalo de graduación del año pasado. Nuestro padre me lo hizo hace un tiempo pero no suelo venir mucho.


 

—Se sobre entiende que lo haga, eres su preferido.


 

—¡Para ya! —resopló—eres una malagradecida que no valora todo que lo ha hecho nuestro padre por nosotros.


 

Me alcé de la cama y lo miré con seriedad a mi hermano.


 

—¿Y por qué no, en lugar de hablar maravillas de él y todo lo que hace por nosotros, no hablan del mismo modo de todo lo que hace nuestra madre? —comenté con los brazos cruzados sobre mi pecho.


 

Su búsqueda fue abruptamente detenida por mi. No dijo nada, ni siquiera fue capaz de verme a la cara, su espalda seguía dándome la vista. Por el espejo que colgaba en una parte de la habitación pude ver con claridad que, su expresión estaba en completo dolor y tristeza.


 

Ahora lo entiende, comprende que yo sé que nuestro padre es exitoso y gracias a él tenemos todo. Pero ni siquiera eso es para llenar por completo el esfuerzo que ha hecho nuestra madre. Desde el divorcio comenzó a trabajar desde abajo, es una mujer culta pero que decidió salir adelante por si misma. Me entristece que mis hermanos vean más a mi padre como el exitoso, en lugar de valorar a mamá que está haciendo todo para ser dependiente de sí misma.


 

—Me iré a casa. —me levanté de la cama—Mamá regresará hoy en la noche, quiero dejar la casa lista.


 

Iba a pasar la puerta de cuarto pero Roger me detuvo al tomar mi muñeca.


 

—No puedes, no debes ir así. —insistió con tanta desesperación.


 

Con su mano sujeta de mi muñeca me giré lentamente a dónde estaba él.


 

—¿Por qué me dices eso, Roger? —no comprendo que razón lo hace actuar tan extraño.


 

O puede ser… Claro, es el único modo de que esto sea así. Me trajo a este lugar porque quería que estuviera recuperada para que ese hombre no me viera en mal estado.


 

Me solté y alejé por completo de Roger.


 

—No quieres que el Sr. White sepa esto, ¿no? —deduje—creo que hasta está en casa esperándonos, puedo que por eso estés tan preocupado.


 

Su mirada de sorpresa me dio a entender que he dado en el clavo. No fue ahí por mí o porque estuviera preocupado, es solo por cuidar que ese hombre no vea cómo estaba y en dónde me encontraba.


 

—Iré a casa justo como estoy, ya no estoy mareada por los efectos de esa copa, así que me voy. —di a andar mi caminar afuera de ahí.


 

¿Así que… así de gris es mi vida?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.