Proyecto Ethan

Capitulo Diecisiete

Luz...


 

Cámara...


 

Acción...


 


 

Sophia.


 

Acomode mi blusa al estar un poco torcida. Observé mi reflejo en el espejo y comencé a sacudir mi cabello. No me gusta verme mal. El hecho de que otras personas piensen que soy superficial, me tiene sin cuidado. Lucir bonita, está bien. Creo que si uno da a conocer su belleza, es importante. Una impresión correcta es la que hace ver qué tanto te aprecias a ti mismo. Y yo, me amo más que a nada en este mundo.


 

—Mm—me agaché en el suelo y noté una clara gota de sangre en el piso.—esto es extraño.


 

Si fuera de la cocina, sin duda no vendría por este lado de la casa. Mamá tiene la regla de no pasar por aquí con carnes o pollos, puede que bote sangre, pero no creo que pueda llegar hasta aquí.


 

Ay. Addison. Espero que no sea lo que estoy pensando.


 

Saqué de mi bolso un pañuelo, fui hasta el lava manos y lo humedecí. Llegué a dónde estaba la mancha y lo pasé hasta obtener residuos de la sangre. Saqué una de mis bolsas y guardé el pañuelo.


 

Esto no es común, espero que solo sea un pensamiento. Ella no es una demente, bueno, con el pastel puede ser, pero no creo que sea para algo como eso. Aunque, no le explicó la razón de por qué la mesa de la sala no está.


 

¿Qué tal si nos robaron y ella intentó defenderse?


 

¿Y si abusaron de ella y esa es la muestra de que dejó de ser virgen?


 

Necesito enviar esto a un laboratorio y que lo analicen.


 

—Lista.


 

Giré a dónde estaba ella. Me apresuré a levantarme y me forcé a sonreír.


 

—¿Sabes que pasó aquí? —me dirigí a la sala, había ciertas cosas, erróneamente acomodadas.


 

—Yo…—rascó su nuca—estuve modificando un poco esto.


 

Ajá. Y la rayas van con los cuadros.


 

—No eres Mónica Brown.


 

Su ceño se frunció al no entender lo que decía.


 

—Es una famosa decoradora y organizadora de los más importantes eventos. Además de ser la mujer que conquistó al viudo más atractivo y poderoso de España, —informé—no es posible que seamos hermanas.


 

Sonrió


 

—Tú me enseñas, Sophia.


 

Por supuesto que lo haré, no quiero ser la hermana de la rara que no tiene idea de las personas de nuestro círculo social. Es importante que sepa relacionarse, si piensa crear esos libros debe tener contactos. No creo que dentro de una habitación logrará mucho.


 

Salimos de ahí con rapidez. Addison lucía muy tensa. El chófer nos esperaba afuera con la puerta abierta para que nos adentráramos al auto. Noté que su mirada hacia la casa fue de preocupación.


 

Mmm… ¿Qué tal si tiene que ver con su amigo y ambos estén saliendo?


 

¡No! Sería catastrófico. Ambos escritores que puede que no vendan ni una hoja. Creo que llegó el momento de intervenir y guiarla a encontrar alguien que le guste. Suele ser muy torpe a la hora de actuar.


 

Pero… creo que para esto debo rogar por un milagro.


 

—¿Y que comprarás?


 

Habíamos llegado al centro comercial. Cada persona tenía su propio amor o pasatiempo. A Roger le gusta estudiar. El de Addison es leer y escribir. Y el mío, la moda y maquillaje. Estoy consiguiendo crear cosas realmente perfectas.


 

—Se acerca navidad. Sabes que debo lucir hermosa para esa temporada. Por esa razón,—saqué una lista de mi bolso. —hice esto.


 

Los ojos de Addison por poco se salen. Nunca imagino que vendría con una lista de tantas cosas.


 

—¿Y por qué…?— intentó hablar pero la callé al llevarla hasta una de las tiendas.


 

—Compraremos la ropa que usaré este mes, además de telas para el club de estilo.


 

—No entiendo porqué me invitas a mi y no a tus amigas.


 

Giré mis pupilas ante su comentario. Obviamente no soy ciega. Addison es sin duda una chica muy hermosa, su sangre y la mía corren por nuestras venas. Se sobreentiende que exista tanta belleza, es simple genética. Lo que no me agrada es que ella no vea eso, que no note lo hermosa que puede llegar a ser.


 

—Charlotte viaja a Reino Unido, tiene una campaña que publicitar. Maya está ocupada con la planeación del baile de navidad—Comencé a platicar del paradero de dos de mis mejores amigas.


 

Un bufido salió de los labios de Addison.


 

—¿Un baile? Puede que nieve y tú planeas un baile en navidad. Existirían un sin número de contratiempos por, —tapé su boca con mi mano para que no hablara más.


 

—¡Basta de hablar como una pesimista! Es algo que sin duda será perfecto.


 

—Señoritas, ¿En qué puedo ayudarles? —se dirigió a nosotras una empleada.


 

—Quiero una revista de todos los nuevos artículos que han venido. He revisado la página en Instagram de la tienda y quiero ciertos artículos.—comuniqué tecleando mi teléfono.—apresúrese.


 

Seguía la mujer frente a mi y sin nada de movimiento. No me agrada cuando no cumplen lo que quiero al momento que lo pido.


 

—Enseguida.


 

Resoplé.


 

—Deberías ser más cortés—aconsejó—se ve que aprende aún esto.


 

Ay, no porqué ella crea que la amabilidad es con todos, significa que tenga que ser buena con las demás personas. Me conoce y sabe la forma en la que nuestros padres nos criaron. Nuestro alrededor ha sido criado con este tipo de actitud hacia los que no pertenecen a nuestro círculo, no es mi culpa, y no es que me burlé o juzgue a alguien.




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