Proyecto Ethan

Capítulo Veintitrés

Luz...


 

Cámara...


 

Acción...


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 


 

Sophia.


 

Sonreí al ver el nuevo vestido que estaba esperando a la venta. Fui hasta el número de teléfono para ordenar unos cuantos de diferentes colores, quedaría fantástica para estas fechas navideñas. Necesitaba lucir bien con mi nuevo vestido y accesorios para el baile. Eso es algo que ni en un millón de años lograría ser superado. Soy la clase de chica que se siente orgullosa de si misma y no duda de su buen estilo, estoy preparada para aceptar cualquier crítica o comentario de mal gusto sobre mi. Honestamente, no tengo interés alguno sobre lo que puedan decir. La única opinión que respeto y sigo es la de mis Padres. Suena ridículo que me interese más la de personas extrañas que no tiene nada bueno que hacer con su existencia.


 


 

—¿Qué piensas de este, Sophia?—preguntó a mi lado, Maya — Me gustaron los cuadros del short pero, —ojeó con una mueca—la camisa y los tirantes no me convencen.


 


 

—Es un conjunto de piezas por separado, podemos modificar los tirantes de la parte de arriba. Deisy, es una gurú de la moda, verás que captará lo que quieres arriba.


 


 

Asintió.


 


 

—Lo haré. Tú nunca te equivocas.


 


 

Forcé una sonrisa en mis labios.


 

En ocasiones, desearía tanto equivocarme y no haber acertado en esa investigación. No sé que pueda hacer con esa muy peligrosa información que tengo de Addison. No la he visto desde mis días de recuperación. Si hemos charlado y hasta se ha preocupado mucho por mi. Soy yo y mi cobarde interior que no se atreve a decir algo con respecto a eso. Temo que la respuesta que me dé me comprometa a esa situación.


 


 

¿Por qué no te atreves a decir algo de lo que te sucedió?


 


 

Esa noche… algo en ti cambió, ¿no?


 

“—La sangre que trajiste, es sin duda de una persona, por lo que investigué podría tratarse de un hombre que este en sus treinta y seis años.—”


 

Lo he visto en sus ojos. Solo… en ese corto segundo cuando fue a la enfermería a verme. Noté por primera vez en mi hermana, ese brillo de querer llorar con una expresión de haber roto algo muy valioso. Ni siquiera con sus libros vi eso cuando fallaba. Está claro que algo le ha sucedido y no estoy segura que lo quiera compartir. Conociéndola, querrá resolver sus propios problemas para que nadie se preocupe por su situación.


 


 

¿Un robo?


 


 

¿Abuso?


 


 

¿Intento de secuestro?


 


 

Debo conocer la respuesta de ello. Ella no es de salir mucho y al hacerlo es cuando tiene que ver con sus libros. Eso me pone a pensar que, tiene que estar entrelazado con el club de escritores a los que asiste. Puede que de ahí tal vez esté el resultado que estoy buscando.


 


 


 

—¿De casualidad tienes el número de…—pensé por un segundo hasta acordarme— Hiroshi Yoshida? El presidente del comité de estudiantes.


 


 

Lo pensó por un momento hasta asentir. Rebuscó entre sus contactos hasta enviarme por WhatsApp su número. Lo agregué y comencé a escribir un mensaje.


 


 

Yo.

Hola. Soy Sophia White, presidente del club de estilo. Te escribo ya que quiero proponerte algo que nos convendría a ambos.


 


 

Esperé hasta su respuesta, dejé el teléfono en la mesa y me dispuse a beber de mi limonada. Estábamos en el club, en una de las terrazas del restaurant, observando nuestro alrededor. Ha sido un día cómodo en el spa dónde nos hemos relajado, expoliamos nuestros rostro con productos naturales y mascarillas que dejan la piel limpia. Necesitaba enserio este día de belleza por todo el estrés que estoy padeciendo con el baile. Una de las razones que aparezcan granos en la cara es por el estrés y preocupación, eso me solía suceder hasta que comencé mi tratamiento. Necesito tener más paciencia para que no se descontrole todo y mi rostro lo pague. Es una de las cosas que más me desagrada.


 


 

Nada mejor que un día de amigas y secciones de compras online.


 


 


 

—Guao. —un suspiro escapó de los labios de Maya.


 


 

Observé a mi alrededor y noté que se estaban enfocando en alguien que había llegado. Dirigí mi vista al mismo lugar donde todas comenzaron a coquetear, saludar y sonreír.


 


 

¿Todo eso es por el idiota de Einstein?


 


 


 


 

De nada sirve tener un buen físico, aunque si, admito que tiene solo eso a su favor. Me da lástima que se subestimen de forma tan baja al querer fijarse en un perdedor así. Soy alguien que acostumbra estar relacionada con triunfadores. Mi padre me crió para aspirar a lo más grande y fabuloso. Personas como Einstein son de un grado tan insignificante. Me levanté de mi asiento y le pasé por un lado sin siquiera dirigirle la mirada. No tenía razón de compartir el mismo lugar y oxígeno con alguien tan molesto como él.


 




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