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Acción...
“Cena de socios I ”
Roger.
Lo sujeté de la camisa, confrontándolo, cara a cara. Deseaba partirle la cara hasta que no quede nada de ese rostro. Por su culpa mi hermana estaba inconsciente, siendo chequeada por el doctor del club.
—Si piensas golpearme, hazlo. —me retó—igual, tú y yo sabemos que no fue intencional.
—Addison es muy delicada, —apunté la puerta de la habitación donde estaba siendo examinada—si hay consecuencias del golpe me encargaré de ti.
Sentí la mano de André sobre mi hombro para así tranquilizarme. Alexander fue hasta Ethan alejándolo de mi. Masaje mi cien entre mis cejas comprimidas. Me solté el agarre de André y me fui hasta la habitación donde estaban chequeando a Addison. Con solo mirarla acostada y el cabello revuelto pude recordar a la niña de mi infancia, me forzaba a jugar y ser su compañero en las aventuras más tontas, seguía aún ahí para mí. Puede que en este futuro nuestras opiniones y formas de ver la vida son opuestas, pero, eso jamás borrará el hecho de que la amo sobre todas las cosas y su dolor es el mío.
—¿Qué es lo que tiene, Dra. Meléndez? —me atreví a preguntar al ambos salir de la habitación y estar con todos.
—Bueno, —acomodó el estetoscopio en su cuello —Addison, por suerte está bien, el golpe que recibió fue fuerte, le di un tranquilizante para que durmiera. Le dejé unas pastillas para el dolor de cabeza que tendrá al despertar. Lo que le di la dejará algo mareada al despertar, deben estar pendientes—suspiró y se volteó a mi—Conozco a Addison desde niña, no es de jugar deportes y ambos conocemos la razón.
Es cierto que, esa vez, gracias a tal experiencia tan lamentable las cosas se arruinaron. Creo que aunque haya comprimido esos recuerdos malos en su mente, parte de ella la hizo ser más cerrada para el mundo, olvidando así el pasado y las feas experiencias.
—Su peligro de que algo como eso vuelva es mínima, —comentó hacia mi —me debo ir al hospital. Roger, me llamas si el dolor no se va con las pastillas.
—No le digas a mi padre, por favor.
—Está bien.—me pasó por un lado hasta la salida de la suite.
Afirmé con la mirada baja.
—André—lo llamé y me miró—toma, —le pasé la tarjeta de mi habitación—Es la llave de mi habitación, trae dos trajes. Y ve aprovechando para alistarte.
Asintió, sin nada más que decir, salió por la puerta. De esa misma entro Sophia, lucía elegante y con un vestido ideal para la cena de socios de papá. Estaba desconcertada por vernos ahí y con los semblantes serios.
—Addison fue golpeada por una pelota de tenis,—apunté al culpable—este imbécil lo provocó.
A Sophia se le iluminaron los ojos como estrellas fugaces, sus labios formaron una sonrisa imborrable, caminó hasta Ethan y dejó notar ese rubor en sus mejillas.
—¿No ves este rostro, Roger? —sostuvo las mejillas de ése— Ethan es inocente, no lo hizo enserio, ¿No?
Él la miró, dejándola con esa mirada boba, como quedan todas las chicas. Él, a pesar de verse incómodo, le sonrió.
—Gracias, princesa.
—Aww—mi hermana estaba babeando por ese chico mientras su mirada estaba perdida por él.—¿No es perfecto?
—Fue un accidente lo que sucedió, aprecio a tu hermana.
—¡Inocente! —declaró de forma instantánea.
Solté un bufido. Tomé el teléfono, aceptando la llamada de mi padre, hice una señal con mis manos para que no hablaran.
—¿Dónde están tus hermanos y tú? —se escuchaba impaciente—Conoces lo importante que es tenerlos aquí.
—Hubo un percance con el maquillaje de Addison y unos zapatos de Sophia. Estamos en camino.
Colgué la llamada.
—Bien, esto es lo que haremos. —llamé la atención de todos. —Sophia, debes arreglar a Addison y vestirla para la cena.
—¿Qué? —lucia indignada—no es solo telas que usará y pinturas cualquieras que le colocaré. Además, es pesada, ¿Cómo crees que podré moverla? —inquirió.
—¿No tienes a alguna amiga aquí?
— Mmm—con su ceño comprimido y sus labios en una mueca de pensar—¡Oh, si! —miró a Alex—¿Amy está aquí? Ella será de muchísima ayuda.
Asintió aliviando por completo este tenso ambiente de estrés.
—La llamaré, debemos hacer un milagro con Addison.
Fui hasta la puerta que fue llamada por toques a ésta. La abrí dejando ver al vecino al que Addison imparte clases. No esperaba verlo aquí y mucho menos con un atuendo tan elegante. Entró sin esperar siquiera que hablara, lucía angustiado pero a la vez acelerado, fue hasta la charola dónde había agua en una jarra, comenzó a beber hasta que este es escurriera por sus labios y mentón. Ethan solo le ofreció una servilleta para que se secara la cara. Alex estaba confundido al igual que yo, mientras que Sophia lo miraba con sorpresa pero cambió eso a indiferencia.
¿Qué está sucediendo en este caos?
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Editado: 13.06.2023