Proyecto Humblood

I.

- ¿Por qué siento que estas a punto de correr? 

 

Me tome unos segundos para responder. Deje salir el aire mientras doblaba otra camisa y la dejaba en mi bolsa de lona. 

 

- ¿Por qué piensas eso? -pretendí que no seguía su mismo hilo de ideas. 

 

- No me respondas con otra pregunta -reprochó. 

 

- No se que más decir. 

 

- Entonces sólo di que estoy en lo cierto. 

 

Bufé. No había forma que aceptase tal cosa, tenia que mostrarme fuerte porque costaría muy poco hacerme retroceder y en serio necesitaba todo lo que ofrecía esta oportunidad. 

 

- Alicia, necesito que me dejes empacar, ¿si? -deposite sin delicadeza otra prenda en la bolsa- No estoy para juegos en este momento. 

 

Elevó ambas manos en símbolos de paz. 

 

- Copiado -se rindió-, sin embargo reitero que se que estas asustada y solo no lo quieres vocalizar. 

 

- Ayúdame a encontrar mi kit para el cabello -ignore sus palabras-, si no lo encuentro mi cabello será un desastre y lo último que necesito en mi primer día es ser reprendida por algo tan básico. 

 

- ¿Cuando fue la última vez que lo viste? 

 

Se levantó de su lugar en la cama revolviendo mis pertenencias. 

 

- Hace un año, luego de mi último despliegue. -le dije- Me asegure de dejarlo junto a la bolsa de lona, pero cuando la saque no estaba allí. 

 

- Debería estar allí entonces, Gala. 

 

- En efecto, pero parece que se evaporó. 

 

Cerré mi equipaje dejándolo a un lado.

 

- Tendrás que salir a comprar todo de nuevo. 

 

- No puedo, el dinero con el que cuento esta comprometido. 

 

Salí de la habitación para volver a verificar en el armario donde guardaba la bolsa de lona. Los pasos de Alicia me siguieron de cerca. 

 

- ¿A que te refieres? 

 

- Mi madre lo necesita. -explique vagamente- Se lo llevare esta tarde. 

 

La risa sin gracia de Alicia se escuchó a mis espaldas mientras abría la puerta del armario, con dos pasos se encontraba junto a mi cerrando la puerta de golpe haciendo que la mirará al instante. 

 

- ¿A tu madre? -reitero lo que dije para verificar que escucho bien. Afirme con la cabeza- ¿Tu madre que te ha pedido dinero para ir a rehabilitación al menos unas cincuenta veces para terminar gastando todo en alcohol? 

 

- Prometió que esta vez lo haría. 

 

Alicia se encontraba roja de la furia y notaba que tenia que escoger sus palabras para no herirme. 

 

- Te ha dicho lo mismo un millón de veces, Gala. 

 

- Siento que esta vez va a ser diferente. -intente transmitir mi confianza, pero para ella era diferente. No era su madre de quien hablábamos- Le conté sobre mi nuevo empleo y esta emocionada. 

 

- Se emociona con todos los empleos que tienes porque sabe que va a conseguir dinero. 

 

- Le dije que no recibirá nada más de mi si esta vez no mejoraba. -me aparte del armario para tomar asiento en un taburete. Pensar en mi madre me hacía sentir cansada- Prometió que mejoraría. 

 

Alicia se sentó frente a mi juntando nuestras manos en el proceso. La mire intentando hacerle saber que no necesitaba un sermón pero era un hecho que lo recibiría. 

 

- Gala, este nuevo empleo tomará mucho de ti y no puedes permitir que tu madre tome lo que sobre. -comenzó- Trabajas desde los doce años para pagar su vicio y aun a los veinticinco crees que mejorará. Ella es un caso perdido desde hace mucho y lo único que la está animando ahora es el montón de ceros que recibirás en tu paga mensual que irán a parar en sus bolsillos para costear cada una de las botellas con las que desayuna, almuerza y cena. 

 

- Es mi madre, Alicia. No puedo simplemente dejarla a las buenas de dios. -respondí inflexible. 

 

Alicia me examinó unos segundos. Si se trataba de mi madre, todo en mi se transformaba en roca y nada podía traspasar. Me odiaba tanto en estos momentos como Alicia odiaba que no pudiera desprenderme de mi madre de una vez por todas, pero no era como ella y no podría desentenderme de quien me dio la vida tan sencillamente. 

 

- Solo no le des todo lo que tienes. -pidió. 

 

- Cuento con dos mil dólares, mil son para ella y mil son para el alquiler de este mes.

 

- Me encargo del alquiler este mes, no tengo problema. 

 

- Por supuesto que no. -negué repetidamente con la cabeza- No te dejare hacer eso, es totalmente irresponsable de mi parte dejarte pagar el alquiler de un lugar donde vivimos las dos. 

 

- Puedo permitírmelo y porque lo haga un mes no me iré a la bancarrota. 

 

Si Alicia se encargaba del alquiler este mes podría fácilmente comprar lo que necesitaba para mi cabello y aun sobraría, se lo dejaría antes de irme y no me sentiría tan culpable, y además, mamá recibiría su dinero y no me estaría quemando las pestañas pensando como conseguirá el dinero para el alcohol. 

 

- Bien, trato, pero pagare los dos siguientes meses de alquiler. -anuncie. 

 

- No tengo problema con eso tampoco. -se encogió de hombros con una pequeña sonrisa satisfecha- Ahora dejemos de buscar ese kit y solo vamos a comprar lo que necesitas. 

 

Nos levantamos y Alicia tomo las llaves de su escarabajo. Condujo un par de minutos hasta detenerse en una pequeña tienda donde compre ganchos y el moldeador para el moño reglamentario que las mujeres en la milicia debían llevar. Con eso listo pedí a Alicia que me llevase al viejo complejo de apartamentos de mi madre para poder despedirme de ella y dejar el dinero. Cuando se estaciono me quede unos segundos en el auto buscando valor dentro de mi. 




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.