Proyecto Humblood

XXXIV.

Las ideas se asentaron en mi cabeza enfrentando con decisión al par a unos metros de mí. Esperaron pacientes, sin interrumpir o insistir para que acabará con la incertidumbre que se creó en la habitación posteriormente a mis últimas palabras. 

 

— Tomen asiento. —pedí poniendo mis manos en la cadera y ellos siguieron mi comando— Debo aclarar que me encuentro bien. Todd, de hecho, fue bastante educado. 

 

— ¿Educado? —cuestionó Tales. 

 

— Lo se, ¿no? —reí sin gracia— Muy raro de escuchar, imaginate yo que lo presencie. 

 

— ¿A que te refieres con "la caída de Peter"? —quiso saber Lloyd yendo al grano.  

 

Inhale profundo pasando mis ojos por todo el lugar. 

 

— Tengo un plan. —comuniqué y me vieron con expectación— He pedido a Williams que consiga equipos de espionaje para instalarlos a lo largo y ancho del complejo. No se si escucharon hablar sobre estos equipos que adquirió la armada hace un tiempo, se trataban de pequeñas cámaras y microfonos que capturan audios e imágenes enviándolas a una fuente principal y se almacenan ahí hasta que alguien lo retira, puede estar a distancia lo cual es bueno porque si me descubren el material seguiría disponible. 

 

La expresión de los dos decayó. El desacuerdo se notaba a leguas. 

 

— Perdiste la cabeza. —declaró Tales negando frenéticamente— ¿Y eso de "si me descubren"? ¿desde cuando dejamos de referirnos en plural? 

 

— Gala, justo anoche tuviste una crisis. —razonó Lloyd— No estas tomando decisiones coherentes. 

 

— Se que anoche estaba contrariada. —no pelee ese punto— No dormí en toda la noche buscando una solución, uniendo hilos, juntando piezas... pensando en que era lo mejor para terminar con esto. 

 

— No puedes solo querer "terminar con esto" —Tales hizo comillas con los dedos, enojado— Te estás poniendo en un riesgo altísimo. Hay cámaras en el complejo y recientemente estaban instalando más, eso no es un plan viable. 

 

— ¿Y que es lo que quieres que haga, Tales? ¿eh? 

 

— Déjanos encontrar algo mejor con lo que trabajar. —contestó en súplica.  

 

— Tu dijiste que este era mi plan. —debati— Ya no me quiero sentarme a esperar que alguien encuentre soluciones por mi y al final tomar el crédito. ¿Crédito de que? ¿de tener ganas más no iniciativa? 

 

— No puedes arriesgarte de esa forma, Evans. Todo este tiempo ¿y aun no entiendes de lo que es capaz tu padre? —defendió su punto. 

 

— ¡Es lo que hay que hacer! —me mantuve firme— Se que no es un plan seguro pero, logrará algo más que sentarnos aquí y darle más tiempo. 

 

— Tu padre no es tonto. —intervino Lloyd— Al primer movimiento extraño estará sobre ti. 

 

— Ya está sobre mi. —anuncié y me dirigí a Tales— A Todd le enviaron una foto de los tres esperando por el taxi en Texas. 

 

— Eso no justifica que quieras arriesgarte de esa forma, Evans. —se levantó y alejo unos pasos— Estas actuando de la misma forma en que lo hace mi padre. Desesperada. 

 

— Tengo el apoyo de tu padre. —hice énfasis al final. 

 

— Claro que te va a apoyar. —se adelantó a decir Lloyd— Ese plan no sólo se te ha ocurrido a ti, estoy demasiado seguro de eso. Sólo que tienes que ser suicida para aceptar ejecutarlo y Todd no va a perder esa oportunidad. 

 

— No espero que me apoyen. —manifesté— Por eso quiero que llamen a Howard y Killard. Si no me van a apoyar, quiero que todos se mantenga alejados de mi. Lo último que necesito es que confundan las cosas y terminen asesinando a las personas incorrectas. 

 

— Gala, deja de decir eso. —riño Tales. 

 

— Tu padre dijo que si Williams no conseguía el equipo, alguno de sus líderes podría hacerlo. —seguí— Estoy decidida, no cambiare de opinión. 

 

— ¿Y si no te dejamos hacerlo? —retó Lloyd. 

 

— Soy muy buena huyendo. —replique— Me tendrán fuera de aquí en un parpadeo. 

 

— No tienes dinero. —recordó Tales— La ventaja es mínima. 

 

— Tengo mis métodos. —comenté confiada. 

 

— Gala, por favor, piensa lo que estas diciendo. —rogó Lloyd acercándose a mi— Esto podría ir mal de muchas maneras. 

 

Me aparté cuando intentó tomar mi mano. 

 

— Aceptaré las consecuencias. 

 

— Ella no... —Tales apretó la mandíbula— no está pensando las cosas bien. 

 

— Si algo me pasa, tendrán las pruebas contundentes que la corte militar pide. —me encogi de hombros— Eso seria bastante gratificante. 

 

— Si algo le pasa...—pronunció bajo Tales. Conectamos miradas y hablo—: No dejaré que nada te pase. 

 

— Eso es...—tragué— poco profesional. 

 

— Yo estoy contigo también, Gala. —accedió Lloyd— Buscare otro plan para que tengas que desistir de esa idea tan desquiciada que se metió en tu cabeza. 

 

— Otro plan en el que no tenga que adelantarse a su muerte. —agregó Tales. 

 

— Fueron ustedes quienes nombraron el tema. —recrimine— Yo tenía mucha fe en mi, no creí jamás ir a parar en un ataúd pero, ya que a ustedes les gusta ser tan severos, trataré el tema desde la parte cruda entonces. 

 

— ¿Cuando piensas ejecutar este maravilloso plan? 

 

— Para mi pesar, no hay forma de ir al complejo antes de los quince días de descanso, y aunque se pudiera, eso sí sería arriesgado. 

 

— Eso sí lo considera arriesgado. —se burló Lloyd— Yo tendré que regresar antes, no se cuando exactamente, pero Kitsch se está desesperando y mi ausencia no deja más que interrogantes entre los médicos. Podría llevar parte del equipo si el tal Williams logra conseguirlo antes. 

 




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