Proyecto Humblood

XLV.

- Si estás personas creen que van a ver mi precioso trasero sin pagar -sacó la camisa sucia de su cuerpo-, están muy equivocados. Una mordida en este pastelillo es un lujo, pudranse. 

- De todos modos nos escuchan, Killard. -le hizo ver Howard. 

- No les daré un vistazo a mi retaguardia. -mostró el dedo medio y cubrió la cámara- Estoy cansado como el demonio y lo primero que veo al entrar a este lugar es una cámara. Malditos del equipo beta, son unos besa traseros. 

- ¿Quieres más malas noticias? -Nomes apareció desde el baño- Hay una en las malditas duchas. 

- ¿En las duchas? -su tono se agudizó. 

- En efecto, Killard. 

- Depredadores. -escupió rabioso caminando al baño y chilló-: ¡Si hay una! 

- Te lo dije, hombre. 

- Cúbrela. -Tales paso las manos entre su cabello, cansado- No quiero videos de mi trasero. 

- Me cambie aquí y ni siquiera vi todo ese equipo. -quite el arma de mi hombro y caí en la cama- Seguro disfrutaron de verme en ropa interior. 

- Que modesta. 

- Sabes que no lo dije de esa forma, Tales. 

Me echo una mirada y le di un empujón juguetón. 

- No dije ni una palabra. -se quejo. 

- Pues tus ojos lo dijeron todo. 

- Cámara tapada. -Killard se veía satisfecho- Iré a tomar esa ducha privada que todo soldado merece. 

Los demás lo siguieron devuelta al baño entre conversaciones insignificantes. Teníamos que tener sumo cuidado con lo que dejábamos salir en voz alta. 

- No me has dicho que paso con Aaron. -usó su brazo como almohada hablando entre susurros- ¿Todo normal o...

- Asqueroso. -ni siquiera lo deje terminar- No puedo decir si siempre fue así y yo era muy tonta para notarlo, o ahora que cree tener el juego controlado actúa como un psicótico. Te juro que en una de las conversaciones vi a Peter en su lugar. 

- ¿Te amenazó? 

- Siento que si, pero no. 

Frunció el ceño. 

- Eso no tiene mucho sentido. 

- Por supuesto que no me amenazó directamente, Tales, pero eso no quita que entre líneas haya lanzado una que otra indirecta. -aclaré- De la misma forma que lo hice yo, claro está. No me iba a quedar callada. 

- ¿Indirectas de que tipo? 

- Del tipo en el que le preguntas a la mejor amiga de tu novia si aceptaría que se casen, ya que estas muy seguro morirá. Así de indirecto. 

- Eso no es indirecto. -se enderezó- Puso el hacha sobre tu cabeza. 

- ¿Que quieres que te diga? -inhale con pesadez- Es insoportable, lo quería golpear. 

- ¿Y esos tres hombres de la base? 

- Ni me los recuerdes. -gruñi- No entiendo como carajos los dejaron entrar. Eran lo peor de lo peor. 

- Es la evidencia de lo que puede lograr tu padre. 

- Como te dije, no los envío Peter. -recordé. 

- Usan el nombre de tu padre, no es muy complicado. Nadie diría que no, independientemente de no saber si es cierto o quien los envío. 

Guarde silencio con la mirada perdida. 

- Oye. -tocó mi pierna- No falta mucho para lograr nuestro plan. 

- Ese es el problema, ¿entiendes? Hemos estado tan tranquilos que...

- Gala, ¿recuerdas que estaba igual que tú? 

- Si. 

- ¿Y que me dijiste? 

Mordisquee la parte interna de mi boca. 

- Tengo muy mala memoria. 

- Gala. -regaño. 

- No uses mis palabras contra mí, no es justo. 

- Entonces quita esa cara. 

- Yo... -rasque mi nuca indecisa- Tales. 

- ¿Si? 

Trague con dificultad. 

- Encontré un cadáver en el apartamento de mi madre. 

Su expresión decayó. 

- ¿Ella? 

Negué con la cabeza. 

- El portero. -las imágenes atravesaron mi mente- Ese hombre fue desmembrado, tuve que cargarlo hasta un armario y esta ahí para que la pudrición no llegue a los vecinos. 

- ¿Por qué no me llamaste? 

- ¿Y que ibas a hacer? -reí desganada- ¿Viajar por el auricular? 

- Apoyarte, eso haría. 

Baje la mirada. 

- El punto es que, mi madre no estaba por ningún lugar y no creo que ella haya hecho eso. -trasmiti mi miedo- Fue obra de Peter, no hay otra explicación. 

- ¿Piensas que la tiene? 

Inhale profundamente enviando lejos los sentimientos que llevaba reprimiendo desde ayer. 

- No lo pienso, se que la tiene. 

- Y también la usará en tu contra. -añadió entendiendo. 

- Exactamente. 

- Me gustaría tener palabras con las que hacerte sentir mejor, Gala, pero no se me ocurre nada. 

- No te preocupes. -me levanté abriendo mi bolsa- Solo quiero que sepas que, si ese llegará a ser el caso...

- No, Gala, lo que sea que decidas hacer yo te apoyaré. 

Me puse la gorra. Si él supiera... 

- ¿Aunque sea una terrible idea? 

- Ninguna de tus ideas son terribles. 

- No beses tanto mi trasero. -bromee- Tienes permiso de decir que a veces me equivoco. 

- Prefiero aprovechar para decirte que mi gorra te queda muy bien. 

Rodee los ojos. 

- Besa traseros. 

- Si, de nada por el cumplido sincero. 

Sonreí. 

- Tu te ves raro sin ella. 

- Si, siempre la uso. Me gusta más en ti, sin embargo. 

- Profesionalismo, Tales. 

- No te estoy tocando. -abrió los brazos mostrando su punto. 

- Con tu boca es suficiente. 

Arqueo una ceja. 

- ¿Perdón? 

Caí en cuenta de mis palabras. 

- ¿Sabes que? -acomode el cinturón de mi pantalón- Tengo que ir a buscar a Lloyd. 

- Espera, Gala, no te apresures. -me calmó y se puso de pie inclinándose a mi altura- Mantén la cabeza baja y ve por los pasillos que acordamos hoy, ¿bien? 

El turno, más allá de lo mismo, se convirtió en un paseo para ayudarnos a determinar los pasillos con la vigilancia más pobre. En algunos las cámaras abundaban, y en otros habían sido puestas unas pocas. De hecho, no parecían funcionar si tenia que ser honesta. Tal vez mi padre las instaló con la mera función de espantar a los soldados y que las revueltas fuesen menos probables. 




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