En ese momento seguramente me sentí destrozada ante la repentina desaparición de la única chica que me acompañaba en aquel pequeño grupo de cinco; Ruby siempre fue una persona algo alejada del resto, tenía poco apego a otros y le provocaba ansiedad la sola idea de interactuar con gente diferente a la que ya conocía, a pesar de ser la mayor del grupo no acostumbraba estar al tanto de nuestras situaciones. Todos los que la llegaron a conocer siempre la vieron como alguien muy extraña en este ambiente de asesinos puesto que ella siempre se negó a privar de la vida a cualquier ser humano, sin mencionar que era muy apegada a sus creencias y se negaba a dejarlas por la mafia, sin embargo se le había permitido salir al templo cada que lo necesitara; fue exactamente un sábado en el que ella salió a su templo cuando la vimos por última vez, esa tarde no volvió y temí lo peor. Luego de la desaparición de Ruby no descansamos por dos semanas completas, pero nunca pudimos encontrar un rastro que nos llevara si quiera a un cuerpo, era como si se hubiera esfumado con la niebla de la mañana, sin rastro ni signo de siquiera haber estado en algún lugar.
Me aterraba la idea de encontrar su cuerpo sin vida en algún lugar, no volvería a ver su cabello rosado y sus ojos de oro con el mismo brillo que tenían en vida, prefería nunca encontrarla o creer que seguía viva y que pronto nos pedirían una cantidad de dinero para liberarla, pero el tiempo seguía corriendo en contra de nosotros y cada segundo me hacía sentirme más alejada de encontrarla; comencé a recordar como ella solía vigilarnos cuando éramos muy pequeños, nos veía desde lo lejos y se mantenía tranquila, como si estuviera orgullosa de nosotros; Ruby tenía un miedo muy extraño, nunca se había sentido cómoda junto a Dante y acostumbraba evitarlo en lo posible, ya fuera hablar con él o estar en la misma habitación, siempre le resultó difícil.
Luego de aquellas dos semanas tan pesadas nuestras esperanzas comenzaron a decaer y la desesperación aumento entre nosotros, pude notar que a todos les afectaba la situación, pero Zac era quien más lo había notar, se había vuelto más irritable y actuaba de manera agresiva con mayor frecuencia, en aquel momento al ver la situación por la que todos pasaban, me dirigí directamente con la persona que estaba por encima de nosotros y le plantee la posibilidad de abandonar la búsqueda puesto que nos estaba afectando personal y laboralmente, a ese paso terminaríamos descuidando la estructura laboral con la que ya contábamos así que al día siguiente la búsqueda de Ruby fue totalmente suspendida y, aunque mis compañeros no estaban de acuerdo, no replicaron en contra de la decisión tomada.
Como dije, aquel era un tiempo difícil, las cosas no parecían tener mejoría y mis compañeros se encontraban constantemente irritados y yo no era la excepción, sin embargo procuraba no molestar a otros y preocuparlos con otra carga emocional, en ese entonces termine de cerrarme emocionalmente al mundo, deje incluso de enojarme o mostrar signos de sentimiento alguno, me sentía como un cascaron vacío, sin emociones y también sin preocupaciones, me hice a la idea de que nadie importaba en este mundo y las almas de las personas que había perdido habían desaparecido, nadie iba a cuidarme y yo tampoco planeaba dar la vida por otros, tal vez fue ese derrumbe emocional el que me permitió ver con frialdad la desaparición de Lou que se dio unos meses después. Se trataba de un caso similar al de Ruby, salió a realizar alguna actividad personal y se esfumó como si nunca hubiera existido en primer lugar; la tensión en la mafia había aumentado, el terror de ver caer aquella organización se esparcía por todos lados puesto que también habíamos estado recibiendo ataques comerciales, parecía avecinarse la caída de una de las mejores organizaciones criminales de aquel país, sin embargo Dante, Zac y yo no lo permitimos.
Tras la desaparición de Lou, las flores del infierno dejaron de aparecer y, temiendo lo peor, Dante logro encontrar algunos indicios que dejaban en claro la presencia de nuestro antiguo compañero en antiguos ataques que se habían dado contra la mafia, sabíamos que Lou nunca se había sentido cómodo dentro de la mafia y en muchas ocasiones habíamos intentado darle la oportunidad de salir de este horrible mundo que vive bajo la sombra de la noche, pero él ansiaba más que solo alejarse, él quería arruinar a aquellos que lo arruinaron y, sin duda alguna, había logrado comenzar a formar el final.
Soy consciente de que arruinar una organización tan grande toma bastante tiempo, mucho de ese tiempo queda como espacios temporales donde no sucede absolutamente nada, y para nuestra desgracia perdimos el rastro de Lou por dos años; durante ese tiempo realmente dejo de existir en todo el territorio que nos era posible abarcar, no hubo ataques, no aparecía, nadie moría, pero ni una sola persona en la mafia se dejó confiar por esa calma, todos sabíamos que las cosas podían empeorar en cualquier momento. Habíamos planteado la posibilidad de su muerte, pero nadie estuvo de acuerdo en ello, estábamos hablando de una persona que vivió resentida desde el primer momento en que fue adoptado junto a otros niños, alguien como él no crearía un alboroto y luego se dejaría morir sin motivo alguno; pero seguramente lo que más temíamos era la idea de que Lou estuviera usando a Ruby para cubrir su rastro puesto que, si ese era el caso, nuestras posibilidades de evitar un desastre disminuían hasta casi ser nulas.