Todo empezó por una guerra, la Tercera Guerra Mundial... en ese tiempo aún no nacían las personas con morfología alfa, beta u omega, sólo humanos normales.
Estos humanos se redujeron a más de la mitad por la guerra y el mayor de los problemas era la reproducción. A causa de la radiación que ocasionaron las bombas, las mujeres se hicieron completamente infértiles.
Incapaces de poder volver a poblar la tierra, la humanidad se vio al borde de su completa extinción...
Tratando de remediar el problema, los líderes mundiales buscaron una solución para evitar la desaparición de su especie y creyeron haberla encontrado en la doctora Elizabeth Morgan, una reconocida científica que colaboró en la fabricación de armas químicas. Ella aseguraba que podía hacer fértiles a las mujeres de nuevo, tras una pequeña alteración genética en el genoma humano. La humanidad estaba desesperada, así que el proyecto de la Dra. Morgan fue aceptado.
El experimento se hizo en tres mujeres. El primer paso fue la alteración, el cual, sólo resultó en una de las mujeres, su nombre era Rose. Todo iba bien con el experimento y los estudios daban buena pinta, hasta que un día, muy de repente, su cuerpo empezó a mutar.
El aparato reproductor de Rose comenzó a cambiar dramáticamente, al igual que su comportamiento. Trataron de revertir los efectos de la mutación, pero éstos no desaparecían y empeoraban con el paso de los días. En uno de esos días llegó a un estado al que llamaron "celo". Lo describieron como un estado de excitación muy fuerte. Las hormonas que liberaba su cuerpo estaban tan aceleradas que producían una segregación en grandes cantidades, estas hormonas tenían algo en particular y para diferenciarlas se les nombraron hormonas omegas, o simplemente omegas. Al momento de estudiarlo se tomó de referencia el celo de los animales, de ahí el nombre. Éste le duró siete días y Rose pasó a ser la primera omega de la historia, clasificada con la misma letra en el alfabeto griego.
Se le pidió a la Dra. Morgan que detuviera el experimento, pero hizo caso omiso y prosiguió con la segunda y última etapa del experimento, la fecundación.
Temían que esta fase no se completara por el ligero cambio en su aparato reproductor, pero curiosamente presentaba una tasa de fertilidad muy alta y más durante el periodo del celo. Obviamente la segunda etapa se completó con éxito tras una inseminación artificial. A los nueve meses nació un niño aparentemente normal, pero con un aparato reproductor masculino que parecía estar más evolucionado. Al pequeño se le clasificó con la letra Alfa del alfabeto griego
Al ver que, aunque hubo un proceso de mutación, la reproducción se completó, decidieron continuar con los experimentos de Morgan.
Conforme el niño crecía se dieron cuenta que reaccionaba de forma particular al momento que llegaba el celo de Rose. Creyeron que el celo era una táctica de los omegas para atraer a lo alfas, haciendo que estos también entraran en celo. Decidieron comprobar esa teoría creando a otro omega, una niña.
Cuando la omega logró tener su primer celo los pusieron juntos y esta teoría fue confirmada, llegando al punto de una relación sexual. Ese día notaron algo muy importante. Cuando ambos llegaron al clímax del coito, en la base del pene del alfa había una especie de nudo que se ensanchó cuando logró eyacular y se quedó, así como por unos diez minutos. Mientras, el alfa lamía el cuello de la omega, como si buscara un punto exacto en el área. Una vez que lo había encontrado mordió fuertemente esa parte y dejó una marca que nunca podría quitarse. Esa fue la primera "unión" entre un alfa y un omega.
No se esperaba que se lograra ninguna fecundación, pero a los nueve meses nacieron dos gemelos barones. Ninguno de ellos tenía la misma forma del aparato reproductor del padre. El primero en nacer tenía un aparato reproductor igual al de los humanos actuales y para que no quedara fuera de la clasificación se le denomino con la letra Beta del alfabeto griego. Por otro lado, el segundo tenía un aparato reproductor masculino, pero lo que hacía especial a este es que tenía la misma morfología que el aparato de un omega que se desarrollaba poco a poco, lo que lo volvía capaz de embarazarse también. Ésto revolucionó por completo la reproducción, pero después empezaron los problemas.
A los omegas y alfas se les acomodaron en colonias donde se les obligaba a tener relaciones unos con otros para procrear. Luego, el que nacía beta era enviado a vivir con otra familia fuera de la colonia, a ciudadelas o estados de la república, mientras que a los alfas y omegas (que eran minoría), se quedaban ahí para seguir con el sistema de reproducción. La Dra. Morgan se pedía a algunos de éstos para "estudiarlo mejor", ella y otros científicos involucrados en proyecto les hacía experimentos inhumanos y terribles.
Al principio existieron algunos problemas para adaptarse dentro de las colonias. El conflicto central eran las uniones que se formaban entre los alfas y lo omegas que eran mordidos, ya solo ese alfa podía sentir el celo del omega y al momento que el omega tenía relaciones con otro alfa que no fuera el que lo marcó, éste moría junto con el alfa. Se dieron cuenta de que la unión era algo más que les impedía seguir con el sistema. La unión era algo más que una simple mordida. Para evitar que estos problemas continuaran, les pusieron collares a los omegas que para que no quedaran marcados. Los omegas y los alfas estaban siempre en celo, sin descanso y sin libertad.