— Enfermera Zas — La voz del director, pulcra y sin una pizca de calidez, cortó el silencio de su oficina.
— Desde que el paciente BLAZE está internado en este recinto los medios de comunicación y fanáticos están invadiendo las entradas del lugar. Ahora que su relación con el actor es oficial seguramente esto no se limitará a cuando el actor salga, no podemos darnos el lujo de que personas ajenas a los pacientes estén estorbando las salidas y comprometan la discreción del hospital.
Natalia sintió el puñetazo de la más gélida injusticia. ¿Su relación oficial? ¿El lujo que no podían permitirse? La sentencia pendía en el aire antes de que el director añadiera, con una frialdad que la heló hasta los huesos.
— Los directivos de hospital y yo hemos tomado la decisión de prescindir de su servicios, enfermera.
— ¡Esto no es justo! — Se defendió Natalia frustrada.
La enfermera quería gritar que no era verdad, que todo se trataba de una farsa para proteger la salud de un paciente internado en ese hospital, pero justo entonces, el teléfono de la oficina del director sonó, estridente e insistente, cortando su protesta a la mitad.
El director ignoró toda protesta de la enfermera y procedió a contestar la llamada con una expresión seria, dejando a Natalia con la verdad atrapada en la garganta.
No había vuelta atrás, Natalia había sido despedida; no por negligencia o algún error cometido, si no por la vocación de proteger al más débil, obligada a mantener una mentira que la destruye poco a poco.
El dolor y la rabia se apoderaron del dulce corazón de la enfermera. El dolor surgió cuando se vio obligada a empacar sus pocas pertenencias para despedirse de la profesión que amaba con cada fibra de su ser; y la rabia, cuando la frustración la golpeó al no poder defenderse, al no poder gritar la verdad.
No hubo despedidas ni palabras de aliento, el hospital que la vio nacer como profesional, donde había entregado años de esfuerzo y pasión, ahora la expulsaba por la puerta trasera debido a una farsa fabricada por el bien de la salud de un ser humano. Era una injusticia que le carcomía el alma, dejando un vacío donde antes solo había dedicación.
Al llegar a su apartamento arrojó cualquier cosa que estaba en su camino para luego llorar, no de tristeza si no de impotencia más profunda. Una llamada interrumpió su doloroso llanto, al ver el número supo que se trataba de su casero,
— Señorita Zas el pago de la renta se debe realizar esta semana a más tardar. — Dijo la voz al otro lado de la linea.
— Está bien, pagaré el fin de semana — Respondió en automático la enfermera.
Pero la realidad la golpeó como un balde de agua fría, helándole la sangre. La renta de ese mes estaba cubierta, sí, pero ¿qué sucedería con los otros meses? Según el contrato, con un solo mes de atraso sería enviada a la calle sin tapujos. Poseía la experiencia necesaria para conseguir otro trabajo o incluso podría intentar vivir de las redes sociales gracias a su canal de YouTube, pero su cerebro estaba tan nublado por la frustración y la tristeza que no lograba pensar con la claridad o el positivismo necesarios. Estaba sola, sin trabajo y a punto de perder su hogar, todo por una mentira que no era suya.
La vibración de su celular la salvó de sus oscuros pensamientos. El número no se encontraba registrado en su agenda. Dudó por un momento, pero finalmente respondió.
— Hola — Habló Natalia, su voz apenas un susurro.
— Hola, amor mío — Para una fan, que tu artista favorito te salude de esa manera por teléfono la derretía en un instante, pero para Natalia, era el eco de la farsa que la había metido en aquel lío.
— Le pedí a las enfermeras del hospital que me dieran tu número de contacto ¿Cómo estás? — Preguntó Bastián, su voz sonando débil, pero cargada de una empatía genuina por su "novia", como si realmente supiera que ella estaba pasando por un duro momento en su vida.
— Estoy bien — Expresó la chica con una voz tranquila para aliviar las preocupaciones del actor.
— Me darán de alta en dos día. — Afirmó en tono alegre el paciente en el hospital.
— ¿Puedes venir mañana? Quiero ver tu dulce rostro.
Natalia estaba insegura de ir a visitar a Bastián al hospital, si iba, la farsa debía seguir, pero si no lo hacía podría ser contraproducente para el paciente, según dijo Dan, y eso sería… egoísta.
— Iré a visitarte mañana— Respondió al fin.
— Te veo mañana — Casi gritó de emoción el actor al escuchar las recientes palabras de Natalia.
Al día siguiente, Natalia cumplió su promesa, decidió continuar con la farsa por el bien de la salud del chico.
Se dirigía a su habitación cuando André la interceptó en su camino.
— Señorita Zas, que placer verla por aquí — Habló con una emoción forzada en su voz.
— Sé que su salida del hospital ha sido... brusca e injusta y siendo honestos, la situación de BLAIZE, con su condición y la atención mediática, nos obliga a ser proactivos. Necesitamos que el apoyo que él tiene sea constante, y que la privacidad de su relación sea gestionada. Starts no deja a su gente desamparada, por eso, tenemos a su disposición un apartamento en el complejo de BLAIZE. Tendría todas las comodidades, sin preocuparse por gastos, y estaría a un paso de él. Es la mejor manera de protegernos mutuamente y de asegurar la tranquilidad de BLAIZE. Una situación beneficiosa para todos, ¿no cree?
Debido a su actual situación, Natalia no tardó en ser convencida por el CEO de la empresa de su ídolo. Ahora tenía todo lo que necesitaba: una casa y estabilidad. Aun así, tendría que seguir cuidando a su paciente, pero eso no le molestó porque era lo que le apasionaba.
—Acepto —La voz de la chica denotó un profundo agradecimiento a la empresa de Bastián.
Natalia se instaló en el flamante apartamento que Starts le había ofrecido. Era un lugar de lujo, con vistas impresionantes a la ciudad, muebles modernos y todas las comodidades que jamás había soñado. Una apartamento que, en otras circunstancias, la habría hecho sentir en la cima del mundo. Tenía estabilidad, no tenía que preocuparse por la renta, y se encontraba justo enfrente del apartamento de Bastián, a quien, a pesar de la farsa, sentía el deber de proteger.