Proyecto Romance

La Infiltración Del Romance

A la mañana siguiente la falsa pareja se encontraba frente a la empresa cuya meta es desenmascararla.

— ¿Estas segura de hacer esto? — Preguntó Bastián, su voz grave, notando la determinación en el rostro de Natalia, pero también un atisbo de nerviosismo.

— ¡Claro que sí! — Exclamó Natalia con determinación, aunque por dentro sintiera un escalofrío.

Ambos jóvenes se disponían a entrar cunado una voz familiar llamó su atención.

— ¿Bastián?

El sonido de la dulce voz de Lizz hizo que el corazón del actor aleteara con el placer de verla de nuevo. Era la persona por la que estaban arriesgando todo.

— Lizz ¿Qué haces aquí? — Indagó el actor con sorpresa en su voz.

— Vine a buscar una segunda oportunidad en Starts— Explicó Lizz, con una esperanza palpable en su mirada.

— Sé que el nuevo proyecto de la empresa no ha conseguido coprotagonista…

Bastián había perdido la atención justo cuando Lizz mencionó que deseaba entrar a la empresa nuevamente. ¡No podía ser! Necesitaba alejarla de ese lugar, debía evitar a toda costa que entrara al edificio, o mejor aún, que se alejara de todo lo relacionado con Starts... incluido él.

— Mi amor, se nos hace tarde.

La voz de Natalia, dulce, pero con un matiz de urgencia, devolvió a Bastián a la cruda realidad. Tal vez podría aprovechar su farsa para alejar a Lizz del peligro. La oportunidad estaba servida, por dolorosa que fuera.

Los ojos de Bastián y Lizz se encontraron por unos segundos. En esa mirada fugaz, Lizz vio una mezcla de amor, desesperación y una súplica silenciosa que no comprendió. Luego, los ojos de Bastián se intercalaron entre Lizz y Natalia, la decisión gélida grabada en ellos. "Natalia, Lizz... por favor, perdónenme", pensó, una disculpa muda a ambas mujeres por el daño que estaba a punto de causar.

En un movimiento rápido, Bastián tomó el rostro de la enfermera entre sus manos, no con la ternura de un amante, sino con la precisión calculada de un actor al borde del abismo.

Capturó sus labios, tomando a Natalia por sorpresa, pero al mismo tiempo ella comprendió sus intenciones. Fue un beso público, diseñado para ser un golpe devastador.

Los paparazzi estaban a la orden del día, y hoy no era la excepción. Bastián vio un celular apuntado hacia ellos; pudo haber sido un periodista o una fan, pero fue la oportunidad perfecta para que la farsa se hiciera pública, tal como Starts la orquestaba, y al mismo tiempo, alejar a Lizz de él.

— Lo siento, Lizz, es que con Natalia... la emoción nos supera…

Lizz se encontraba congelada por lo que había presenciado. Nunca se lo dijo a su amigo, pero ella siempre lo vio con otros ojos desde jóvenes, nunca se lo dijo a Bastián y debido a su cobardía ahora lo había perdido para siempre. Una punzada helada le atravesó el pecho, robándole el aliento.

— ¿Entramos amor? — Insistió Natalia, aún con un leve atisbo de confusión, pero con la urgencia necesaria en su voz.

Bastián encontró la oportunidad perfeta para salir de este embrollo por doloroso que fuera.

— Si mi amor, debemos irnos, se nos hace tarde y André está esperándonos.

— No se detengan, ya tengo claro que amas mucho a tu novia y sigues siendo el mismo chico responsable que conozco —Habló Lizz, su voz apenas un hilo, mientras evitaba que una lágrima traicionera se escapara por su rostro.

No era capaz de creer que Bastián estuviera en una relación romántica tan pronto, pero luego de presenciar ese beso, le había quedado muy claro que sus esperanzas con él se habían acabado.

Se encontraba herida y triste, no soportaba estar cerca de él más tiempo, al menos por ahora. Decidió alejarse de él y de Starts. Una victoria agridulce para el actor, pues, era justo lo que buscaba.

— Debo irme.

— Adiós Lizz — Se despidió Bastián con una tristeza oculta en su interior.

Bastián únicamente miraba cómo Lizz se alejaba poco a poco, hasta que su figura se desvaneció entre la gente. Una punzada de dolor se clavó en su pecho, pero la ignoró.

— Pudiste haber sido menos duro con ella… y contigo — Susurró Natalia, su voz suave, comprendiendo el inmenso sacrificio que acababa de hacer.

— Ya no importa, ya no hay vuelta atrás— Habló el actor en voz grave, una mezcla de determinación y una tristeza profunda que ahora permitía que se asomara, lejos de las miradas curiosas.

Dentro de la empresa, ambos jóvenes esperaban en la imponente oficina del CEO. La tensión era un hilo invisible que los unía, pero a la vez los aislaba en su peligrosa misión.

— ¡BLAIZE! Muchacho ¿Qué puedo hacer por ti? — André Smith, el CEO de Starts, entró en la sala con una sonrisa amplia y una energía que parecía devorarlo todo, a su lado se encontraba Ken Drive, el representante de BLAIZE.

— Hola André. — Respondió Bastián, manteniendo una sonrisa profesional.

— Quiero presentarte a Natalia mi novia.

André posó su mirada en Natalia, recorriéndola de pies a cabeza con una evaluación calculada, aunque ya la había visto en varias ocasiones antes.

— Estoy consciente de que aún no tienen a la protagonista femenina para la nueva serie que pronto se rodará, pensaba que tal vez…

Bastián se detuvo, dudando por un instante si era correcto seguir adelante, pero Natalia decidió por él, asumiendo su papel con una determinación helada.

— Tal vez pueda hacer la prueba para ese papel — Intervino la enfermera, su voz clara y llena de un entusiasmo fingido.

— ¡Piénselo, señor Smith! Somos pareja en la vida real y la química en pantalla será más creíble, además, los fans de BLAIZE enloquecerán al ver a su pareja favorita junta en escena, ¡Será un éxito asegurado para la serie, ¿no cree?!

— ¿Qué opinas Ken? — Cuestionó el CEO al representante.

— Me parece una idea excelente, la enfermera es ideal para este papel ya que ambos se conocen y los fans ya han visto sus interacciones románticas en redes sociales.




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