Proyecto Romance

Dulce Beso, Amarga Traición

Natalia no estaba segura de su decisión. Ella misma fue testigo de cómo Bastián se lastimaba a si mismo por mantener a su amada alejada del peligro de Starts, pero no había otra salida viable en este momento, sabía que Bastián estaría en desacuerdo, pero Lizz era la única opción que les quedaba.

La estudió. Todos los jueves a las tres de la tarde, Lizz compraba un café en la cafetería cerca del lujoso apartamento donde vivían Bastián y Natalia. Podría ser coincidencia; el café de esa cafetería era lo suficientemente bueno para querer comprar uno cada semana. O quizás era una excusa discreta y silenciosa para estar cerca de la persona que más se ama. Para Natalia, en cualquier caso, esto era afortunado. Tenía que hablar con ella… con la actriz Lizzy B.

Hoy es jueves. Justo a las tres de la tarde, Lizz entró como de costumbre a la cafetería. Natalia no perdió el tiempo.

— Hola Lizz —La voz y la sonrisa dulce de la enfermera sorprendieron a la actriz. Natalia procedió a tomarla calurosamente del hombro.

— ¿Quieres tomar un café conmigo?

Lizz estaba confundida ¿por qué la pareja de Bastián la invitaba a un café?

Natalia tomó a la actriz del brazo directo a la barra para pedir un Latte americano sencillo para ella y un Frappé para la actriz, el café que siempre ha visto que toma cada vez que va a esa cafetería.

Natalia pagó por ambos cafés y se sentaron en una mesa detrás de la cafetería, debajo de una sombrilla, lejos de la vista del edificio de Starts y sus apartamentos.

Allí estaban, ambas mirándose, bebiendo pequeños sorbos de su bebida. La escena parecía una incómoda charla entre amigas cuyo amor era el mismo muchacho, pero la verdad era muy distinta.

— ¿Qué quieres de mí? Vengo a esta cafetería porque el café es excelente, no estoy detrás de tu novio si es lo que piensas — Habló al fin Lizz con voz filosa.

— ¡Vaya! Si que eres inteligente, te confieso que, si pensé que estabas aquí para estar cera de Bastián, pero no en el contexto que piensas.

Natalia suspiró y comenzó a hablar, desnudando la verdad pura y dura. Empezó desde el momento en que conoció a Bastián después de su accidente, pasando por la farsa que Starts creó, involucrándolos en una relación forzada. Continuó con la recuperación de los recuerdos de Bastián, el contrato ambiguo que él evitó que ella firmara para que no fuera víctima de la empresa, su arriesgado plan para desenmascarar a Starts, y terminó con la cruda declaración de que necesitaban ayuda.

— Bastián nunca te engañó —Afirmó Natalia, sus ojos fijos en Lizz

— Todo fue una estrategia nuestra para desenmascarar a esa empresa y que tú estuvieras a salvo.

Lizz tenía sentimientos encontrados. Estaba muda y confundida, era un plan tan bien elaborado, bien estructurado que… era difícil de creer que fuera real.

— ¿Cómo sé que me dices la verdad? ¿Cómo sé que no te cansaste de Bastián y ahora buscas la forma de deshacerte de él? — La voz de Lizz era dura, pero a la vez denotaba incomprensión ante lo que escuchaba.

— Es difícil cansarse o aburrirse de Bastián — Argumentó Natalia.

— Él es una persona que siempre pone a los demás antes que, a él, prefiere sufrir antes que los demás lo hagan, busca el bienestar de las personas que ama y es muy cuidadoso con ese amor ¿quién podría cansarse de un amor así? — Natalia guardó silencio unos segundos antes de continuar.

— Las dulces miradas que ves que me dedica en público, aunque soy yo quien las recibe, no son dedicada a mí. Si no me crees. acompáñame y sabrás quien es la dueña real de esas sonrisas y dulces miradas que Bastián me da.

Ambas chicas llegaron a un bello jardín que formaba parte del lujoso apartamento de Starts. Se encuentra en el patio trasero del edificio, lleno de flores de colores y una verde vegetación que hace que la brisa se sienta más fresca.

Bastián. todas las tardes llegaba a ese lugar para estudiar el guion de la serie. A veces Natalia lo acompañaba para ensayar, pero esta vez visualizó a la enfermera y, junto a ella, a la chica que quiso alejar, pero siempre quiso volver a ver.

— ¿Qué… que haces aquí? — Bastián quiso sonar molesto, pero su corazón lo traicionó y la alegría de verla de nuevo hizo que tartamudeara delatando su entusiasmo.

Justo en ese instante, el celular de Natalia vibró, era Ken Drive, diciendo que quería verla en las oficinas de Starts.

— Debo irme, por favor, aclaren las cosas — Mencionó con la mirada fija en Bastián, lo cual implícitamente era una orden para él.

La pareja estaba de pie justo frente al otro. Esta era la oportunidad que Bastián estaba buscando, la oportunidad que había tenido antes de su accidente y Starts interrumpió, está era la oportunidad de confesar su amor.

— Lizz yo…— La actriz lo interrumpió negando con la cabeza.

— Ya lo sé todo, tu amiga me lo dijo.

Al escuchar las palabras de Lizz, Bastián bajó la cabeza dudoso de proseguir con su confesión.

— Cuando supe que Starts te había seleccionado para interpretar a Ashley en la serie, estaba muy emocionado, pero, desafortunadamente escuché una conversación entre Ken, André y otros directivos donde querían usar tu contrato para trata de persona, no podía permitir que te hicieran daño — Bastián tomó la mejilla de Lizz con ternura. Una forma de asegurarse que aún estaba frente a él.

— Así que por eso llamé a tu padre e impedí que firmaras. No quería interponerme en tu sueño de ser actriz, solo quería que estuvieras a salvo.

— ¿Por qué hiciste tanto por mí? — Preguntó Lizz confundida por el actuar de su amigo de la infancia.

— ¿Todavía no te das cuenta? — Preguntó Bastián con una sonrisa en sus labios, acercándose poco a poco a los labios de Lizz.

— ¿De qué? — Preguntó la chica confundida y nerviosa al tenerlo tan cerca.

Bastián no espero más, la besó. Al fin tuvo el beso que siempre deseó de la persona que ama.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.