Ocho meses han pasado desde que la tragedia golpeó a Starts y las consecuencias han sido devastadoras.
André Smith, ahora encarcelado tras un juicio mediático, vio cómo su imperio se desplomaba. Starts, la antigua poderosa empresa, estaba en bancarrota y su nombre era sinónimo de crímenes mayores. El público, los inversionistas y los artistas la habían repudiado por completo, dejándola como una cáscara vacía.
Mientras el antiguo mundo de Starts se desintegraba, Bastián y Lizz por fin habían encontrado la calma. Después de largo un enamoramiento secreto y una farsa que los separó, se habían consolidado como pareja, listos para vivir su amor sin miedo.
Bastián, cuya meta siempre fue acabar con la corrupción en la industria del entretenimiento, vio una oportunidad formidable al llegar al abandonado edificio donde antes operaba Starts.
Su carrera como actor había despegado tras el éxito de la serie "Proyecto Romance", pero irónicamente, su mayor impulso llegó con el accidente de su compañera de farsa.
El público, devastado por el suceso, pedía a gritos que BLAIZE tuviera consuelo en su trabajo, presionando a agencias para contratarlo en sus nuevos proyectos.
Bastián había ascendido en una industria, cuya ideología despreciaba, usando la tristeza ajena para ganar la influencia que ahora necesitaba para cambiarlo todo.
Lizz lo abrazó por la espalda, dándole ánimo y confort.
— ¿Estás listo? —Le preguntó, su tono amable, pero lleno del orgullo que sentía por el peso de la misión que su novio tenía en mente.
— Sí... vamos a hacerlo —Respondió Bastián con determinación, sintiendo la calidez del abrazo de Lizz como el último impulso que necesitaba.
Bastián, con Lizz a su lado, abrió la pesada puerta de cristal de la oficina del único inversionista que conoce y tal vez vea a los artistas como números, pero siempre busca que sus inversiones se eleven, Brenly Johns.
El espacio era un reflejo del hombre frío y lleno de pantallas con gráficos bursátiles que subían y bajaban. El inversionista se encontraba sentado detrás de un escritorio de ébano, su rostro una máscara de impaciencia.
— BLAIZE, no tengo tiempo para actores que quieren jugar a ser empresarios. Además, Starts me hizo perder millones, sea lo que sea que busques no lo obtendrás aquí —Gruñó Johns, sin ofrecerles un asiento.
Bastián se mantuvo firme. Él y Lizz se sentaron sin esperar la invitación, Bastián inspiró para darse valor para materializar su petición.
— No vengo a jugar, señor Johns. Vengo a hablar de negocios. Starts le hizo perder millones por la corrupción y por su falta de visión a largo plazo. Su modelo de negocio era insostenible, y por eso colapsó. La marca está muerta, sí, pero la idea de una empresa de entretenimiento no lo está.
Johns levantó una ceja, intrigado por el enfoque de Bastián.
— ¿Entonces cuál es su plan, señor actor? ¿Quiere que hablemos de arte y de sueños?
— No, señor Johns. Le propongo una inversión con voto de confianza. Mi plan es reconstruir Starts desde cero, pero con algunas condiciones, empezando por olvidar la idea de que los artistas son productos. Los artistas serán socios, no esclavos. Contratos justos, sin clausulas ocultas que obliguen a la manipulación o explotación, la publicidad existirá, pero solo con el consentimiento del artista.
Bastián se inclinó hacia adelante, su voz bajando a un tono confidencial.
— Starts fue destruido por la avaricia. La nueva Starts será reconstruida por la credibilidad. El público está cansado de rumores falsos y escándalos sin sentido, quieren talento real y gente que no se venda. Con mi influencia y la integridad de nuestra visión, podemos atraer a los mejores talentos que la antigua Starts nunca pudo tener. Con la credibilidad, vendrán las ganancias. Le prometo que este es el modelo de negocio más rentable de todos.
Johns se quedó en silencio, observando a Bastián, a Lizz y al edificio en ruinas llegó a su mente. No vio a un idealista, vio una oportunidad. Una nueva forma de ganar dinero.
— Acepto muchacho, solo no hagas que me arrepienta.
Con Brenly Johns en el juego, Bastián y Lizz deben continuar con el siguiente paso: encontrar un nuevo CEO para su nueva empresa. Esta persona debe ser alguien que, no solo conozca la industria del entretenimiento a la perfección, sino que también sepa de documentos legales y lo más importante… tener un buen ojo para cazar talentos.
— ¿Yo? — Ken Drive estaba atónito al escuchar el ofrecimiento de Bastián.
— Sí, tú —Respondió Bastián con calma.
— Necesitamos a alguien que conozca esta industria por dentro y por fuera. Eres la única persona que conozco que llena los perfiles que buscamos a la perfección. Nadie tiene más experiencia que tú.
Lizz asintió, su mirada de apoyo fija en Ken.
— Además, necesitamos a alguien en quien confiemos plenamente. Alguien que sepa que la forma antigua de hacer las cosas era un error. Alguien cuya moralidad sea pulcra, muy contraria a André Smith.
Ken bajó la mirada, las palabras de Bastián resonando en su interior. Recordó las pruebas que publicó la mañana del accidente, la desesperación de Bastián y la determinación de Natalia. Su papel en el plan fue crucial, pero el peso de haber delatado a sus amigos, aunque fuera parte del plan, seguía con él.
Bastián, al percibir la duda de Ken, se inclinó hacia adelante.
— Ken, esto no es solo un negocio. Es la oportunidad de crear algo que no solo sea rentable, sino que sea digno. Una empresa que valore a los artistas de verdad, hacer que la gente los vea como lo que son, personas y no productos de marketing.
Ken levantó la vista, sus ojos se llenaron de lágrimas.
— Hazlo en memoria de Naty… ella ideó el plan perfecto para que tú, Lizz, yo y todos los artistas encontremos libertad
Las palabras de Bastián fueron el empujón final. Ken se secó las lágrimas, se puso de pie, y miró a los dos jóvenes que se atrevieron a soñar con una industria mejor.