Proyecto Romance

Romance

Al pasar dos años de la farsa y el accidente de Natalia, la pantalla de un televisor proyectaba una escena empalagosa: un hombre y una mujer, inexplicablemente corriendo bajo la lluvia, se lanzaban a un abrazo, seguido de un beso apasionado mientras una melodía melosa alcanzaba su punto álgido.

Un médico especializado en neurología, quien se había mudado a una pequeña ciudad rural e inauguró un consultorio general para pacientes de dicha ciudad, observaba la escena con una expresión que no terminaba de definirse, entre una leve sonrisa y una sombra de melancolía.

A su lado, sobre la mesa de centro, una taza de té humeaba a medio beber. Sus dedos se movieron lentamente hacia una mesa auxiliar, tocando un estetoscopio viejo que descansaba junto a una libreta de notas, una posesión que había pertenecido a Natalia desde siempre.

El sonido exagerado de la banda sonora de la película contrastaba con el silencio de la habitación, un silencio que parecía pesar en el aire.

Al darse cuenta, la televisión se apagó en un chasquido sonoro. Una enfermera, cansada de ver escenas empalagosas como las que se mostraban en la proyección de la nueva Starts, se acercó a su amado.

— Esos romances solo existen en la ficción —Se quejó Natalia, su voz suave, con un toque de su realismo habitual.

Se sentó junto a él, sus miradas encontrándose.

— No son nada realistas, esa cursilería no exis…

Dan interrumpió a su ahora novia callándola con un cariñoso y apasionado beso, similar al que se mostraba en la película que miraba el médico.

Natalia sintió las mariposas en el estómago y su corazón vibraba de emoción al sentir los cálidos labios de Dan tocando los suyos. Ese sentimientos… esas sensaciones confirman lo que sus amigas le han descrito sobre lo que se siente el amor verdadero.

— Nuestros sentimientos son casi igual de perfectos— Afirmó Dan.

— Si… por eso lo hice. Lo planeé todo para que estuviéramos aquí. Para que la farsa muriera y pudiera recuperar mi libertad... contigo. Fue un acto de amor que hice por ti.

— También lo hiciste por él…ese acto de amor… y es por eso, por lo que él logró transformar todo.

Los ojos de Natalia se encontraron con los de Dan, y en sus mentes, la imagen del pasado se hizo nítida, casi como si estuviera sucediendo de nuevo.

Al ver en las noticias los documentos, imágenes y audios que se habían filtrado en los medios de comunicación sobre Starts, Bastián sabía que ellos no se quedarían con los brazos cruzados y querrán atentar contra su vida, tal como lo hicieron con él cuando descubrió la verdad la primera vez

— Seguramente André está planeando un nuevo accidente para silenciarnos— Susurró Bastián a su compañera, quién recordando el mal estado en que el actor llegó al hospital, no duda ni un poco que ahora estén planeando hacer algo similar.

— Debemos hacerles creer que BLAIZE o Naty muere en un accidente por su causa, de esa manera terminaríamos de hundir su reputación— Habló Natalia, quien ya había anticipado este hecho y llamó a Dan por ayuda.

— Necesitamos un vehículo, algo para hacer el accidente realista— Mencionó la enfermera.

Como caído del cielo, Ken tocó la puerta del lujoso apartamento en busca de una disculpa.

Luego de que Bastián pidiera a Ken que lo delatará con Starts, corrió al asiento del copiloto del auto del representante.

— Estoy empezando a dudar de tu cordura— Mencionó al dimensionar la locura que estaban a punto de hacer.

— Créeme… yo también— Respondió Natalia con el mismo sentimiento.

El coche de Ken se acercaba a la cima del acantilado a toda velocidad. Los neumáticos chirriaban en la carretera.

Dentro, Bastián y Natalia discutían acaloradamente, pero no como la gente pensaba. La farsa de su romance los había llevado a este punto, y solo una de sus vidas públicas podía sobrevivir.

— BLAIZE, uno de nosotros debe morir— Habló Naty con voz temblorosa, la decisión ya grabada en sus ojos.

— ¡Sal del Auto! — Gritó Bastián, su voz desesperada.

— No— Gritó Natalia, lista para que su plan con Dan entrará en acción.

Al momento en que Natalia empujó a Bastián, ella saltó del auto para ocultarse detrás de unos árboles. Bastián, aun aturdido, vio el auto caer al acantilado y de reojo observó a Natalia sana y salva, ese era el pie para hacer la actuación de su vida.

— ¡NATY! —Bastián gritó, su voz desgarrada, cayendo de rodillas al borde del barranco.

Cada movimiento calculado, cada respiración y emoción actuada para convencer que su estado mental era deplorable, el resultado… un convincente shock profundo por la supuesta muerte de Naty.

Pero esta parte del plan no habría sido posible sin una llamada que Natalia le hizo a Dan días atrás, pidiéndole algo que él calificó como una locura, una misión imposible.

Le pidió que consiguiera un cadáver, preferiblemente calcinado, y que lo arrojara al barranco con las credenciales que Lizz le había dado en el Hospital Estatal, para que el mundo creyera que ella había muerto en el accidente.

Un golpe en la puerta trajo al presente al médico y la enfermera. En la entrada, se encontraba de pie una pareja de actores que han mantenido su amor en secreto al público.

— Buenas noches— Saludó amablemente Bastián quien ha cambiado visiblemente a lo largo de estos dos años.

— Buenas noches— Saludó Lizz a sus aliados en esa peligrosa aventura.

Natalia y Dan los invitaron a pasar. Todos se sentaron a la mesa de la cocina. Dan destapó una botella de vino y Lizz le sirvió una copa a cada uno cumpliendo su promesa tácita sobre su reunión anual.

Lizz contaba una anécdota sobre un nuevo contrato de Starts, y Bastián la escuchaba atentamente. Sin embargo, su mirada se desvió un instante hacia Natalia, que reía a carcajadas.

— Querida ¿De qué te ríes? —Cuestionó Bastián con una sonrisa pícara olvidando brevemente que su farsa había terminado.




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