Prológo

Muchas veces me he preguntado si lo inexplicable existe, si todo lo que nos rodea es real.

La mayoría de personas perdieron la fe, perdieron la esperanza, algo tan vital en el ser humano ya no esta. He escuchado muchas historias de como empezó todo esto, pero cada vez que escucho una la historia cambia.

El caos ahora reina sobre la tierra, nadie se puede explicar cómo pasó, solo paso y ya. Ahora somos prisioneros de algo que no conócenos, de algo que no sabemos de dónde es.

Todo comenzó en la celda cero, cada vez que preguntó que pasó ahí lo único que hacen es evadirme, como si preguntar eso estuviera prohibido, algo nos ocultan, pero no lo hacen para protegernos, lo hacen para ganar más poder. La humanidad a perdido.

-¡Prisioneros de la celda 504 contra la pared!

Recordar los gritos de los guardias o mejor dicho "cosas" siempre se hacía presente en mis pensamientos y se perdían en un enorme eco, siempre me paraba contra mi propia voluntad porque sé que llevar la contraria no es lo mejor que puedas hacer. Cada día nos llevaban a un especie de comedor, obvio no nos van a dejar morir de hambre, pero me preguntó ¿Por qué? Para que fin nos siguen manteniendo en cauterización si ellos son más poderosos.

Los rostros de todos ya no tenían ni una pizca de sentimientos, todos ponían cara sería como si se estuvieran torturando con sus propios pensamientos en este mar de silenció. Silencio una de las pocas cosas que más odio en lo que llevo de existencia. Lamentablemente mis padres ya no están vivos, por lo general cuando las personas cumplen una cierta edad los botan como si fueran basura, pues claro alguien con la mayoría de edad casi no puede hacer algo, pero entonces ¿Qué tienen que hacer para que no los maten?

Cada uno tenía su propia celda con un numero en especifico que te asignaban al nacer, todas las celdas estaban habitadas por una sola persona, menos la celda cero. Todos saben porque ya nadie habita la celda cero, pero probablemente tu no sabes así que te lo diré. Nadie habita la celda cero porque el mismísimo infierno se coló ahí.

-Entonces déjame ver si entendí. -su mirada se posó en mí analizando todo lo que le acabe de decir. -¿Ustedes rompieron las reglas y su condena es la muerte?

-Sí. -respondí sin tapujos.

-¿Entonces ustedes quieren...? -intento preguntar pero fui más rápida.

-Cambiarlo todo.