Ruido, mucho ruido.
Trato de correr lo más rápido que puedo, pero ellos son más veloces. Un pequeño grito escapa de mis labios cuando alguien toma mi pierna y me jala hasta él.
Ya está, estoy muerta.
—¡No le hagan nada por favor, es mi culpa, todo lo que acaba de pasar es mi culpa! —el grito de mi madre se hace presente, después de esto todo queda en silencio.
El que sostenía mi pierna con tanta fuerza se ájela de mi y se dirige hacia mi madre dispuesta a acabar con ella.
—¡No mamá! —grito a todo pulmón, mi garganta queda un poco adolorida, lagrimas caen por mi rostro, siento desesperación y una presión en mi pecho.
—Tranquila, mamá aquí. —dice mirándome a los ojos, su cara transmite paz —prométeme que serás una buena niña y que harás todo lo que te pidan ¿está bien? Volveré muy pronto, pero no me esperes despierta.
Lo ultimo que veo antes de que se lleven a mamá es su sonrisa.
—¡No!
Mis ojos se abren de par en par, siento como mis manos tiemblan desenfrenadamente, automáticamente llevo una de mis manos al pecho tratando de calmar mi respiración. Otra vez la misma pesadilla, siempre se repite una y otra vez. Y aunque ya me sepa cada parte de ese sueño, siempre despierto con lágrimas. El sonido de una pequeña alarma hace que me prepare mentalmente para lo que sigue en 3, 2, 1...
—Prisionera 504 contra la pared.
Esa voz tan despreciable se hace presente, ¡Dios si tan siquiera pudiera saber que quieren! ¿Tomar la tierra? ¿Matarnos? ¿Nos odian? Tantas preguntas me hacen poner de mal humor y querer golpearlo, pero después recuerdo lo que puede pasar si lo hago y se me quitan las ganas. Lo más triste es pensar de existen humanos que están a su favor. Nunca he visto a esas cosas solo sé que la mayoría de guardias son humanos.
Siempre me pregunté qué se siente ser libre. Poder correr y hacer lo que uno quiera. Salir con tus amigos a hacer quién sabe qué sin meternos en problemas. Tal vez nunca pueda saber que se siente hacer eso, tal vez siempre estaremos condenados.
Los pasillos de esta miserable prisión —supongo que es una prisión porque nunca he tenido la oportunidad de salir — hacen que me den ganas de simplemente dejarlo todo, de desconectarme de la vida.
Tres reglas son las que rigen este lugar.
1. Tienes que obedecer a tus superiores.
2. No tienes ningún derecho de vida, a nadie le debe importar lo que ellos te pueden llegar a hacer.
Y la tercera que es la mas importante de todas: Si tratas de escapar tu castigo será la muerte.
La tercera regla es la única que menciona la muerte, que irónico ¿No? Tantas personas que ansían la libertad de alguna manera u otra han roto una de las reglas. Si me hubieran avisado que iba a nacer en un evento post apocalíptico hubiera hecho hasta lo imposible para no haber nacido, lo sé eso suena muy absurdo, pero vamos nunca he salido en toda mi vida al exterior... ni siquiera sé que me puedo encontrar afuera.
Justo ahora me dirijo hacia el comedor, donde cada día a la misma hora puedo convivir con otras personas de mi edad, ya que en cierto momento te separan de las personas adultas.
—Blake ¿Cómo has estado? ¿Ya tuviste tu duda existencial por milésima vez? —a mi lado se posa Aiden, mi único amigo. Nuestras madres llegaron a convivir juntas, así que podría decir que lo conozco desde que nací, pero en las peores circunstancias.
—Sabes Aiden todo iba perfecto hasta que apareciste en mi campo de visión. —le doy una sonrisa falsa y lo apartó de mi camino —ahora quítate que me quiero sentar.
—Creo que si debes de sentarte porque con la noticia que te diré probablemente te desmayes. —su sonrisa hace que me causen pequeños escalofríos, es como si detrás de ella tuviera un gran secreto.
Aiden es reconocido en este lugar porque le gusta meterse en problemas, aunque sean cosas menores todos lo apodan "busca problemas" muy original,
—¿Cuál es la gran noticia que tienes? —pregunto con algo de interés.
Aiden se acerca a mí. —Están haciendo un plan para huir de este asqueroso lugar Blake —susurra en mi oído.
Un escalofrió recorre toda mi espalda, ¿acaso se ha vuelto completamente loco?
—Pero ¿Cómo piensan escapar de aquí con tanta seguridad? —pregunto obvia, como si no supieran la medida de seguridad que tienen, y como si no entendieran lo que podría pasar si los descubren.
—¿Piensan? Mejor dicho, pensamos.
Cuando dijo casi me ahogo con mi propia saliva, Aiden me tuvo que dar unos cuantos golpes en la espalda para poder respirar bien, ¿Pensamos? Este tipo se ha vuelto completamente loco, creo que el no entiende la gravedad de todo esto.
—¿Te has vuelto completamente loco? ¿Acaso no recuerdas lo que paso hace unos años?
—¿Sabes Blake? No tenemos un futuro aquí y muy en el fondo lo sabes, cuando lleguemos a la mayoría de edad nos pasará lo mismo que a nuestros padres, que a nuestros abuelos ¡Que a todo el mundo! ¿Lo entiendes verdad? —suelta con irritación, el tema de la familia no es su mayor fuerte igual que el mío.
—Tengo miedo de lo que pueda pasar Aiden. —le respondo sincera, el entiende mí preocupación ya que toma una de mis manos y le da un leve apretón.
—Lo se Blake, pero a veces tienes que lanzarte al vacío, y no preocuparte por lo que te pueda pasar—aunque su comentario sea alentador no me convence muy bien. —Sabes que tu madre hubiera preferido esto, igual que la mía
—¿Y si no sé qué es lo que hay en el vacío? —pregunto distraída, con tan solo pensar en la libertad hace que todo mi cerebro colapse.
—Por eso tienes que lanzarte al vacío sin esperar lo que te pase, vamos Blake probemos lo que se siente la libertad.
Solo esa pequeña palabra hizo que me convenciera, saldremos de aquí cueste lo que cueste. Se lo que me dijo mi madre hace unos años, pero también se que ella querría que yo sea libre.
#19993 en Otros
#3219 en Acción
#2934 en Ciencia ficción
juvenil, ciencia ficcion apocaliptica, ciencia ficcin y drama
Editado: 29.09.2020