Proyecto Zero

Capitulo 3

—Blake. —escucho mi nombre lejano. ¿Quién me está llamando? —vamos Blake despierta.

Suelto un gruñido, la vibración que siento en el pecho de Aiden me hace saber que se esta riendo. ¿En que momento me quede dormida? Solo recuerdo pensar en el pasado y después de eso nada. Abro mis ojos lentamente, aun siento algo de cansancio, mi cuerpo ya está empezando a reaccionar de lo que paso hace unas horas. Aun hay algo de luz, pero supongo que en algunas horas esta será reemplazada por la oscuridad y por nuestro bien es mejor encontrar un lugar para pasar la noche, aun no sabemos que podemos encontrar aquí afuera, pero es mejor estar seguros en cualquier lugar a que estar expuestos.

—Lo siento por interrumpir tu sesión de bella durmiente, pero hemos encontrado un centro comercial. —su voz sonaba algo apenada, pero a la vez le divertía. Aunque le quiera responder no digo nada, el ha hecho mucho por mí y no quiero parecer como una desagradecida y estar reclamándole por haberme despertado.

Mis ojos se centran al frente, a unos cuantos metros se encuentra un pequeño centro comercial en malas condiciones, algunas zonas están muy afectadas, las paredes están algo destruidas al igual que el techo, pero hay algunas partes que se ven en optimas condiciones, el pasto ha escalado por las paredes que aun siguen pie. Este centro comercial es digno de un evento postapocalíptico.

—Veo que ya has despertado. —dice Noah posándose a nuestro lado, se que mis mejillas están de otro color, mientras que yo dormía ellos caminaban con el peligro acechándolos —tendremos que buscar un kit medico para estabilizar tu tobillo, y tal vez algo que pueda reducir el dolor. Supongo que durante todo este rato te has aguantado ese dolor intenso, también espero que encontrar unas muletas para que puedas caminar mejor.

—¿Sabes de medicina? —pregunto, por la mirada que me da puedo ver algo de tristeza.

—Sé un poco, mi madre me enseño todo de un poco, según ella todo lo que me enseñara me iba a servir de algo, y vaya que tenía razón. —el emite aquella sonrisa que te hace saber que las cosas no están bien, creo que el tema de la familia es un punto sensible para todos.

Al entrar al centro comercial Aiden me baja de sus brazos y me ayuda a caminar. Algunas partes están muy oscuras, a duras penas puedo visualizar bien las cosas, pero en las partes donde no hay techo entra un poco de luz facilitando un poco para ver, hay muchas cosas que están regadas por el suelo y en el techo hay algunos carteles que indican donde se encuentra cada cosa, solo un cartel llamo la atención de todos.

Zona de comida y productos farmacéuticos.

Con tan solo leer la palabra "comida" mi estomago ruge, no he comido nada desde hace un par de horas, con el simple hecho de pensar que podre comer algo diferente de lo que estoy acostumbrada hace que mi niña interior quiera saltar hacia toda la comida. En aquel lugar casi todos los días nos daban de comer lo mismo y en una porción muy reducida, había días en donde simplemente no comía nada, mi estomago estaba tan cansando de comer lo mismo que mi apetito desaparecía por días, comía solo porque sé que no puedo pasar más de dos días sin ingerir un solo alimento, cada uno era responsable de lo que le sucediera y no estaba dispuesta a enfermarme solo por no comer. Los demás decidieron adelantarse para ir buscando algo de utilidad, mientras que Aiden y yo observábamos con detalle cada cosa. Al dar cada paso con lentitud siento como si un martillo estuviera golpeando mi tobillo, espero que Noah pueda encontrar algo que alivie el dolor.

Después de unos pequeños minutos de dolor por fin logramos estar junto a los demás, automáticamente me siento en el suelo para poder descansar mi pie, lo único que quiero es que el dolor desaparezca y pueda caminar con tranquilidad, a decir verdad, en estos momentos me siento inútil y es algo que me desespera.

—Es un poco extraño que esta comida se haya mantenido en buen estado durante tanto tiempo. —comenta Luke, cojo una pequeña lata que esta a mi lado para revisar su fecha de caducidad.

Fecha de fabricación: 05/11/2050

Fecha de vencimiento: 22/05/2058

Luke tiene razón, se supone que la comida tiene cierto limite para que este en buen estado, lo único que se salta esa regla son la comida en lata, por lo general suele durar más tiempo que los demás alimentos, aprendí eso cuando de vez en cuando me robaba alguna lata de comida, pero aun así no tiene tanto sentido porque todo comenzó en el año 2025. Y actualmente estamos en el 2060. Aunque la lata dice que fue fabricada en el año 2050 sigue siendo muy extraño, por un lado, significa que hubo personas que sobrevivieron después de lo ocurrido, pero siendo así ¿Por qué dejarían toda esta comida tirada?

—Se supone que cada comida tiene cierto periodo de tiempo para ser consumida. —digo confundida.

Observo nuevamente la lata para confirmar que no hubiera leído mal, pero sigo leyendo exactamente lo mismo.

—Es un poco raro, tal vez tenia muchos preservativos. —propone Anne, puede que tenga razón, yo no entiendo cómo funciona la fabricación y la conservación de los alimentos, y creo que los demás tampoco.

—Blake aquí hay un pequeño kit medico con lo necesario para tu tobillo. —la sonrisa de Noah me hace estar tranquila, espero que en pocos días pueda volver a caminar con normalidad y no ser un peso para los demás.

Noah se posa justo al frente mío, se arrodilla y toma con delicadeza mi pie para ponerlo en su rodilla, aunque sus manos sean delicadas no quita el hecho de que el dolor es terrible. —Lo siento. —se disculpa al ver mi mueca.

—No hay problema. —respondo con los dientes apretados, trato de controlar mi respiración para transmitirle calma, para que no piense que de pronto lo está haciendo mal.

Antes de enrollar mi tobillo coloca un poco de pomada justo en la zona afectada.




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