Luego de la intermitencia las luces se vuelven a encender, un poco más bajas que antes pero al menos logro divisar que las capsulas están en perfecto estado excepto una, la capsula 06 está hecha pedazos.
Se ha escapado.
Ha roto la capsula.
¡Virgo ha escapado!
Corro y activo las alarmas que cierran todas las posibles escotillas de salida. Si tenemos suerte Virgo no habrá ido muy lejos, debería de estar dentro de la Instalación.
— ¿Ale? —llamo sin respuesta alguna.
Hay vidrios regados por todo el laboratorio y el líquido amniótico que pasamos años desarrollando baña todo a su alrededor.
— ¡Ale! —esta vez me preocupo.
Y cuando me disponía a dar un paso para buscar a mi compañero, una figura se yergue detrás de la máquina de control.
— ¡Demonio, Ale! Me asustaste.
—Lo… siento.
Su voz se oía baja, y ronca; como si tratara de ajustarla.
— ¿Estas bien? —pregunto.
Asiente con la cabeza.
—Virgo ha escapado —lo pongo al corriente—. Por suerte para nosotros no nos mató o algo así. Debió de haber ocurrido alguna falla con su capsula, o las intravenosas que lo mantenían sedado. Oye ¿Por qué estás tan callado?
— ¿Tu por qué tan parlanchina? —cuestiona—. ¡Arg! Este maldito líquido huele horrible
—No huelo nada.
Se mueve por el laboratorio yendo a la capsula 05.
— ¿Qué haces con Leo?
Resopló ¿irritado?
—Tu misma lo dijiste, algo falló en su capsula. Hay que revisar las otras para que no ocurra de nuevo, y para ser sincera un carnívoro me da demasiado miedo.
Tiene razón.
Sería un peligro inminente si otro vuelve a escapar. Si con uno del cual no sabemos nada es malo, un caníbal con la fuerza del mismo animal sería peor.
Mencionando a Leo como el más inofensivo.
—No sabía que le temías a Leo —comento yendo a donde Libra y se me es imposible no verle las dos cabezas a Géminis cuando paso por su lado.
—A veces hasta escucho sus pensamientos —responde pasando a revisar la capsula de Cáncer—. Todo es sangre, carne, comer y devorar entrañas.
—Suena horrible…
Y de verdad que me imagine lo que esa bestia puede hacer. Con razón el gobierno lo quiere en su ejército.
Parece que todo está bien con la capsula de Libra. El siguiente es Escorpio y de una evito ver su cola.
— ¿Y tú a quien le temes? —me pregunta.
No me di cuenta que había tragado saliva hasta que me quede viendo a Acuario.
— ¿Numero 11?
—Hay… algo que me causa escalofríos de ella. Algo que me dice que es la peor de todos.
— ¿Incluso más que el aguijón que tienes en la cara? —se burla y la sola imagen de que Escorpio despierte y me atraviese la cara con su cola hace que me mueva a Sagitario.
—Escorpio puede ser cautivador, venenoso, y extrañamente más atractivo que los otros, pero Acuario… se ve tan… inocente que da miedo.
De vez en cuando, mi mirada se desvía a la niña de cabello largo, porque si, no importa con que la hayamos creado, en todos los intentos por mejorarla daba como resultado una niña. Esta última fue la peor.
Tan pequeña, tan tierna, tan… angelical, que da miedo.
— ¿Quieres que la revise yo? —su voz me saca de mis pensamientos.
—No… —termino con número 09 y mis pies se mueven a donde ella.
En sí, Acuario no causa tanto miedo como Géminis, Tauro o Leo, pero cala en lo más profundo de mi.
—Deberíamos ir a por Virgo —sugiero.
— ¡No! —Lo miro atónita por el hecho de haber levantado la voz—. Para eso está seguridad, quedémonos aquí hasta que…
Pasos pesados retumban afuera y entra Stefan junto con 3 guardias más tomando el laboratorio como una redada, inspeccionando cada rincón.
— ¿Se encuentran bien?
—Si —respondo yo, a punto de preguntar si lo han encontrado.
—Lárguense, no tienen permiso de estar aquí.
Stefan se voltea a Ale y su equipo deja lo que hace para ver cómo reacciona el jefe de seguridad ante tal orden.
—Tu experimento anda suelto, por ahí, mi trabajo es contener tu irresponsabilidad, por ende, puedo: entras o salir por donde me dé la gana hasta encontrar tu juguete…
Da un paso y Ale se pone de pie para encararlo.
Stefan ha tocado una tecla que hasta a mí me ofende, es nuestro proyecto, no un juguete; pero lo que es peor, si es nuestra culpa que haya escapado.
—Posiblemente ya te hayas matado inocente y planeando la forma de salir de Moth mientras tú me haces perder mi tiempo. ¿Adivina que pasara si tu engendro sale en las noticias?
Ale aprieta los puños, tensa la mandíbula recibiendo el golpe que le da un O. K a su ego. Nunca lo había visto así, tan impotente que me veo obligada a intervenir.