Proyecto Zodiaco.

03

—Para empezar, usted es una recién llegada, que le dieron un papelito y se aferró a él como una especie de biblia.

Su cola de escorpión se mueve de una forma que hace que no le preste atención.

—No somos unos fetos in vitro; éramos bebe que nacimos en un criadero humano cuando no expusieron a tantas torturas. El Proyecto Zodiaco se viene ejecutando más tiempo de lo que crees.

—10 años —contesto.

Ya ni sé para qué me esfuerzo si todo lo que sé es una maldita mentira que solo ha traído la muerte.

—38, en realidad —sonríe, sabiendo que hace añicos mis conocimientos—. El primer proyecto de Alexio que aún no ha concretado y que lo tiene obsesionado.

»Esa es la razón por la cual Alexio quiere seguir con esta mutación de infantes. No quiere que sepan que falló muchas veces y los fetos que les dio el gobierno para empezar con el proyecto, murieron en reiteradas ocasiones.

»Ya cuando encontró la mezcla perfecta de este platillo de fenómenos, no estaba en condiciones para pedirle al gobierno más especímenes, así que Alexio, en su enfermiza desesperación, usó sus propios recursos y pudo empezar con el Proyecto Zodiaco una y la veces que quisiera sin informarle a nadie.

»Todos los científicos que descubren su secreto son desaparecidos y remplazados por unos nuevos, como usted, doctora.

—¿Cuántas veces fueron? —Pregunto, para decepcionarme más.

—La mayoría del tiempo estuve drogado, pero tengo horribles recuerdos de gritos de dolor, llanto, y gritos de ese hombre diciendo que manden los cuerpos a los ácidos para desaparecerlos.

»Los últimos que no resistieron las pruebas fueron Virgo y Acuario. Y adivina qué hizo tu tan amado jefe, agarró a una niña pequeña, ¡que ni siquiera era suya! Compro a una niña feliz y la expuso en carne propia.

»Virgo fue peor, se acercaba la fecha para que Alexio mostrara sus avances, y al no encontrar infantes le arrebato la humanidad a su propio hijo, al que vio crecer. Tenía un nombre ¿sabes? Era Benjamín.

—Falleció en un accidente a los 16 años —contradigo.

— ¿Les creíste? ¡Qué ingenua, doctora!

Solo me bastó imaginarlo para querer llorar, me trague el nudo en la garganta al descubrir tales atrocidades de las cuales he sido participe desde que este a trabajar.

—Virgo estaba tan lleno de venganza que fue el más fácil de manipular.

— ¿Que ganas contándome esto?

—Abrirte los ojos, llegar a tu corazón… destruir tus expectativas con este proyecto logrando que me ayudes a encontrar a Alexio.

Entonces eso es lo que en realidad quiere.

—Tú también quieres venganza —saco sus verdaderas intenciones a la luz.

Quitar al único que puede impedir mi pacifico plan —enfatiza—. Es lo que quiero.

—Tu “pacifico plan” conllevó a matar a dos personas.

—8 de camino a encontrarte y unas 10 después de hacerlo, pero… ¿Quién lleva la cuenta? No todo puede ser perfecto —justificó con un sonrisilla el muy monstruo—, y uno de ellos ya estaba muerto. Su admirador con juguete.

No quiero ni preguntar a que se refiere, todo lo que diga puede ser veneno y parte de él ya ha entrado en mi cerebro.

Todo lo que creía saber de este proyecto fue una vil mentira que escondía atrocidades. Ojala nunca hubiera aceptado ser transferida a esta base.

— ¿Qué dice, doctora? ¿Acepta?

—No te escuche.

— ¿Que si me ayuda a salir de la base para hacer una vida nueva? —extiende su mano como un caballero.

—Mataras a todos.

—De nada me sirve ser el gobernante de unos muertos. Hare del mundo menos deplorable de lo que ya es.

—Le harás daño a gente inocente.

— ¡Doctora! —Me mira con una mueca divertida—. Nadie está a salvo, tu más que nadie debería de saberlo; has trabajado con un santo que obraba para una buena causa y resultó ser el mismo diablo. La humanidad es una enfermedad que hay que sanar antes de que los parásitos se sigan multiplicando ¿no cree?

Mi madre murió por un hombre que conducía alcoholizado. Papa se volvió a casar, su nueva mujer era salida de Disney por lo que me crie con las hermanas de mama. Los doctores mataron a mi prometido al no calcular las medidas exactas de la anestesia haciéndome tomar la decisión de venir a trabajar para un monstruo.

—Hay un ascensor que se usa como vía de escape en casos de emergía. Al final del pasillo, solo se activa con huella digital.

— ¡Perfecto! —con un rápido movimiento de su aguijón corta todos los hilos que me mantenían atada—. Tenemos dos opciones: Le corto la mano o viene conmigo, y que asco cargar con una mano sin cuerpo.

Vuelve a extender su mano, como un príncipe oscuro que va a guiarme a nuestra propia destrucción. El condenado es muy atractivo, tiene el aura de villano de película que todas prefieren antes que al héroe.

Escorpio tenía que ser.

Apenas salgo una ola de olores nauseabundo me revuelven el estómago, y al detallar el pasillo todo está lleno de sangre, paredes, techos, cadáveres regados y uno de ellos es el Coronel Erwin.

Estimo que hay unos 12 cuerpos que siguen desangrándose, encharcando el piso.

—Tuve unos percances —admite.

— ¿Y matar bestialmente a una docena de soldados los solucionó?

—Querían arrebatarte de mis brazos, y no se veían dispuestos a dialogar.

Pasamos por donde parece que hubo un batalla sanguinaria entre ángeles y demonios, lo malo de esta situación, es que no sabría decir quién es quién.

Es bastante irónico.

—Me encanta ese sonido viniendo de usted, pero ¿por qué ríe?

—Se supone que los creamos como alternativas de paz, soldados superdotados para ser nuestros aliados, para evitar muchas muertes y aquí están: asesinando a sangre fría.

—Volviéndonos enemigos de nuestro creador —completa—. ¿Usted amaría a quien la mutila sin anestesia? Atentaron contra nosotros muchas veces, es justo que reaccionemos.



#2261 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, amor, cienciaficion

Editado: 24.03.2024

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