Proyecto Zodiaco.

01

El 3 de Noviembre hace cinco años atrás me transfirieron a la base debido a que no estaba psicológicamente estable para continuar con las obras y experimentos humanitarios que realizaba en Michigan porque, según ellos, era demasiado “frívola”.

No bromeaban al decir que bondad y piedad no me queda.

¿Y cómo? Si mi misma especie se ha encargado de matarme poco a poco.

—Por su bien, doctora, espero no sea una trampa.

—Falta poco —digo—. Después que salgas no quiero volverte a ver en mi vida.

— ¡Uuuh! —Hizo un puchero con los labios—. Y yo que imaginaba qué flores plantar en nuestra casita.

Cruzamos por el último pasillo y ahí estaba, al final de todo, el ascensor que liberaría a este psicópata.

— ¿Esa puertita? —Se mofa—. Mi culo es más grande que eso.

—Es porque es únicamente para emergencia —repito—. Y para humanos no híbridos.

—Que racistas son.

Me parece insólito que siendo él un desalmado asesino, secuestrándome y haciéndome un rehén de una forma pasiva, consiga hacerme reír. 

Ese debe ser el efecto de la planta: hacerlo terriblemente encantador.

— ¿Abandonara el proyecto? —pregunta.

—Abandonare este maldito pueblo.

—Si le soy sincero…

—No me interesa que lo seas.

—Nunca quise que esta fuera nuestra primera impresión —me ignora completamente—. Solo vi la oportunidad y la aproveche.

—Tú mismo creaste esta situación.

Se detiene y su cola evita que siga.

—El de limpieza no tuvo que andar de chismoso. Lo primero que les dije a esos dos fue que no la tocaran —toma mi mano logrando que voltee a verlo—. No se preguntó ¿Por qué Leo nunca la atacó teniéndola tan cerca? O ¿Por qué virgo no la mató cuando estaban a solas?

— ¿Por qué? —sigo repitiendo la misma pregunta.

—La razón por la que ninguno la mató antes fue porque no me daba la gana, quería tenerla a mi lado hasta que llegara este momento.

— ¡Aléjate!

El grito nos advierte, Escorpio rápidamente me pone detrás de él y su aguijón sirve de escudo contra la mujer frente a nosotros.

De toda esta masacre, ¿aún queda sobrevivientes? No, porque quien tenemos en frente ni siquiera es humana.

Estoy frente a ella.

A la peor de todos.

Y que sé que me va a matar.

— ¡A-Acuario!

Las piernas me tiemblan al ver sus manos llenas de sangre.

—Niña, no hay necesidad de hacerle daño a la doctora.

Escorpio retrocede y su aguijón se mueve en defensa.

— ¡Aléjate! —me vuelve a gritar.

Cree que le haré daño a Escorpio.

A simple vista parece una niña frágil pero el inmenso odio en su mirada da mucho miedo, demasiado; tanto que me obliga a hacer cosas que jure no volver hacer.

Rogar.

Rodeo a Escorpio pero él insiste en protegerme cubriéndome con su aguijón por si Acuario decide atacar. ¿Cómo atacaría? Ese sería un riesgo que ni quiero pensar.

—Lo lamento ¿sí? Siento mucho lo que te hicieron. Siento mucho haber participado en todo esto.

— ¿Que le hiciste?  —Cuestiona con una voz dulce—. Aléjate y no le hagas más daño

— ¡NADA! NO LE HICE NADA —me adelante a explicar, muerta del miedo—. Escucha, sé que te arrebataron de tu familia, que te secuestraron, y lo lamento mucho, eres una niña y me arrepiento tanto haber participado en todo esto. No me mates, déjame ir, desaparece. ¡Con ese ascenso pueden ser libres!

—No se lo decía usted —Cuestiona Acuario sin apartar.

Y es ahí donde me recorre un escalofrío por todas las vértebras al darme cuenta que no me miraba a mí, miraba a Escorpio.

Volteo a ver Escorpio, sus cuatro ojos volvieron a aparecer; aguijón sonó su cascabel antes de dispararse en mi dirección. Un aire meloso movió mi cabello cuando algo, de repente, hizo que su cola se detuviera a centímetros de mi pecho.

— ¡QUE TE ALEJES! —EL grito de Acuario disparó a Escorpio contra la pared.

Ya no sabía a donde correr, a donde refugiarme ni idear un plan que me mantuviera ilesa. Ambos son unos asesinos, uno peor que él. Mi mente esta agobiada y no identifico quien es más peligroso.

— ¿Por qué me pidió disculpas? ¿Por qué me dijo todo eso? —cuestiona la niña, confundida.

— ¡Porque es la verdad y en serio lo lamento, déjenme ir!

—El Proyecto Zodiaco empezó hace 10 años y nadie me secuestró, todos mis recuerdos están en ese laboratorio.

— ¡Pero Escorpio…!

— ¿Escorpio?

Acuario abrió los ojos, estupefacta.

De pronto el cuerpo de 08 levitó en el aire estampándose contra la pared cuando ella alzó la mano. De repente se acercó, note que su boca empezó a brotar un líquido negro, parecido a la sangre pero un poco más asquerosa.

— ¡La envenenaste! —le reclama y yo me alejo aún más de ellos.

—Es un Don —mofo con una fina línea oscura saliendo por su nariz.

La pequeña niña  que creía indefensa levanta la otra mano y no sé cómo, la cola de Escorpio es arrancada de su cuerpo al igual que su cabeza. 

Quedo  shock al ver la escena, mi se queda pegada en el momento que la cabeza cae a mis pies.

La sangre por alguna razón no me salpica, queda estática frente a mí como si hubiera una especie de muro que mis ojos no logran ver.

El cuerpo de 11 cae.

La supuesta niña cae de rodillas soltando un suspiro.

—Te mintió.

Su voz aguda y dulce no entra en esta escena sangrienta.

Y en vez de responder o decir algo, me sostengo de la pared para vomitar lo poco que me queda.

¿Qué sucederá ahora?

Ha dejado en claro que no me quiere matar.

 



#2232 en Fantasía

En el texto hay: fantasia, amor, cienciaficion

Editado: 24.03.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.