Psicosis

Caso 25. La sombra del pasado (3/4)

Día 28

Con esta prueba, los agentes pudieron conseguir tres cosas: detuvieron a Patrick y a Valentina mientras los peritos acudían a su vivienda con una orden de registro en las manos. Así mismo, también pudieron conseguir una orden para revisar el computador y el teléfono celular del hombre. Y si bien en la casa no encontraron ninguna prueba que pudiera incriminarlos, los correos encontrados en el teléfono de Patrick revelaron otra cosa.

Keith entró a la oficina y se sentó frente a Valentina, quien aparte de tener un gesto de severo descontento y una manta sobre los hombros para cubrirse del frío, también lucía cansada y temerosa.

—¿Qué sabe usted de lo que sucedió con Catiana Pólamo?

—Nada. Es injusto que solo nos señalen a nosotros por lo que sucedió entre esa mujer y mi esposo. Catiana no dejaba de acosarnos y demandarnos, pero nosotros jamás le causamos ningún daño.

—¿Sabía que su esposo se mandaba correos con ella?

Valentina le lanzó una mirada de muerte.

—Eso no es cierto. Patrick la detestaba.

—¿Y por qué la detestaba?

—Porque a fuerza quería que Patrick mantuviera a un hijo que no era suyo.

—Por lo que recuerdo, el señor Morenco señaló que Edmundo no era su hijo legítimo. ¿Y por qué nunca aceptó realizarse la prueba de paternidad que Catiana estaba exigiendo?

—Porque solo aumentaríamos el circo mediático.

—¿Eso le dijo él? Vamos señora Morenco, usted es demasiado inteligente para dejarse manipular por su marido. Solo vea el rostro de Avery Agnes, él y Edmundo son prácticamente idénticos.

—Eso no prueba nada.

—Pero quizá esto sí lo haga —Keith colocó sobre el escritorio las capturas de todas las conversaciones que Patrick había sostenido con Catiana.

Para la mala suerte del hombre, la mayoría eran de carácter sexual. No obstante, la policía se había centrado en un correo bastante llamativo, y es que en él, Patrick le pedía a Catiana que se vieran para llegar a un acuerdo sobre las nuevas clases de taekwondo que Edmundo estaba próximo a tomar.

—Esto es importante, señora Valentina, Catiana Pólamo desapareció el mismo día que se vio con Patrick y después su cuerpo fue encontrado cercenado dentro de un tronco hueco. Edmundo sigue sin aparecer…

—¡Basta! —Valentina se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar—. No es verdad nada de esto, Patrick jamás haría una cosa tan atroz.

—Ya revisamos su casa, pero no encontramos nada. ¿Sabe si Patrick tiene algún otro lugar en el que podamos buscar evidencias?

—Mienten.

—Señora…

—¡¿Por qué no investigan a Jane?! Esa bruja tampoco estaba tan feliz con la aparición de Catiana, sobre todo al enterarse que Edmundo era un año mayor que Avery. La aparición de Edmundo tampoco auguraba nada bueno para la vida de Alexander y Avery. ¿No le parece más lógico que ellos le hubieran hecho daño?

—Valentina, Joseph Patrick no es quien usted cree…

—Quiero verlo.

—Eso no es posible, señora.

—Entonces quiero un abogado.

El agente recogió los papeles, los guardó de nuevo en la carpeta y salió. Sin la cooperación de Valentina Morenco solo quedaba pensar dos cosas: o que ella había participado en el homicidio de Catiana y el secuestro de Edmundo, o que de verdad creía que Patrick era inocente.

—¿Qué te dijo? —Geraldine se acercó a él.

—Nada, lo cree inocente.

—Bajo nuestra intuición sabemos que Joseph Patrick tuvo que ver algo, pero ante la ley, unas simples conversaciones y el video de una cámara vieja no serán pruebas suficientes para condenarlo. ¿Qué dicen exactamente los correos?

—Al principios solo son peticiones de Catiana para que Patrick se realice una prueba de paternidad, pero nunca obtiene respuesta. Finalmente y luego de casi doscientos mensajes, él decide responder.

—¿Qué le contesta?

—Que está bien, aceptará realizarse la prueba, se llama así mismo arrepentido por no saber nada de su embarazo y le asegura que habría dejado a Jane Agnes si se hubiese enterado. Le dijo que con Jane no era feliz y que detestaba el comportamiento tan hostil con el que Avery lo trataba.

—Es normal, de los dos, el que más insultos y humillaciones recibió por parte de su propio padre fue él. ¿En qué punto comienzan los coqueteos?

—Ambos comienzan a decirse cómo hubieran sido sus vidas de haberse casado cuando ella descubrió que estaba embarazada, después hablan de la luna de miel y finalmente consuman sus fantasías escribiéndose todo lo que se habrían hecho de estar solos en la misma cama.

—¿Patrick le habló alguna vez de Edmundo?

—Nada, siempre fue ella la que le recalcó su existencia.

—Keith, ¿de verdad crees que Patrick le estaba coqueteando a Catiana porque deseaba una vida con ella? Yo creo que más bien, lo estaba haciendo con la intención de que Catiana mermara sus protestas y demandas.




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