Pueblo chico infierno grande

“Cada año hay algo nuevo”

Ashland Oregon

La castaña salía de su casa, sus padres estaban en un viaje de negocios por lo que llegarían hasta dentro de dos días, se colocó sus audífonos y siguió caminando.

El regreso a clases siempre era deprimente, el regresar a las mismas clases aburridas, con los mismos maestros de siempre, con los mismos compañeros que llegan a ser molestos en cierto punto y el volver a sentir esa presión de los estudios sobre uno, y más ahora que estaba en último año y las solicitudes para universidad empezaban. Pero tienen sus cosas buenas, como los amigos.

June caminaba por la acera llegando a la estación de autobuses topándose con unos viejos compañero esperando el transporte, su cabello castaño estaba sujeto en un moño de bailarina, llevaba su pantalón de mezclilla a la cintura habitual, un top de tirantes gris y un sweater largo color crema que hacia lucir su piel más blanca aun, sus tenis de siempre y su mochila vieja.

Escucho el mofle del viejo autobús, sus ojos castaños se dirigieron hacia él, sonrió al ver a su amiga Amabel asomándose por la ventana casi saliéndose y saludando, su cabello rubio claro estaba suelto y ondulado, largo hasta debajo de los hombros, balanceándose por el movimiento imperativo de la rubia

- JUNE JUNE! – gritaba sonriente con la cabeza de fuera, haciéndola reír como siempre, su piel bronceada resaltaba por la luz del sol tras ella

- ¡Oye, mete la cabeza!  – grito el chofer del autobús mientras se estacionaba y abría las puertas, un hombre en sus 40's con barriga prominente y canas con una gran calva sobre cabeza que trataba de disimular con una gorra.

- Tranquilo Bob, o te dará un ataque otra vez – Se burló June mientras subía al autobús

- Y solo es el primer día de clases – se quejó en broma mientras cerraba las puertas y arrancaba

- Hola! Que tal tu verano? – sonrió animadamente cuando June llego hasta su asiento, Amabel llevaba una blusa blanca y una falda celeste con unos zapatos abiertos cafés

- Bien – sonrió - te extrañé – contesto mientras dejaba caer su cabeza sobre ella mientras la otra la abrazaba – las vacaciones de verano fueron aburridas sin ti

- Lo sé, soy irremplazable – hablo haciendo reír a la castaña – pero no te vuelvas a ir – hizo un puchero – los veranos han sido aburridos desde que empezaste a ir con tus abuelos – la volvió a abrazar

- Lo sé – contesto algo ahogada por la fuerza que ejercía Amabel – pero bien, ¿qué hiciste este verano?

- Mm... Nada – canturreo haciéndose la interesante

- Como que nada? Siempre estás haciendo algo, vamos dime – la empujo levemente

- Nop – se volteo a la ventana del autobús cruzándose de brazos

- Claro que me dirás, vamos – insistió tratando de darle la vuelta

- Nop

- Dime!

- Nop

- Amabel!

- Nop

- Agh

Todo el camino Amabel se la paso hablando de lo que había ocurrido en la ciudad mientras June se había ido de vacaciones, desde que pintaron la acera, hasta que añadieron un nuevo sándwich nuevo en Donna's. June en serio había extrañado a Amabel y su extraño entusiasmo por cualquier cosa. Pasaron una estación más y subió Corina al autobús, su cabello rubio oscuro estaba en una coleta alta, sus pecas en el mismo lugar de siempre llenando su cara, llevaba una camiseta azul y un pantalón de mezclilla ajustado junto a sus tenis blancos de siempre, fue de inmediato junto a ellas y se sentó entre las dos aplastando un poco de cada una.

- Esta más pesada – comento Amabel quejándose

- Claro que no! – rio

- Creo que tiene más pecas – comento June de forma ahogada

- Claro que si – rio acomodándose bien en el asiento- como están tus abuelos? - pregunto a la castaña

- Bien! Solo se quejan de lo mismo – bromeo un poco

- Bueno que se puede esperar de pasar el verano con ancianos, los únicos divertidos son los tuyos – se refirió a los abuelos de Corina, estos se habían dedicado a criarla desde los 3 años, y eran unos sujetos encantadores

- Eso es cierto – sonrió ampliamente

Estuvieron hablando buen rato hasta llegar a la escuela donde había multitudes de adolescentes entrando a la escuela

- Bien – suspiro Amabel bajando del autobús – bienvenidas al infierno – presento como si fuera una película de horror, la castaña le dio un empujón para que quite su cara de actuación.

- Solo camina – comenta caminando al otro lado de la calle seguida de ellas

- ¿Qué maestro crees que nos toque ahora? – se quejó Amabel

- No lo sé solo espero que no sea el sr. Patrick – respondió la castaña

- Ugh nooo- Corina hizo muecas – recuerdas cuando se enojó porque te preste un lápiz? – ser rio

- Ni lo menciones, era... - sus palabras quedaron en el aire cuando se escuchó un auto rechinar sus llantas y una música estruendosa, todos voltearon como buenos chismosos de pueblo que son, pero no los podía culpar, era una ciudad chica y no muchas cosas interesantes pasaban.



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En el texto hay: adolecentes, romance, violencia

Editado: 12.04.2020

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