Valeria camina hacia mí, después que observa que tomo mi asiento en el salón. —Te he visto muy cerca a Arturo. ¿Estas bien?—me pregunta mientras coloca su mano en mi frente, para comprobar mi temperatura.
Me causa gracia su actuar. —No digas estupideces. Estoy bien—afirmó mientras colocó una libreta sobre mi pupitre.
Ella flexiona sus rodillas, con el fin de recargarse y que su cabeza quede sobre mi pupitre. —Me preocupas—añade mientras me observa fijamente a los ojos.
Por alguna extraña razón, siento un vacío dentro de mí. Un terror enorme porque me descubra, que sepa quien soy en realidad. Con mi mano recorro un mechón de cabello que está a mi lado izquierdo. —¿De qué hablas?—inquiero, con una voz nerviosa.
Ella se acerca un poco. —Tú y Arturo, charlando; juntos—dice casi murmurando. —Se me hace súper raro—comenta.
Yo suelto la carcajada. —¿Es por eso? Tranquila y deja de exagerar. Solo charlaba con él, es agradable—contestó. Mientras saco mi iPhone y abro la app de Instagram.
Puedo sentir la mirada de Valeria, muy extrañada por mi actitud. Le observo de reojo mientras estoy en Instagram buscando el perfil de Arturo, le sigo y apago la pantalla. —Vale, soy la misma. Deja de preocuparte. Solo que trate con Arturo, ese chico tímido que critique en el pasado... y es agradable. Me cae bien, no habíamos charlado mucho, ya deja de mirarle como bicho raro—agregó, dejando en claro que estoy bien. Aunque juzgando por la expresión de sorpresa, no pareciera que soy la misma persona.
Alan observa y parece estar escuchando nuestra conversación, aunque es imposible. Solo veo y siento su mirada penetrante.
Mi mejor amiga ríe. —Está bien, amiga. Sabes que siempre te apoyo—dice mientras se pone de pie y coloca su mano sobre mi hombro.
Juro que la próxima persona que ponga su mano sobre mi hombro le tomaré su muñeca y le haré una llave.
Al mismo tiempo puedo ver a mi mejor amigo apartarse de su bolita de amigos, y caminar hacia mí.
Vale se cruza en su camino. —Tu mejor amiga está enamorada de tu amigo el raro—le dice con una expresión de locura. Alan solo le observa y sonríe, para después continuar su camino hacia mí.
Se acerca a mi con una sonrisa, mientras yo estoy sosteniendo un pluma. —Veo que mi mejor amiga ya está enamorada—exclama en forma de burla, mientras se recarga sobre mi pupitre.
Exhalo aire. —Ya no dire nada—respondo con una voz cansada.
Nuestra charla se ve interrumpida con la llegada de la maestra al salón de clases. Llegó tarde, como siempre.
En la hora del receso. Valeria está en la tiendita de nuestro bachillerato, Alan, para ser mi mejor amigo, no está aquí. Está en su nuevo cuerpo disfrutando y haciendo alguna estupidez, no me sorprendería que esté ligando a una chica.
Yo me encuentro sentada debajo de un árbol, en una banca que rodea al tronco. Estoy con mi libreta estudiando un tema para una exposición, aunque las presentaciones siempre se me han dado muy bien. Pero mas vale prevenir.
A lo lejos, veo venir a Arturo. Caminando recto, y a la vez desviándose de un lado a otro, como si no supiera su rumbo. No se sí le de vergüenza.
Tengo que admitir que en mis años de amistad con él(yo siendo Alan), jamás le mire así de feliz. Es como si hubiese encontrado al santo grial en una chica. Su comportamiento incluso un poco más extrovertido, más abierto. Siempre ha sido callado y de perfil bajo, pocas veces le mire o me comentó que alguna chica le gustara, al menos a mi nunca me dijo nada.
Se acerca a mí y sonríe. —Mire que me seguiste en insta—comenta, pero después se escucha un silencio incómodo.
Yo asiento y sonrió. —Sí. Te seguí...—contesto y veo que Valeria viene con las cosas que compro para almorzar. No le veo intenciones de irse a otro lado, así que solo me queda rezar para que no diga o haga alguna estupidez que me haga quedar en ridiculo.
—Hola. ¿Arturo?—pregunta Vale mientras se sienta a mi lado.
Arturo asiente. Yo solo dibujo una sonrisa en mi rostro. Pensando en todo lo que podría salir mal. Veo que él se comienza a incomodar, supongo que no esperaba ver a mi amiga aquí, quizás no contaba con ello.
—Ignora a mi amiga. Ella solo le encanta comer—digo mientras hago un ademán para que se siente a mi lado.
Valeria levanta sus cejas, mientras el chico se sienta. —También me gusta el chisme—se inclina un poco hacia el frente para observar a Arturo.
Río y de nuevo giro con Arturo. —¿Entonces eres mucho de videojuegos? Yo te digo que juego League Of Leyends...—Valeria se vuelve a inclinar para buscar mi mirada.
Con sorpresa me pregunta. —¿Juegas League Of leyends?—me pregunta mientras se come un sándwich. Su expresión deja en evidencia que está muy sorprendida y que yo estoy mintiendo. Gracias, Vale.
Yo asiento. —Yo lo he jugado, aunque no soy muy activa allí—respondo mientras abro mis ojos por completo, para que entienda el mensaje de que "me siga la corriente".
—Es cierto—sonríe y se devuelve a su lugar. —Por cierto. ¿Gustan de mi comida? Tengo fruta, galletas, un brownie y más galletas de chocolate con relleno de chocolate. Una gran combinación—añade mientras está por tomar alguna de las cosas que menciono, en caso de que le digamos que sí.
Yo me niego y Arturo igual. —Juego LOL, Fornite, Call Of Duty, me gustan algunos juegos en 2D. A veces solo entro a algunas páginas para jugar, Sin duda alguna también juego Zelda... me gusta dibujar también—responde mientras está a mi lado. Yo le observo en todo momento. Me agrada, aunque ese sentimiento dentro de mí, me confunde. Temo que se convierta en algo más, y no quiero eso.
Yo solo asiento a lo que me dice, aunque la mayoría de datos ya los sabía...