Pueblo Mágico

Capítulo 8 ~ Día de chicas y una noticia.

Veía pasar a cada uno de mis compañeros. Amigas y amigos, iban llegando uno tras otro. V y V ya habían llegando y me esperan en el salón.

Yo estoy sentada en una banca. Escuchando a Taylor Swift, llevo puestos mis audífonos y aún continúo esperando a Alan, pero no llega. Transcurren minutos y continúan llegando alumnos pero ninguno es él. El timbre suena y lentamente me pongo de pie y camino hacia mi salón. Con mi falda y con algo de frío, sintiendo como el viento roza sobre mis piernas.

Quería que me aclarara esa supuesta "mudanza" y aparte, el tema de la bruja. Pero no me imagine que faltaría a clases solo por evadir el tema.

Llegó al salón y mi molestia crece. Me enfurece lo egoísta que puede llegar a ser, ya lo disfruto y tuvo lo que quiso, pero es momento de volver de la fantasía.

Me siento, Valeria y Victoria observa y se percatan de mi mueca de enojo.

Vale toca mi hombro. —¿Todo bien?—me pregunta con un tono dulce.

Yo sonrió y asiento. La maestra que impartirá la clase llega y me centro en ello, una vez que se cierra la puerta principal del salón, me hago la idea de que no llegará. Antes que la docente llegue a su asiento, tomo mi iPhone.

WhatsApp

Alan

(No se muestra última conexión)

Sofía: ¿Dónde mierda estas, Alan?

El mensaje se envía, pero no le llega. No me sorprendería que me haya bloqueado. Apago la pantalla de mi iPhone y me centro en la clase.

Suspiro y la clase continúa...

...

—¿Estas inquieta por Alan?—me pregunta Victoria mientras se acerca a mí.

Yo niego con la cabeza, fingiendo no estar preocupada por ello. —Creí que vendría, pero quizás hizo algo más...—comentó mientras deslizó sobre la pantalla principal de Instagram, dando likes.

Ella me observa riendo. —Sofía... es por él... en el receso dijiste que no llegaron tus mensajes, y que no sabías donde podría estar... mostraste desesperación por no saber nada de Alan—sonríe mientras está a mi lado.

Yo río. —Somos amigos cercanos y me preocupa, es todo... ¿Les parece sí ustedes pasan a mi casa y de ahí nos vamos a la plaza?—sugiero mientras guardo mi iPhone.

Ella asiente y Valeria llega a nosotras, guardando sus cosas en su mochila. —¿Listas para embriagarnos e ir con algunos chicos sexys?—pregunta con un mueca lujuriosa.

Yo río.

—Eso sí me interesa—Victoria suelta la carcajada.

—¿Sigues depre porque no vino uno de tus novios?—me pregunta mientras finge estar triste. Después con su mano derecha aprieta mi mejilla.

Victoria se adelanta a responder por mí. —Sí, está triste por eso...

—Son bien fastidiosas—les digo entre risas.

Valeria se acerca a mi me rodea con su brazo. —Hoy te puedo llevar a conocer a unos chicos que te harán que te olvides de él...—guiña su ojo mientras caminamos hacia la salida del bachillerato...

La propuesta no la tomo tan mal, sería interesante. Aunque creo que bromea, pero viniendo de ella, todo es posible.

—Le comentaba a Victoria que sí ustedes pasaban por mí. Para poder ir a casa a cambiarme y cuando ustedes llegarán, yo salir e irnos...—le comento mientras llegamos a la salida de nuestra escuela.

Victoria termina de enviar un mensaje de voz a su madre, avisando que llegará en un rato. —Me parece bien... así nosotras podremos ir a cambiarnos y de ahí podamos pasar por ti. Solo no tardes demasiado—me dice mientras me alejo de ambas.

Sonrió. —Estaré lista... se los aseguro—contesto mientras caminando hacia el auto de mi madre.

—Ajá...—alcanzó a escuchar que exclama Valeria.

Corro hacia el auto de mi madre, abro la puerta y subo al asiento de copiloto. De inmediato me pongo el cinturón y ella arranca.

—¿Cómo estuvo tu día?—pregunta ella al verme pensativa y revisando el chat de Alan.

Yo volteo de inmediato. —Algo interesante, las clases estuvieron algo agitadas con tanta tarea e información... pero fuera de eso, fue un día cool...—sonrió e intento sacudir mi mente de los problema, aunque eso quizás sea imposible, pues mi problema va conmigo a todos lados.

Mi madre asiente y sonríe. —¿Y sí saldrás con tus amigas?—me pregunta mientras conduce.

—Sí. Iré a casa para cambiarme y ellas pasarán por mí—contesto mientras observo por la ventana.

Una loca idea cruza por mi mente. Pasar a casa de Alan...

Muevo mi pierna múltiples veces. Aún pensando sí pasar, pero eso me retrasará. Me pone nerviosa hacer estupideces así...

~Al carajo...~pienso.

—Mami... ¿podríamos pasar a casa de Alan? Es que hoy no fue a clases, quería pasar para saber cómo está... ¿podemos pasar rápido? Es entrada por salida... rápido—sonrió.

Ella se muestra un poco sorprendida por mi petición tan repentina. —Claro, pasamos y vas a su casa...—confirma.

Al cabo de 20 minutos llegamos al domicilio, ese donde antes solía vivir yo.

Suspiro. —Aquí espera, volveré pronto—sonrió y después bajo del vehículo.

Es extraño estar allí, pues ahora estoy en un cuerpo diferente. Saludo a un vecino, un chico con el cual yo solía tener contacto.

Llego a la puerta de la casa y toco múltiples veces el timbre no parece haber nadie, eso me preocupa. Me asomo por la ventana y no veo a nadie en el interior, aunque no es como que pueda observar un gran panorama.

Me inclino un poco y en la tercer maceta de color rosa, abajo se encuentra pegada la llave de la puerta principal.

Sonrió victoriosa y la tomó. Abro la puerta e ingreso.

—¿Hola?, ¿Alan?—le busco y le llamo pero al no recibir respuesta camino directamente al segundo piso y me dirijo a la que solía ser mi habitación, que ahora es suya.



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En el texto hay: cambio de cuerpos, brujas, magia

Editado: 30.12.2024

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