Pueblo Mágico

Capítulo 9 | Sellando el destino.

—Hola. Quería hablar de algo contigo...—sonríe como si nada pasara, además después de haberme sacado un buen susto.

Me intento calmar. —Realmente me asustaste Alan. ¿Por qué no respondías las llamadas? Te mandé mensajes, te busqué y no me dabas señales... ¿Qué carajos pasa?—le interrogo. Realmente quiero respuestas, tengo demasiadas preguntas sin resolver, como para agregar más a esa pila extensa con que la cargo a diario.

Sonríe, pero una sonrisa feliz. No de temor o miedo. Como un: "Tranquila, tengo todo bajo control". —Te explicaré—se acerca a mí.

—Te llevaré y entregaremos el libro, lo devolveremos. ¿Es eso lo que quieres? Pues lo haremos... iremos en auto el día de mañana...—comenta. Con un tono tan sereno y seguro de sí mismo. Algo normal en él, pero me sorprende su actitud.

Yo asiento, y me emociono. Aunque no tan pronto debo cantar victoria...—Me llevarás y lo entregaremos. Pero también citaremos el conjuro y en dado caso, le pediremos ayuda a la bruja... ¿correcto?—interrogó mientras le miró fijamente.

Solo sonríe y afirma. —También te quería contar algo más. Nos vamos de la cuidad, mamá y papá quieren que ya nos mudemos... así que pues en estos días será el viaje—agrega.

Eso me toma por sorpresa, pero no me molesta viajar. Quiero dejar atrás toda esta situación. —No hay problema, me servirá alejarme de aquí y olvidar todos estos altercados—respondo con una sonrisa.

Suspira y me observa. —El viaje será el lunes. ¿Realmente esta experiencia o vivencia es tan mala que quieres olvidarla?—inquiere mientras me observa atentamente con suma ansiedad por una repuesta de mi parte. Quiere escuchar algo y él tener esperanzas.

Me deja pensando, ciertamente actúo por lo que "es correcto" pero tal vez mi corazón quiera algo más, y eso es confuso. Hacer lo que dice mi mente, o guiarme por mi corazón... en estos momentos hay una batalla interna.

Asiento a su pregunta. Pero mi madre interrumpe nuestra charla. Abre la puerta principal y se alegra al ver a mi mejor amigo. —Alan, que gusto verte por aquí—se acerca y le abraza. Él corresponde al abrazo. Sonríe y cierra los ojos mientras duran algunos segundos abrazados.

Supongo que la extraña, pero su deseo de ser un chico es más fuerte que ese sentimiento, no juzgo. Creo que cada bien puede ser feliz, pero muchas veces habrá que sacrificar algo, en su caso, fue alejarse de su madre y su padre. Tal vez esa vida que yo creía que era perfecta, no lo era del todo.

Sonrió y suspiro. Realmente hacía un tiempo que no veían. Mi madre invita a pasar.

Alan se muestra un poco indeciso. —No lo sé, es que creo qué...

Yo le interrumpo. —Déjate de pretextos. Vamos a mi cuarto para seguir hablando—le jaló del brazo y lo llevó a casa.

Subimos por las escaleras, hasta llegar a mi habitación. Le doy un leve paseo por la que solía ser su casa. Su antiguo hogar, solo da un leve vistazo e intenta apreciar si algo cambió...

—Vaya, es como sí estuviera en casa—comenta con una sonrisa mientras se sienta sobre la que solía ser su cama.

Sonrió y expresó alegría. —Que bien, porque volverás a tu antigua casa—respondo mientras le aprieto su mejilla.

—Me alegro por volver a abrazar a mi madre, quizás en su instinto de madre sepa que está sucediendo en realidad. De igual forma, disfruté verla y abrazarla—comenta él con un semblante feliz.

Me siento sobre la silla frente al tocador. —Parece que te estás dando una buena vida... tan solo con verte lo feliz que estás—le observó mientras sonríe.

—No hagas preguntas cuya contestación no te gustará—contesta mientras sonríe pícaramente.

Me imagino todas las cosas que ha hecho en estos días. —Creo que tienes razón. Cambiando de tema... Fui a tu casa hoy. Mire que las maletas ya están hechas. No pudo ser tan repentino...—le digo mientras estamos en la habitación.

Hace una mueca de confusión. —Pues fue rápido, que quieres que te diga—responde en un tono molesto.

Yo me sorprendo y mi mueca es evidente. —Bueno. Yo he vivido mi vida, no está tan mal. Creí que sería peor, pero lo cierto es que no fue tan terrible como creí—expreso mientras me veo en el espejo.

Por el rabillo de mi ojo observó su expresión, una sonrisa. Por fin le di ese comentario que ya yo anhelaba.

—Te lo dije, eres hermosa. Tal vez el universo quería esto para ti—señala, queriéndole convencer.

Suspiro y sonrió. —Te diré algo, mañana quiero que las cosas cambien. Y siento que esta vez las cosas cambiarán a mi favor. Pero te mencionaré que fue terrible principio, pero me adapte y hasta cierto punto me agradó esta vida—le respondo mientras centro mi mirada en él.

Voltea a la puerta de mi habitación, cómo previniéndose de que mi madre llegue. —Me imaginé. ¿Experimentaste lo que te dije?—inquiere.

No puedo evitar sonrojarme y sentir un poco caliente mi rostro. Me intento limitar a responder.

Levanta sus cejas. —Te dije, que era lo mejor del mundo—guiña su ojo. —Sí pudieras vivir unas semanas más en ese cuerpo. Que suponiendo que la bruja mágicamente pudiera devolvernos al cuerpo, pero antes te preguntara qué puede darte más tiempo en ese cuerpo. ¿Qué dirías?—cuestiona mientras está sentado observando mi outfit.

Me toma desprevenida y la respuesta debería ser: No. Pero en el fondo sé bien que no es la respuesta que quiero dar y siento.

Me guardo mi respuesta por unos y momentos y él lo percibe. —Es lo que creí ...—sentencia antes de ponerse de pie e ir al WC.

...

Observó por la ventana el extenso y color verde con una pizca de café claro por las hojas, que caen y se deja ver que ya es otoño.



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En el texto hay: cambio de cuerpos, brujas, magia

Editado: 30.12.2024

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