¿puedes verme?

CAPÍTULO 2

- JAKE -

Era realmente escéptico a los fantasmas y cosas paranormales, aún no entendía por qué le había creído a Dylan. Sabía perfectamente que le encanta gastarme bromas en mis momentos serios y esta no había sido la excepción, puse mi mochila al hombro y corrí escaleras abajo donde el enano ya estaba terminando de desayunar. Fui afuera donde mi padre me esperaba en su vehículo de policía, lo saludé en un asentimiento y subí en el asiento del copiloto.

Oliver Maxwell había sido un policía Lake Placid pero al subirlo a policía del condado debía mudarse a la sede que se encontraba en Sebring, en realidad solo nos habíamos mudado a unas cuantas horas. Pero prefería exagerarlo, si al menos nos mudábamos que sea lejos de estos pueblos y no en uno cercano. Sammy entró junto con mi padre y nos encaminó hasta el colegio, llegar en un vehículo de la policía era tan llamativo como ir desnudo. Salí enojado sin siquiera saludarlo, el trato fue que hoy él me llevara y el resto de los días ya podría ir en mi moto.

Desganadamente tuve que acceder.

Acomodé mi chaqueta de cuero negra e ignoré todas las miraditas a mi alrededor.

— Soy Gabe Shuts y seré tu profesor de Arte — Habló el hombre de mediana edad y hombros anchos, estaba medio sentado en el escritorio mirando hacia mí — ¿Qué tal si te presentas? Tu nombre, apellido, de dónde vienes... Algo que te guste hacer.

— Me llamo Jake Maxwell, tengo 17 años, vengo de Lake Placid y nos mudamos a Sebring por el trabajo de mis padres — Me encogí de hombros al ver que aquel hombre esperaba más de mi — Me gustan las motos.

— Que mala suerte, si te gustaran los autos aquí se hacen carreras — Se paró y cruzó de brazos — Aunque si te gusta la velocidad... Tal vez vayas a verlo después de todo — Asentí, no sabía que más agregar y al parecer el profesor eso no lo entendía — ¿Te mudaste a las afueras o eres del pueblo?

— Vivo en la esquina de Lakeview Drive y Park Street — El profesor me miró notablemente interesado, su ceño se frunció y sus labios fueron una fina línea — ¿Qué?

— Eso es... — Sentí las miradas en mí de todos los alumnos, sin excepción alguna. El profesor sacudió la cabeza y se arremango su camisa blanca — Eso es cerca.

Salí de la última clase para el receso al sonido del timbre, me encaminé directamente a mi taquilla a dejar mis libros y agarrar los de la siguiente hora.

— ¡Hey! — Una rubia ceniza se apoyó contra la taquilla vecina para regalarme una gran sonrisa, la observé de arriba a abajo dándome cuenta que estaba bien tapada y sin rastros de mucho maquillaje por lo que no creía que sea la "popular" entre los chicos — Me llamo Megan Smith, soy la directora del periódico escolar.

— Al grano ¿Qué quieres? — Ella acentuó más su sonrisa — No tengo todo el día.

— Gracias, porque yo tampoco — Parecía repentinamente aliviada — Pensé que tendría que coquetear contigo, quiero una nota de ti.

— ¿De mí?

— Si ya sabes... Con esto que vives en la casa de los Courtney eres famoso — Cerré mi taquilla y llevé mi mochila al hombro, levanté una ceja señalando lo confundido que estaba — ¿Acaso no sabes qué sucedió en esa casa?

— No, cuéntame.

— Solo si me das una nota — Ella sonrió autosuficiente y no tuve más que asentir, tenía que admitir que el tema de aquella casa me tenía los pelos de punta — Bien, yo vivo yendo para allá. Nos vemos a la salida.

El timbre sonó después de comer y caminé por los pasillos en busca de la siguiente clase que no aparecía, los alumnos fueron entrando a las aulas y el pasillo quedaba cada vez más vacío. Doblé en una esquina ya fastidiado y me encontré con tres chicos vestidos de negro sentados contra la pared sin ningún asomo de preocupación por perder su clase.

— Hey — Dije al pasar por su lado — ¿Saben dónde está el aula de historia?

— Tu debes ser Maxwell — Habló el del medio para después pararse y quedarse a mi altura, apreté la mandíbula al sentir el olor fuerte y conocido del cigarrillo — Esta mañana dijiste que te gustaban las motos ¿Verdad?

— Si -—Dije cautelosamente, sabia a qué ámbito pertenecían ellos. Su vestimenta y olor lo decían todo y era lo que yo andaba buscando desde que llegue aquí, una manera de entrar — Tengo una Harley Davidson clásica negra.

No quería presumir, pero a cuanto a mi moto se trataba lo hacía. Bastante.

El muchacho rio impresionado y me enderecé, silbó para acentuar su asombro y puso su mano izquierda en mi hombro.

— Soy Richard — Puso su otra mano al aire esperando a que la acepte — Puedo conseguirte alguna que otra carrera.

Le sonreí satisfecho y tomé su mano, que le den a la clase.

Salí del colegio y esperé en los escalones a Megan que no tardó en aparecer corriendo con su mochila colgando de sus hombros y una cantidad increíble de papeles en mano. Me sonrió nuevamente y sacó su mochila para guardar todo.

— Ya estoy lista, perdona la tardanza — Empezamos a caminar a lo largo de Pine Street y vi como sacaba una pequeña libreta con una lapicera a juego — Primero las preguntas y luego la historia, no me arriesgaré a que no contestes — Asentí a sabiendas que no cambiaría de opinión — Bien, se de dónde vienes y por qué te mudaste ¿Tu padre es oficial no? — Volví a asentir y ella escribió algo en su libreta — ¿Haces deportes? ¿Te gustan las carreras? ¿Estas soltero?

— Estoy soltero — La observé y dediqué una sonrisa arrogante que hizo que sus cachetes se enrojecieran — ¿Eso era para ti?

— Mira, seré sincera — Ella miró hacia adelante — Todas te consideran guapo por lo tanto hay que confirmar si tienes o no pareja.

— Claro — Me encogí de hombros — No soy deportista, pero salgo a correr y me mantengo. Y en mi pueblo anterior solía ser uno de los mejores que corrían en moto.

— A que ya conociste a Richard Hudson — Yo asentí y ella negó con la cabeza — Nada se le escapa... Te doy un consejo, si entras a las carreras hazlo por cuenta tuya no por él.




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