- FANNY -
Había tardado en volver a casa a propósito, una fuerza me estaba pegando fuertemente a ella a sabiendas que todos estaban bien y que yo debía volver y eso hacía. Pero lentamente disfrutando del pueblo que un día recorrí viva.
Seguía todo igual, mucho más el hecho de que nadie me veía. Ni viva, ni muerta. Yo solo era una persona más en la calle a la cual no le demostraban ni afecto ni cariño, más bien pena y miedo. Solía caminar con mi cabeza gacha y los ojos fijos en el piso sabiendo que la gente se apartaría de mí al caminar y no chocaría con nadie, ninguna persona le gustaba acercarse a mí. Excepto una, Megan Smith. Más de una vez la chica había intentado acercarse y ayudarme pero no podía permitirle ver dentro de mí, las personas se burlaban y me desechaban cuando las dejaba entrar. Tampoco podía hacer que la consideraran alguien tan bajo como yo y por eso la molestasen, prefería vivir en mi mundo.
Esa era una de las causas por la que había aceptado mi amistad con Lucy, ella no iba a mi colegio y siempre nos juntábamos a escondidas. Nadie podría molestarla. Pero ahora tal vez me arrepentía un poco de no haber tenido una amiga en la que confiar, tal vez Megan Smith hubiera podido ser eso para mí.
Pero ya era muy tarde.
Volví a la casa justo al escuchar gritos de la oficina, Jake y Oliver estaban discutiendo. No me apeteció escuchar la conversación que en realidad sabía de qué iba, estaban peleando a cerca de lo que Jake había hecho. Caminé escaleras arriba y llegué al primer piso justo cuando escuché que hacían una puerta giratoria allí abajo. Entré cansada de tanto bullicio de estos días a la habitación de Jake y me tiré a la cama mirando hacia el techo, era increíble lo mucho que me había acostumbrado a mi soledad. Al silencio y a las pocas conversaciones que se oían en esta casa.
La puerta se abrió y seguí con la mirada en el techo esperando que se tire junto a mí y me traspase con su cuerpo como siempre lo hacía, que me hiciera sentir incomoda y eso me obligue a salir de allí y sentarme en las escaleras o incluso visitar a Sammy para entretenerme con sus aventuras diarias en su habitación.
Pero la puerta se volvió a cerrar, escuché extraños ruidos arriba de mí y recordé la mudanza de su mejor amigo. La puerta se volvió a abrir y quedé petrificada al ver como sus ojos se clavaron directos en los míos, ansiosos y miedosos.
Él me estaba mirando, él me había visto.
Pero lo único que se le ocurrió a Jake hacer fue negarlo.
— Maldición — Dije desde afuera de su cuarto de baño — ¡Soy real idiota!
Claramente insultar a la única persona que puede verme no era la más sabia decisión, pero no podía creer que lo negara. Él salió de allí bañado y cambiado, nuevamente ignorándome algo nervioso. Lo perseguí con mi mirada en todo momento para incomodarlo aún más, caminé detrás suyo y rápidamente se fue del cuarto azotando la puerta. Una puerta que traspasé. Se dirigió a la puerta que llevaba al ático y la cerró lo más rápido posible, como si eso fuera a detenerme. Corrí detrás de él que había caminado hasta su amigo que estaba lleno de polvo y volviéndose algo loco con la cantidad de cajas y cosas por desempacar.
— Me volví loco — Dijo Jake mientras agarraba los hombros de Dylan en sus manos — Llévame al hospital, por favor.
— ¿De qué hablas Jaky?
— Estoy viendo un fantasma y está junto a nosotros, en esta misma habitación — Su amigo siguió con su expresión seria y confundida hasta que no aguanto más y estallo en risas — ¡No es divertido!
Él se sentó en la cama mientras que el morocho seguía carcajeándose parado frente a él.
— Dile que lo he visto escuchar tu conversación con Megan en el hospital — Le hablé directamente a Jake que parecía estar cada vez más pálido.
— ¿Me espiabas cuando estaba con Megan en el hospital? — Preguntó confundido y él dejo de reír.
— ¿Lo sabías? — Jake abrió su boca y esperé que de ella saliera mi nombre pero no pudo hacerlo — Jake ¿Te sientes mal?
— Fanny Courtney está justo al lado tuyo Dyl ¿Crees que me siento bien?
Dylan rápidamente se apartó de su lugar mirando para todos lados y no pude evitar una sonrisita divertida por su reacción. Rápidamente sacó su móvil del bolsillo y tecleó unos cuantos números apresurado.
— ¿Meg? — Hizo una pausa — Que importa cómo conseguí tu número, hay un problema — Miró de reojo a Jake que se agarraba la cabeza entre sus manos — ¿Sabes de alguien que sepa exorcizar casas o algo así?
— ¿Qué? — Preguntamos Jake y yo al mismo tiempo, él me miro por unos momentos hasta bajar su vista otra vez.
— ¿Eso podrá hacerme salir de aquí? — Susurré para mí misma, miré a Jake que volvía a verme cauteloso — Ayúdame, has que pongan agua bendita por toda la maldita casa si es posible, pero ayúdame.
— ¿De qué hablas?
Era la primera vez que al final me hablaba frente a frente y me tenía algo desconcertada.
— Jake yo estoy muerta pero por alguna razón quede aquí — Le expliqué despacio, me arrodillé frente a él con la charla incoherente de Dylan y Megan de fondo — Hace mucho no hablaba con alguien... Juro que estoy aquí y no soy una ilusión, estoy aquí desde hace mucho más de que llegaran ustedes.
— ¿Moriste aquí? — Asentí — ¿Tú me hablaste la noche del accidente? — Volví a asentir y noté como las lágrimas se alojaban todas en mis ojos con la amenaza de sentir — Esto es demasiado.
— ¡Meg tu no lo estás viendo hablar con la nada misma! — Gritó Dylan y los dos lo miramos — Juro que es aterrador, por favor ven.
Cortó la llamada y nos rodeó para llegar cerca de la puerta.
— Jaky — Lo llamó tan cariñosamente como si de un perro se tratara — ¿Dónde está ella ahora?
Él miro a su amigo y una sonrisa maliciosa se asomó por tu rostro.
— Junto a ti — Su amigo abrió los ojos para quedarse petrificado y luego salir corriendo escaleras abajo gritando — Esto será bastante bueno.
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Editado: 05.08.2020