¿puedes verme?

CAPÍTULO 10

- JAKE -

Después de aquella conversación le habíamos dicho a mi madre que comeríamos afuera los tres juntos, teníamos al menos dos horas hasta que mi padre vaya a la oficina y preferíamos planearlo todo a la perfección sin que nadie nos interrumpa o pueda escucharnos. Además que quería darle el espacio que Fanny necesitaba para recrear la situación, sabía de antemano que se desmoronaría y me urgía estar allí con ella acompañándola. Pero sabía perfectamente que prefería hacerlo sin que yo la viese.

Después de comer algo y perder el tiempo un poco en un bar cerca de casa nos dirigimos en el auto de Dylan a el centro donde se encontraba el trabajo de Meg, estacionamos sobre Ridgewood y miramos hacia los asientos traseros.

— Si no encuentro nada en los registros y si nadie sabe iré a la biblioteca pública a ver que tienen — Ambos asentimos.

— Llámame para pasar a buscarte cuando termines — Habló rápidamente Dylan mirando hacia adelante.

— Claro — Se enrojeció la rubia y me reí por dentro mío.

Esperamos que bajara y entrara a The News Moon para seguir nuestro camino a la comisaría. Mis manos sudaban y cada vez que nos íbamos acercando más en el corto trayecto que había mi humor iba decayendo. No sabía qué le diría a mi padre, aún seguía molesto con él por haber dicho aquellas cosas. Entendía que su confianza en mí se haya ido por la borda pero no entendía cómo creía en el idiota de Richard, cómo le daba el cerebro para hacer un discurso tan perfecto para que un policía se lo crea. Tal vez sabia mentir muy bien, que puedo creer eso, pero tampoco para mentir y hacer cuadrar toda la información en unos segundos. Mucho menos responder con tanta autoconfianza.

— ¿En qué piensas? — Preguntó rompiendo el silencio Dylan — Si es por Oliver solo necesitas sacarlo de la oficina el tiempo posible, peléate con él o arréglate pero sácalo.

— No es él — Lo corté — Es Richard.

— ¿Por qué piensas en esa nenaza? — Me preguntó impactado — Necesitas concentrarte Jake.

— Es lo que hago, algo no cuadra ¿Desde cuándo el idiota es tan inteligente para mentirle a un policía?

Ambos nos quedamos callados, Dyl estacionó el auto en frente de la jefatura de policía y nos la quedamos viendo. Ocupaba una manzana entera entre tantas oficinas, la pequeña cárcel, estacionamiento, depósito de evidencias y un lugar donde llevar los vehículos secuestrados. Entre algunas de las cosas más importantes.

— No lo es — Habló de repente mi amigo, lo vi confundido ¿Entonces cómo lo hizo? — Lo ayudaron ¿Quién dijiste que interrogó al matón?

— No lo dije — Pensé en la vez que había discutido con mi padre en busca de un nombre — Creo que se llamaba algo de Thomas o Tom, no lo recuerdo.

— Bien, saca el tema para que Oliver hable — Salió del vehículo y yo lo seguí — Él es quien lo sabe, así también tienes el tema para distraerlo.

Caminamos hacia el área publica y preguntamos a la mujer que se encontraba detrás del mostrador por la oficina de mi padre, ella llamó por el intercomunicador.

— Siéntate cerca del pasillo — Le susurré a Dyl — Yo lo sacaré afuera, su oficina es la tercera del lado izquierdo.

— ¿Jake? — Preguntó la voz conocida de Oliver — ¿Qué haces aquí?

— ¿Podemos hablar? — Asintió algo cansado, más que nada cohibido, y amagó para volver a su oficina — Pero afuera, si no es molestia.

Me siguió hasta el pequeño patio que tenía el edificio y nos alejamos de las personas hasta sentarnos en un banco doble.

— Mira papá no vengo a pelear ¿Sí? — Comencé, miré mis zapatos y mis manos para evitar su cara — Quiero decirte que te dije la verdad, jamás planee esa carrera.

— Otra vez con eso — Se quejo él.

— Sí, otra vez. Sacaré una y otra vez el tema hasta que logres creerme — Lo miré de frente y sin vacilaciones — Si le preguntas a Richard o alguno de sus amigos te dirán que fui yo pero todo el colegio sabe perfectamente quién las organiza, todos saben quién es él y lo que hace — Se quedó callado, me miró un buen rato y abrió la boca para hablar pero lo interrumpí — Y si eso no es suficiente yo quise frenarlo, discutí con él esa noche por lo que estaba haciendo y por las cosas que dijo sobre mi familia.

— Sí, pero tu fuiste Jake — Se paró y caminó hasta quedar en frente de mi — Estabas decidido a correr.

— Lo estuve toda la vida, solo era una carrera más y te pido perdón por no habértelo contado — Suspiré y me puse a su altura — Se que esto te hace quedar como un mal policía por mi culpa, no soy el hijo que siempre quisiste que sea. Lo siento por no poder llegar a tu altura y ser como tú, me encantaría compensarte todo lo que has hecho por mí siempre pero no lo logro. Perdóname.

— Hijo — Puso su mano sobre mi hombro — También tengo algo de culpa, siempre te he presionado para que hagas lo que digo y para que seas lo que quiero que seas — Negué con la cabeza y abrí mi boca dispuesto a contradecirlo pero me interrumpió — Jamás pedí tu opinión en nada, nunca lo consideré. Supongo que por eso tampoco lograste confiar del todo en mí.

— Confío en ti papá — Mi voz sonó más ahogada de lo que pensaba, no habían lágrimas pero la presión en el pecho era demasiada — Nunca quise que peleáramos.

— Ven aquí — Él me abrazó y despeinó mi cabello como solía hacer cuando era chico — Ahora dime — Se separó de mí — ¿De verdad fue Richard Hudson?

— Si papá — Lo senté en el banco otra vez y yo a su lado — ¿Cómo se llamaba el tipo que lo interrogó?

— Tom Ways, es del compañero que te hablé — Levanté mis cejas, el nombre no me sonaba de ninguna parte — ¿Por qué?

— No es nada, simple curiosidad.

Mi celular vibró y lo saqué para ver el mensaje de Dylan con que ya había salido.

— Tendría que volver al trabajo — Habló él.

— Claro, a mí me están esperando — Señalé atrás de mí sobre mi hombro — Nos vemos en la cena.




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