¿puedes verme?

CAPÍTULO 34

- JAKE -

Cuando había visto por el rabillo de mi ojo esa figura femenina tan conocida para mí, no quise creerlo. Pero luego las lámparas comenzaron a parpadear y lo supe, no lo estaba soñando ni imaginando. Ella estaba justo ahí como si nunca se hubiera ido en realidad.

Y maldición que la había extrañado.

Dejé de besarla por falta de aire, la desesperación me había llevado directo a sus labios. Tenerla de vuelta en mis brazos hacía que mi pulso se acelerara y no actúe con la cordura que debía. Aquellos hermosos ojos estaban algo cristalinos y su cabello algo enmarañado, pero estaba tan bella allí otra vez frente a mí. No quería sacar mi vista de su rostro ni un segundo, sentía que se iría y no regresaría si me atrevía siquiera a parpadear.

— ¿Dónde estabas? — Le pregunté curioso.

— Es realmente una larga historia — Susurró ella — ¿Tú estás bien? ¿Nadie les ha hecho daño?

— ¿Por qué lo harían? — Me fue inevitable cuestionar.

Ella pasó su lengua por sus labios, fijé mi mirada en ese inocente movimiento. No pude contenerme, volví a besarla. Pero esta vez fue más delicado, ya había saciado esas ansias de probar sus labios nuevamente. Ahora solo quería disfrutar.

No importaba si mañana no estábamos juntos, con más razón pensaba exprimir todo de esta situación. Esta la más mínima gota.

— Espera, tienes que saber esto — Intentó pararme llevando sus manos a mi pecho, la escuché porque sentí el tono de necesidad en su voz — Vine con Oliver, él está en la comisaría ahora. Tuve que caminar todo el tramo hasta aquí.

— ¿De dónde vienes con él? No lo entiendo.

— Yo… Aparecí en un lugar instantáneamente. De estar en el patio ¡Puf!

Acaricié una de sus mejillas, Fanny parecía realmente dolida y agotada. No entendía por qué parecía tan nerviosa y relajada al mismo tiempo por estar aquí conmigo de nuevo, como si algo malo hubiese ocurrido.

— Fue horrible Jake, estuve en la casa de Philip — Con tan solo decir eso mi corazón se detuvo — Él… Él tiene mi cuerpo. Se lo llevaron, él y John Stevenson.

— ¿Quién es John Stevenson? — Pregunté comenzando a sacar mi teléfono de mi bolsillo y a marcar el número de marcado rápido para hablar con papá.

— Aquel hombre que les vendió la casa, él parecía ser muy amigo de mi… De Philip.

— Quédate tranquila, han pasado muchas cosas. Espérame un segundo — Llevé el celular a mi oído, sin dejar de sostenerla junto a mí en un gran deseo de poder alejarla de todas sus preocupaciones solo con mi contacto — Papá, ella está aquí.

Fanny frunció el ceño, sin entender. Al principio la línea quedó muda y creí que mi padre en realidad no me había escuchado, pero luego contestó secamente con que iría a casa lo más pronto posible.

Tomé a Fanny de la mano y la llevé a mi cuarto, hice que se siente en la cama y comience a relatarme hasta el último detalle. Cada palabra que iba diciendo, era un salto a mi corazón enorme. Cuando finalizó su relato, deshecha en llanto, solo pude abrazarla con fuerza. No tenía palabras que logren calmarla, tampoco se me ocurría nada apropiado porque esta situación… Esto se me había ido de las manos.

¿Qué persona insana haría algo como eso? Su padre no solo necesitaba ser juzgado, sino que encerrado con urgencia en un manicomio para que no pudiera lastimar a nadie más con sus locuras.

Encima se la habían llevado, vaya uno a saber dónde habían trasladado su cuerpo ¿Y si Fanny realmente volvía a transportarse a su cuerpo? ¿Si volvía a estar presente para algún acto barbárico de su padre? Yo no podía protegerla allí, no sabría dónde se encontraba como para correr en su auxilio.

Intenté tranquilizarme a mí mismo, ponerme como un loco no le haría nada bien a ella ahora mismo.

— Escúchame — Tomé sus mejillas sonrosadas por el llanto entre mis manos — Ahora papá vendrá y yo le contaré absolutamente todo, investigará a ese tal John Stevenson. Los tomaremos por sorpresa porque no saben de ti y en un abrir y cerrar de ojos todos los implicados estarán donde se merecen.

Ella asintió aferrándose a mis muñecas con sus manos. Besé su frente, su nariz y sus labios. Me detuve expresamente en los últimos, tratando de transmitirle todo el cariño que le tenía.

— Jake — Susurró — Solo quiero que sepas que esto…

— Lo sé — La interrumpí — Pero da igual. Quiero aprovechar todo el tiempo que tengamos juntos Fanny, no sabemos qué nos depara el mañana. Ni a mí, ni a ti.

— Te necesito Jake Maxwell — Su voz sonó aterciopelada, fue un colchón de plumas para mi corazón — Te quiero.

— Yo también te quiero.

Antes de que pudiera besarla nuevamente un grito nos separó. Papá había llegado y me estaba llamando. Cuando me asomé por la escalera con Fanny siguiendo mis pasos, él me hizo seña con su cabeza de que lo siga.

— Lo siento George, pero necesito a tu hijo por unos minutos. Podrás seguir con su castigo más tarde.

— Oh gracias — Dylan saltó del sillón como si tuviera resortes y siguió a mi padre.

Llegamos a la oficina y todos pasamos dentro. Papá quedó parado detrás de su escritorio mientras Dylan se acomodaba con las piernas cruzadas, bastante contento al parecer.

No lo había visto desde ayer cuando decidió quedarse en la casa de Megan. Cuando me acerqué a él, dejando que Fanny se sentara en la otra silla, él miró hacia arriba y me guiñó un ojo. Al parecer a alguien le había ido bien anoche.

Sonreí y palmeé su hombro. Más tarde hablaríamos del tema.

— Bien, empecemos entonces… — Comenzó papá — ¿Ella realmente está aquí?

— Aguarden — Dijo Dyl — ¿Ella? ¿Fanny regresó?

— Está sentada a mi derecha — Contesté a los dos — Me lo contó todo.

— ¿Todo? — La voz de mi padre sonó ahogada.

Parecía bastante afectado por el hecho de que sepa cada mísero detalle, él había estado presente después de todo. No se si pudiera estar aquí parado habiéndolo visto con mis propios ojos.




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