¿puedes verme?

CAPÍTULO 39

- FANNY -

— ¡Megan borra esa foto ya mismo! — Exclamó Dylan entrando al cuarto donde Jake y yo estábamos preparando una sesión de investigación para esta noche — ¡Ahora!

— ¿Estás loco? ¡Con lo tierno que estás! — Meg rio.

Ella sostenía su celular con una mano, alejando el aparato del cuerpo de Dylan que trataba de arrebatárselo. Una amplia sonrisa dibujaba el rostro de la rubia.

— ¡Mira! Te has ruborizado — Comentó Jake burlón.

Él tenía razón, no pude evitar reírme por lo bajo mientras veía como sus mejillas estaban como tomates y mantenía su ceño fruncido, totalmente adorable.

— ¡Tienes que ver esta foto, Fanny! Muy amablemente Geraldine me la pasó durante la comida — Me dijo Meg, sentándose a mi lado y mostrándome el celular — Bueno, esta y muchas más.

— ¿Hay más? — Se quejó Dyl y refregó su cara con fuerza, gruñendo.

Mis ojos escanearon el celular de la rubia y la risa simplemente brotó de mis cuerdas vocales. Una pequeña versión de Dylan, cachetes regordetes y sonrisa sin dientes, miraba a la cámara contento mientras se bañaba en una pileta de bebé y sostenía un pato de hule en una de sus manos. Estaba desnudo.

Jake no tardó en unirse a nuestro lado riendo con nosotras y contándonos la cantidad de fotos vergonzosas como esas se guardaban tan prolijamente en álbumes, en la casa de los Siorra allá de vuelta a su antiguo vecindario.

— Ya veo que la cena fue bien — Dije, imaginándome la situación por la que debieron pasar.

Megan había sido invitada a la casa para conocer a la familia Siorra. Dylan había estado con las piernas temblorosas y el pelo revuelto desde que la había llamado, pero cuando el timbre sonó ¡Por favor! Esa cara había sido digna de recuadrar, pálida y nerviosa. Había tratado de que todo saliera a la perfección, que la comida le gustara a su nueva novia y que le había hecho prometer a sus padres que no harían el ridículo unas cincuenta veces por lo que había escuchado.

No pude asistir a la pequeña reunión, por más que los padres de Jake ya conocieran de mi existencia todavía podía llegar a reconocerme el pequeño Sammy. Y si los Siorra me veían en algún periódico o en televisión, tal como Tina lo había hecho, se llevarían un susto de muerte.

Pero ahora los cuatro volvíamos a estar reunidos. Habían traído los chicos frituras para comer y se excusaron que verían una película y, como era tan tarde, Megan se quedaría a dormir. No hubo objeciones, Geraldine había quedado encantada con la muchacha. Y aunque su padre lo quiera negar por la gran pelea que hubo hoy, los encantos llegaron a George también.

— Entonces, ¿qué es lo siguiente en la lista? — Habló Jake mientras se prendía la laptop y todos nos sentábamos en la cama improvisada de Dylan.

— Bueno, básicamente debemos hacer la conexión entre Ways, Courtney y Stevenson. Podemos comenzar por revisar sus casas como estábamos planeando — Dijo mientras se llevaba una papa frita a la boca y seguía — Dylan me contó sobre Sammy ¿Ya le han dicho al señor Oliver sobre eso?

— Papá no sabe aún, con todo lo que ha pasado se me ha olvidado — Contestó Jake — Será lo primero que haga mañana.

— ¿De qué hablan? — Cuestioné curiosa.

Al parecer me había perdido de bastantes cosas, daba igual si me iba días u horas. Mi corazón se oprimió porque solo me mostraba el hecho de que la vida continuaba su curso natural aunque yo no estuviera allí con ellos, sabía que era un pensamiento egoísta. Pero se trataba de envidia de la buena, del anhelo de vivir e ir a la escuela con ellos como un grupo normal.

— Sam nos contó que Theo y Lucy saben ciertas cosas, dio a entender que saben que no fue un suicidio lo tuyo — Me contestó Dyl.

Hubo un pequeño silencio incómodo. Sabía que Lucy era inteligente y se daba cuenta de las cosas importantes, me angustiaba el hecho de que termine involucrada en algo peligroso como esto. No quería que nadie más tuviera el mismo final que mi profesor.

Jake tomó mi mano y acarició mis dedos con su pulgar, le sonreí a medias para tranquilizarlo.

Megan y Dylan siguieron hablando sobre la casa de Stevenson, aún cuando les repetí que podría ser muy peligroso para ellos. Y mientras ellos seguían tratando de desmenuzar cada uno de los contactos y afines entre ellos, yo traté de hacer mi parte también y colaborar. Entonces, una idea cruzó por mi mente.

— Alto, Megan, espera — Le frené — ¿Tienes idea de quién es la familia de Stevenson?

— Supuestamente, hasta donde logré averiguar, sus padres han muerto y es hijo único — Me comentó — Sin esposa ni hijos.

— ¿Ningún hermano? — Insistí.

— ¿Qué sucede? — Me preguntó Jake — ¿Qué es lo que sabes?

— No me di cuenta hasta repasarlo, en ese momento era el menor de mis problemas — Comencé — Pero si vuelvo a la conversación que Philip tuvo con Stevenson, pues nombraron a un hermano.

Los chicos se quedaron en silencio, se miraron entre sí. Rápidamente Megan comenzó a teclear en la computadora y Dylan se dirigió a mí.

— ¿Un hermano? ¿Qué dijeron exactamente?

— Philip no quería irse — Intenté recordar — No lo sé, cada vez que pienso en cosas quedan más y más en blanco. Pero básicamente él le había contestado que no quería su ayuda ni la de su hermano ¡Eso dijo!

Me emocioné brevemente por poder conectar los recuerdos correctamente.

— Su hermano… — Susurró Jake — ¿Quién es su hermano? ¿Estaban hablando de alguien más? ¿Dijeron su nombre?

— Pues, nos nombró a todos nosotros… Pero también a…

— Ways — Finalizó Megan.

Los tres la miramos y nos acercamos, caras pegadas unas a la otra, para revisar la pantalla de la laptop. Un jadeo escapó de mis labios al ver lo que la pantalla alumbraba.

— Bastantes parecidos ¿No creen? — Comentó la rubia orgullosa del descubrimiento.

Ella tenía razón, nunca había puesto la imagen de los dos hombres una al lado de la otra como para darme cuenta. Con las fotos juntas, podríamos llegar a sacar buenas conclusiones.




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